14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Imagen referencial. Archivo/LA PRENSA

BID: Nueve de cada diez personas en América Latina desconfían de las demás. ¿Cuál es el panorama en Nicaragua?

La confianza en la región es más baja que en cualquier otra parte del mundo, lo que provoca que el crecimiento económico se reduzca, según un informe del organismo multilateral

Nueve de cada 10 personas en Latinoamérica y el Caribe no creen que se pueda confiar en el prójimo, revela un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El informe titulado: “Confianza: La clave de la cohesión social y el crecimiento en América Latina y el Caribe” revela que la falta de confianza obstaculiza el crecimiento económico de los países, y que fortalecerla es fundamental para que el sector empresarial se vuelva más dinámico y para llevar a cabo las reformas necesarias para una recuperación poscovid más robusta en la región.

El documento revela que los niveles de confianza en América Latina y el Caribe son reducidos, donde apenas el 13 por ciento de la población confía en los demás, frente al 42 por ciento que registraron los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

En Nicaragua, solo el 7 por ciento de su población cree que los demás actuarán de manera adecuada.

Lea también: BID urge retomar senda de crecimiento en Centroamérica para evitar un aumento del descontento social

“En América Latina y el Caribe la desconfianza es aún menor que en cualquier otro lugar, y apenas alcanza a tener una cuarta parte del nivel de la OCDE, con la excepción de Chile, Colombia y México de la muestra OCDE”, detalla el informe.

¿Cuáles son los niveles de confianza en América Latina y el Caribe?

La confianza en la región es más baja que en cualquier otra parte del mundo, lo que provoca que el crecimiento económico se reduzca, la informalidad laboral aumente, las políticas públicas se vuelvan más difíciles de implementar y la democracia se debilite.

La Encuesta Latinobarómetro recopila información de 18 países de la región desde 1996 hasta 2020. Las estadísticas indican que el porcentaje de personas que cree que puede confiar en los demás en Latinoamérica y el Caribe empeoró en las últimas décadas, pasando del 22 por ciento en 1981-1985 al 11 por ciento en 2016-2020.

Pero hay diferencias entre los países. Por ejemplo, el porcentaje de población que confía en la mayoría de las personas es de 21 por ciento en Uruguay, pero apenas de 5 por ciento en Brasil. La situación también varía en México (18 por ciento), Chile (17 por ciento) y Argentina (16 por ciento) con respecto a Perú (11 por ciento), Paraguay (9 por ciento) y Venezuela (5 por ciento).

¿Cuál es el panorama en Centroamérica? El informe reveló que en Guatemala se registró el mayor nivel de confianza, al recoger que el 17 por ciento de la población confía en su prójimo. Sigue Honduras, con el 16 por ciento de la población y en tercer lugar se posiciona El Salvador, con el 14 por ciento.

La encuesta también reveló que solo el 13 por ciento de la población panameña confía en las demás personas, mientras que, en el vecino del sur, Costa Rica, este indicador se situó en 10 por ciento.

En último lugar se encuentra Nicaragua, al registrar que en su territorio apenas el 7 por ciento de los nicaragüenses confía en los demás.

El informe también precisó que la desconfianza en el Gobierno es un problema mundial, pero es mayor en América Latina y el Caribe. Según la Encuesta Latinobarómetro, en promedio, menos de tres de cada 10 ciudadanos de la región demuestran confianza en su Gobierno a lo largo del período 2010–2020.

Le puede interesar: La Iglesia es la institución de mayor confianza en Nicaragua, según el informe 2021 de Latinobarómetro

¿Por qué motivo? Las instituciones desempeñan un papel clave para ayudar a los ciudadanos a exigir que los gobiernos rindan cuentas, cuando lo hacen las instituciones contribuyen a crear confianza en el Gobierno. Sin embargo, en América Latina y el Caribe a menudo estas instituciones no cumplen con los roles previstos y terminan siendo parte de la crisis de confianza.

“Desde luego, si las personas no confían unas en otras, en los gobiernos, en los tribunales o en los partidos políticos, no es de extrañar que tampoco confíen en el sector privado. En América Latina y el Caribe la baja confianza en el sector privado y en las empresas privadas es un reflejo de la baja confianza en las instituciones públicas”, se lee en el informe.

