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Reunión presencial del Consejo Permanente de la OEA. Foto referencial. LA PRENSA/Archivo

OEA ha incluido la situación de Nicaragua en 31 sesiones desde junio de 2018. ¿Para qué han servido?

El organismo regional ha aprobado un total de nueve resoluciones: seis del Consejo Permanente y tres de la Asamblea General, en contra de las afectaciones a la democracia, las acciones represivas y la violación de los derechos humanos de parte del régimen de Ortega

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El estallido y el recrudecimiento de la crisis sociopolítica de Nicaragua, que inició en abril de 2018, ha hecho que las instancias de la Organización de Estados Americanos (OEA) sesione 31 veces, por medio de su Consejo Permanente (26) y la Asamblea General (5), para abordar, analizar y condenar la situación en el país.

El organismo regional ha aprobado un total de nueve resoluciones: seis del Consejo Permanente y tres de la Asamblea General, en contra de las afectaciones a la democracia, las acciones represivas y la violación de los derechos humanos.

Daniel Ortega renunció en noviembre de 2021 a su participación dentro de la OEA e inició su proceso de salida en respuesta a la resolución “La situación de Nicaragua” que aprobó la Asamblea General en la que declaró ilegítimas las elecciones generales en Nicaragua de noviembre de 2021 y mandó a una evaluación por parte del Consejo Permanente de la crisis del país.

Lea más en: Nicaragua entre la renuncia y la expulsión en la OEA. ¿Qué significa para el país?

De 2018 hasta lo que va del 2022

En 2018, cuando inició la crisis en Nicaragua, fue cuando el organismo sesionó más, tanto el órgano supremo como su Consejo Permanente. LA PRENSA contabilizó un total de 12 sesiones, y en tres de ellas se aprobaron resoluciones.

Posteriormente en 2019, el Consejo Permanente sesionó seis veces y se aprobó una resolución. La Asamblea General sesionó una vez y aprobó una resolución que le dio al régimen un plazo de 75 días para reanudar el diálogo nacional. Y en 2020, el Consejo sesionó una vez y conoció los resultados infructuosos de los esfuerzos realizados por Luis Almagro, secretario general de la OEA, mientras que la Asamblea General aprobó una resolución que puso como plazo hasta mayo de 2021 para que el régimen realizara reformas electorales de cara al año electoral.

Luis Almagro, secretario general de la OEA, durante la Asamblea General 2021. Cortesía OEA

Para 2021, el Consejo Permanente sesionó siete veces y aprobó tres resoluciones, y por su parte la Asamblea General de la OEA sesionó una vez y aprobó una resolución que declaró ilegítimas las elecciones. Y en lo que va de 2022, hasta marzo, el Consejo Permanente ha sesionado en dos ocasiones.

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¿Qué han dejado las sesiones y resoluciones?

A opinión de los críticos, esta cantidad de resoluciones y sesiones demuestran el interés en el país centroamericano por parte del organismo, y han servido para demostrar que las resoluciones no han sido tomadas en cuenta por parte del régimen de Ortega.

El profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA), Carlos Cascante Segura, opinó que las sesiones y resoluciones evidencian por una parte “la preocupación de muchos países por lo que ocurre en Nicaragua, está claro que hay una visión de que la situación de Nicaragua empeora día con día. Pero por otro lado evidencia la debilidad del organismo internacional para tomar decisiones que impulsen un cambio en la situación en Nicaragua es una situación amarga, pero sí ha habido un acuerdo de una amplia mayoría de los miembros de la OEA para sancionar las conductas del régimen de Ortega y Murillo”.

Cascante sostuvo que “lo cierto es que la organización no está diseñada para tomar medidas fuertes que faciliten un proceso de cambio y transformación siquiera incluso en componentes de orden humanitario. Está claro que esa insistencia en señalar esa situación es muy importante para que el régimen y para que los abusos no se vuelvan algo normal, sino que se puedan visualizar con claridad las atrocidades que se están cometiendo”.

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Por su lado el politólogo y analista nicaragüense de Diálogo Inter-Americano en Washington, Manuel Orozco, consideró que la situación nicaragüense en la OEA “despertó mucho interés y preocupación” producto de la crisis del 2018, debido a “gran parte el precedente que existía en ese foro en relación con el fraude electoral de las elecciones municipales y de las presidenciales del 2016 en donde la evidencia de fraude se había resaltado significativamente. El estallido de violencia se interpretó tanto como una consecuencia del deterioro político en el país después del fraude de 2016, como una escalada de abuso de autoridad de parte del régimen”.

A la vez, refirió que a medida que transcurrió el 2018 los Estados Miembros fueron observando que el país “iba de mal en peor en relación con su abuso de autoridad, pasando de violencia a asesinatos, a alteración del orden constitucional. Ya para 2020, la OEA estaba más que convencida que Nicaragua es un régimen cuyo compromiso con la democracia había sido abandonado (…) Lamentablemente la situación nicaragüense en el 2021 selló el sueño dictatorial del régimen mientras que esquineó a los estados miembros a presionar a Nicaragua de manera diplomática y considerar su suspensión”.

¿Qué está pasando en la OEA?

Orozco dijo que “una tenue mayoría de países (miembros de la OEA) se encuentran en un punto muerto, muchos países que son parte del sistema han bajado en el estándar de lo que constituye una democracia y no están dispuestos a suspender al país. Estos países incluyen a Honduras, México, Argentina, Guatemala, además de varias naciones del Caribe”.

Para él, la situación de Nicaragua para la OEA “es un reflejo del deterioro del Estado de derecho y democracia en las Américas, además de la pérdida de liderazgo de Estados Unidos (…) La paradoja estriba en que los países latinoamericanos han criticado la influencia americana como en detrimento a la autodeterminación, sin embargo, frente al reto de asumir el riesgo de defender la democracia muchos países se han quedado mudos e inmóviles con la incapacidad de defender la región”.

Lea más en: Brian Nichols advierte que Nicaragua «está en camino de ser expulsada de la OEA»

El pasado 3 de febrero, el subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, advirtió en una audiencia del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE. UU. que Nicaragua “está en camino de ser expulsada de la Organización de Estados Americanos con la dirección que está tomando”.

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