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El elogio del mánager Aaron Boone sobre Jonathan Loáisiga incluso tras su derrota

Las cifras de Loáisiga no están bien por el momento, pero todos sabemos que él es mejor que eso, así que solo queda esperar que retome el paso pronto

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El hombre que se maneja con naturalidad en el fragor de las dificultades, ha batallado para escapar ileso de sus más recientes amenazas. Jonathan Loáisiga, quien ha mostrado temple de acero y recta de fuego, ha visto alterarse un poco la puntería de sus disparos y eso lo ha llevado a tropezar en algunas intervenciones, la última de las cuales significó una derrota.

Loáisiga resolvió un problema heredado por Chad Green, quien le dejó dos hombres sobre las bases con dos outs en el séptimo inning ante los Orioles y el marcador 0-0. El pinolero ponchó a Austin Hays y acabó el peligro. El problema fue después en el octavo, cuando dos corredores tomaron base, mediante hit de Ryan Mountcastle y boleto para Trey Mancini.

Eso dejó al nica con poco margen para el error. Aún así, sacó dos outs y parecía en ruta a salirse del hoyo nuevamente, cuando se midió a Robinson Chirinos, pero el turno fue duro. Lo desgastó al nica con diez lanzamientos y al final, le dio base para llenar las colchonetas. Y Rougned Odor, como emergente, conectó un sencillo remolcador de dos anotaciones.

El daño continuó ante Lucas Luetge, víctima de un doble de Kelvin Gutiérrez, quien mandó al plato a los otros dos corredores heredados por el nica, para completar una presentación de cuatro carreras limpias en un episodio. De ahí que se dispare su efectividad hasta 8.44 en los 5.1 innings de trabajo, con seis hits, cinco bases y cinco ponches. Su whip está en 2.06.

No hay manera de maquillar esas cifras. Son discretas. Ahora, ¿eso es Jonathan Loáisiga? Por supuesto que no. Se trata de un mal momento al cual están expuestos incluso los más grandes superastros del beisbol. Ese turno contra Chirinos, que debió ser el final, cambió todo el panorama. Sin embargo, es evidente que hay ajustes que el nica tendrá que hacer.

“Con eso de las bases por bolas no estoy haciendo nada a mi favor. Hacen que tengás una entrada larga y empezás a cansarte. Definitivamente es algo en lo que tengo que trabajar”, dijo Jonathan al diario New York Post. Claro, ahí está un punto: su precisión y habilidad para ir donde desee con sus disparos, no está fina como de costumbre. Hay que trabajar.  

Por su lado, el mánager de los Yanquis, Aaron Boone, cuando fue preguntado que por qué dejó a Loáisiga para lanzarle a Odor, bateador zurdo y teniendo listo al zurdo Luetge, dijo: “es un enfrentamiento que yo quería. Lo haría todo el día. Ese era el camino. Loáisiga es uno de los mejores relevistas del beisbol”. Así que no hay drama en las palabras de Boone.

Y no debería haber drama tampoco entre nosotros. Se trata de un mal momento ocasionado, posiblemente, por algún desajuste mecánico. A veces hay modificaciones en el ángulo o en el momento en que se suelta una bola y sobre lo cual los entrenadores estarán atentos. Aquí lo fundamental, es que Jonathan está saludable. Solo un es asunto de hacer modificaciones.

Lo que sucede, es que en país como el de nosotros, en el que carecemos de figuras de gran impacto, tendemos a exagerar el buen momento y a angustiarnos por los bajones, pero esas cosas ocurren a través de una temporada tan extensa y en medio de tanas exigencias. Solo queda esperar la recuperación del nica, quien seguro pronto está echando fuego de nuevo.

Edgard Rodríguez está en Twitter: @EdgardR

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