El oportuno auxilio de los vecinos salvó de la muerte a Margine Orozco, de 29 años, a manos de su pareja Luis Betanco Mendieta, de 25 años, al mediodía de este jueves.
“Don Pedro, ese hombre me quiere matar”, gritaba Margine Orozco, quien con las manos ensangrentadas salió corriendo de la casa que habitaba en busca de ayuda para salvaguardarse de su agresor, relató Pedro Munguía, quien introdujo a su casa a la víctima.
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Munguía relató que mientras hacía torniquetes con dos trozos de tela a Margine Orozco para contener el sangrado, ella le refirió que las heridas en los dedos de ambas manos se las causó Luis Betanco cuando forcejeó con él ya que le tenía puesto un cuchillo en el cuello.
Agresor sediento de sangre
El enfurecido hombre, quien tenía ocho meses de convivir con Margine Orozco en una casa que alquilaba en el barrio Bóer, en Managua, salió de la casa armado de un cuchillo y al no ver a su pareja, trató de agredir a otra mujer. Pero el hombre falleció minutos después de la agresión a su pareja.
“Yo venía de la venta cuando escuché los gritos de la esposa de ese hombre (Luis Betanco), fue entonces que el hombre salió con un cuchillo y venía sobre mí”, relató una vecina de la pareja a un periodista del Canal 10. La mujer no reveló su identidad.
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Cuando Luis Betanco corría sobre el andén en dirección de sur a norte, cruzó la vía de manera imprudente estrellándose contra un vehículo que circulaba de este a oeste, de los semáforos de la Asamblea Nacional dos cuadras al oeste.
Pedro Munguía confirmó que aunque el chofer del carro quiso auxiliar a Luis Betanco al verlo caído en el pavimento, al final desistió al ver al hombre con el cuchillo en la mano, y siguió su marcha.
Dos versiones sobre la muerte
El hombre de oficio cocinero falleció en la calle. Hasta el momento existen dos versiones extraoficiales de su muerte. Inicialmente se informó que murió envenenado por haberse tomado dos pastillas de fosfuro de aluminio utilizadas para curar frijoles.
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Pero avanzada la tarde, se dio a conocer en una radio local que el femicida frustrado murió a consecuencia de un infarto.
Luis Betanco y la enfermera Margine Orozco trabajaban en el Hospital Fernando Vélez Paiz, donde ella permanece ingresada.