“La confianza en nuestro país está muy devaluada”

Según el economista Marco Aurelio Peña, hace algún tiempo el Banco Mundial (BM) publicó estudios empíricos donde se abordaba la importancia de la confianza individual y social como elemento necesario para el desarrollo de un país.

“Cuando había déficit social, eso tenía su incidencia en los niveles de producción a nivel macro y por supuesto, cuando hablamos de producción hablamos de crecimiento, que es un medio para el desarrollo”, indicó.

Precisó que la explicación de este comportamiento es que “cuando las personas confían menos entre sí hay trabas para hacer negocios y trabas para que haya estabilidad política, porque si las personas no confían entre sí no puede haber cohesión social, ni pueden haber acuerdos para que la política marche bien, tomando en cuenta que ese es el espacio en el que se toman las decisiones por parte de la clase dirigente y eso tiene repercusiones en la economía y en los fenómenos sociales”.

Imagen referencial. Archivo/LA PRENSA

También indicó que cuando las personas no confían en los demás, se dificulta hacer negocios y se elevan sus costos de transacción, porque las personas tienen que investigarse recíprocamente y eso genera un gasto.

“Por ejemplo, antes cuando se solicitaba un crédito los bancos trabajaban con la buena fe, las referencias y con ciertos antecedentes, ahora no. Ha aumentado la cantidad de habitantes y las relaciones económicas y financieras se han vuelto mucho más complejas, y también está todo esto del fraude, del no cumplimiento de las obligaciones crediticias, etcétera, entonces ahora los bancos ya confían menos. Ahora estas entidades pagan para consultar a centrales de riesgo que van monitoreando el récord crediticio de las personas, para decidir si es sujeto de crédito o no lo es”, ejemplificó.

Recordó que el estudio del BM señalaba que la confianza “tiene que ver tanto a nivel interpersonal, como la confianza social hacia las instituciones, las personas de negocios, políticos, gobernantes, el Estado de derecho, hacia las normas, etcétera”.

Por otro lado, Peña considera que la crisis interna de Nicaragua ha incidido en la percepción que tienen los ciudadanos acerca de la confianza hacia las demás personas.

“Sí ha incidido, porque las crisis de este tipo van en detrimento de la paz social, de la cohesión, de la credibilidad social hacia las reglas y las normas jurídicas y no jurídicas que rigen esa sociedad. Entonces cuando se producen estos episodios fuertemente disruptivos, en donde se desencadenan brotes de violencia política y social, la confianza en tus semejantes va disminuyendo. De hecho, la confianza en nuestro país está muy devaluada”, expresó.

¿Por qué es importante la confianza?

La confianza es un valor básico y clave en nuestras sociedades y, por ello, su fortalecimiento es clave para impulsar la recuperación en la región. Para el BID, es necesaria la confianza para pasar del mercado informal, al formal, para contar con mercados financieros más ágiles, para promover vínculos comerciales y nuevas asociaciones, etcétera.

Lea además: Presidente y la Policía, encabezan la percepción de corrupción en Nicaragua, revela informe de Latinobarómetro

La confianza es esencial para afrontar la desigualdad, el estancamiento de la productividad, el lento crecimiento, la delincuencia y el cambio climático. Es esencial tanto para sacar a la región de las contracciones económicas provocadas por la pandemia, como para crear sociedades más prósperas, inclusivas y democráticas, porque solo la acción colectiva de los ciudadanos puede hacer frente a estos y a otros desafíos que se avecinan en la región, manifestó el organismo multilateral.

“Promover la confianza mediante una mayor transparencia e instituciones más sólidas debería ser una prioridad en la agenda política de América Latina y el Caribe. Colocar la confianza en el centro de la toma de decisiones gubernamentales reavivaría significativamente el desarrollo en la región”, sostuvo el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone.

“Los países con mayor confianza tienden a gozar de mayores niveles de productividad, mientras que aquellos donde los índices de confianza son bajos, poseen una economía informal más grande en relación con su PIB”, aseveró una nota de prensa del BID.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí