Aunque todos los focos de las 115 libras están en el combate del 5 de marzo en la trilogía entre Román González y el Gallo Estrada, el futuro de Chocolatito podría pasar un mes antes de ese enfrentamiento. La promotora Matchroom Boxing, la misma que organiza el evento del mexicano contra el nicaragüense, está montando la segunda pelea entre Carlos “el Príncipe” Cuadras contra el tailandés Srisaket Sor Rungvisai para el 5 de febrero en Arizona. En esa reyerta estará en juego el cetro absoluto de las 115 libras del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) que despojaron al Gallo y, todo parece indicar, que el futuro está trazado.
El CMB tenía un compromiso con los tailandeses que Rungvisai como retador número uno enfrentaría al ganador de Chocolatito y Estrada del pasado marzo 2021, sin embargo, el combate fue tan bueno que los espectadores pidieron la trilogía, y el promotor Eddie Hearn, admitió que era la pelea más electrizando que ha había visto en vivo a lo largo de su vida, por ese motivo se hicieron las negociaciones para la continuidad de la saga, lo cual dejó otra vez a Rungvisai a la espera y con las promesas rotas. No obstante, al presidente del CMB, Mauricio Sulaimán, se le ocurrió la idea de nombrar a Estrada como campeón franquicia, el cual no tiene ningún valor, despojando al Gallo del título regular del CMB. Una vez liberado el título lo colocó en la mirada de Rungvisai y para matar dos pájaros de un tiro, anunció a Carlos Cuadras como oponente, quien derrotó años atrás al tailandés, luego de que el combate se detuviera por cabezazos.
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Se espera que Rungvisai sea el ganador, debido a que Cuadras ha pasado por muchas dificultades, entre ellas, la dura pelea contra la adicción a las drogas, y no es el mismo que venció al tailandés. La idea de Eddie Hearn, presidente de Matchroom Boxing, es colocar al tailandés en una tercera pelea contra Chocolatito y seguir causando expectativa en los pesos pequeños. Todo dependerá del resultado de ambos duelos y, si Rungvisai sale airoso al igual que Chocolatito, solamente faltará un cheque lo suficientemente grande para que haga a González olvidar los demonios de haber tocado la lona en el pasado para que acepte la que podría ser su última pelea antes del retiro en el pugilismo mundial de alto nivel.
