14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La agenda de la educación superior contemporánea

En la agenda de la educación superior contemporánea tienen hoy día gran relevancia temas como los siguientes:

—El aseguramiento de la calidad, que ha conducido a la creación de las agencias nacionales y regionales de evaluación y acreditación de la educación superior;

—La revalorización de la pertinencia y su estrecha vinculación con la calidad;

—El reconocimiento de la responsabilidad social de las universidades como consubstancial a su propia razón de ser y expresión misma de su autonomía, que debe ejercerse con rendición social de cuentas;

—Las relaciones de la educación superior con el Estado y todos los sectores sociales, con especial énfasis con el sector productivo y los sectores más desfavorecidos;

—La modernización de la gestión universitaria para hacerla más eficiente, asumiendo el concepto de administración estratégica;

—La internacionalización de la educación superior, que representa ventajas, desafíos y peligros,

—La existencia de las redes académicas;

—La construcción de espacios supranacionales de educación superior;

—La introducción de la “cultura informática”, con todas sus consecuencias, en lo que respecta a su impacto en la docencia y el aprendizaje, así como las posibilidades de ampliar considerablemente el radio de alcance del quehacer universitario mediante el ofrecimiento de cursos a distancia, en línea (on line) y virtuales, lo que genera la conveniencia de reducir las horas presenciales en el aula, dar más valor al trabajo individual o en grupo de los estudiantes;

—La revolución copernicana en la pedagogía y las didácticas, al desplazar el acento de los procesos de enseñanza a los de aprendizaje;

—La transformación de los profesores de simples expositores a facilitadores del aprendizaje de sus estudiantes; y, reconocer los espacios extraacadémicos como ambientes de formación;

—La transformación del diseño curricular en una auténtica investigación educativa, conceptualizándolo como el conjunto de experiencias de aprendizaje que se ofrecen al alumno, de manera que este aprenda a aprender para que siga aprendiendo durante toda su vida; 

—El diseño de los nuevos Modelos educativos y académicos, sobre la base de los más avanzados principios de la psicopedagogía y las ciencias cognitivas e inspirados en los paradigmas del “aprender a aprender” y la “educación permanente”;

—La mayor flexibilidad en las estructuras académicas y curriculares, aceptando la posibilidad de que el estudiante tome sus cursos en diferentes departamentos o escuelas e incluso en otras instituciones del país o del extranjero; y 

—La adopción del trabajo interdisciplinario como una exigencia del conocimiento contemporáneo, cada vez más complejo, que exige el diálogo de saberes.

Sin duda, la internet se ha transformado en una herramienta indispensable en la educación superior actual. Su contribución a generar un espíritu de investigación y autoaprendizaje en los estudiantes es enorme. Lo importante es que el estudiante aprenda a juzgar la información pertinente y no se pierda en el torrente informativo. Sin embargo, en internet hay también numerosos ejemplos de fraude académico. Existen miles de portales de falsas universidades o instituciones inexistentes, que ofrecen títulos hasta de doctorados, siempre que se transfiera un monto de dinero.

En el escenario mundial sobre la educación superior se confrontan dos conceptos: el de la educación superior como un bien público social, como un derecho humano y un deber del Estado, sustentado por las conferencias regionales y mundiales de la Unesco, y las tendencias comerciales, impulsadas por la Organización Mundial de Comercio (OMC), que en última instancia consideran la educación superior como una mercancía, a través del Tratado General de Libre Comercio (GATS). Estos dos conceptos se enfrentan en la creciente internacionalización de la educación superior, que hoy día es una nueva dimensión de la educación superior contemporánea.

La internacionalización de la educación superior es, a la vez, muy antigua, por cuanto la apasionante historia de las universidades nos muestra que estas nacieron para servir a estudiantes provenientes de las diferentes “naciones” de la Baja Edad Media europea, aun antes de que se consolidaran los estados nacionales.  A la vez, es muy moderna, por cuanto la emergencia de un conocimiento sin fronteras y de la sociedad de la información, en un mundo cada vez más globalizado, conlleva desafíos inéditos para la educación superior contemporánea.

Otro aspecto importante que tendrá mucho impacto en el futuro de las universidades se refiere a las redes académicas. La globalización de las tecnologías de la comunicación y la información es la que más impacto está teniendo sobre las transformaciones que se están dando en la educación superior. Sin duda, cada vez es más frecuente el uso en la educación superior de las videoconferencias, de libros, revistas y hasta bibliotecas electrónicas. Las comunidades académicas se intercomunican instantáneamente a través de las redes cibernéticas. La educación a distancia ya es una modalidad cada vez más frecuente en los currículos universitarios y las “universidades virtuales” se instalan incluso en el seno de las universidades tradicionales. Poco a poco se va configurando una especie de universidad mundial, que involucra a la comunidad académica mundial.

Sin embargo, existen los riesgos de la invasión de la “lógica del mercado” en la educación a distancia, “on line” y en las “universidades virtuales”: “Es muy grande el peligro de que esa lógica del mercado invada, de manera incontrolable, el mundo del conocimiento y modele a las instituciones de educación superior de acuerdo con sus criterios”, nos dice la especialista venezolana, doctora Carmen García Guadilla.

La conclusión que cabe extraer de lo antes expuesto es que las redes académicas y de cooperación científica son una realidad producto de la globalización del conocimiento y del extraordinario desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación. Ellas representan un instrumento muy valioso para el enriquecimiento de la vida académica en nuestras universidades. Además, son una herramienta sumamente útil para el avance del conocimiento tanto disciplinario como inter y transdisciplinario. Hoy día es muy difícil que un especialista pueda aislarse de la comunidad de investigadores que trabajan su misma disciplina. Por lo tanto, las universidades deben estimular y facilitar que sus docentes e investigadores se vinculen a las redes académicas y la propia institución debería incorporarse a las redes de cooperación interuniversitaria. Sin embargo, debe tenerse presente el riesgo real de la introducción en el trabajo de las redes de consideraciones mercantiles que pueden desvirtuar el espíritu de solidaridad que debe inspirar su trabajo.

El autor es académico y escritor. Fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAM).

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí