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La Metamorfosis de Apuleyo

El mito de Psique y Eros ha tenido una larga tradición en el mundo occidental. Según la mitología griega, Eros (Cupido) era hijo de la diosa Afrodita (Venus) y Psique la tercera hija de un rey de Anatolia que por su increíble belleza despertó los celos de la diosa.

Esta fábula aparece en los frescos pompeyanos, en la fachada delantera de Villa Farnesina en Roma, con un fresco de Rafael titulado: Loggia di Psyche y en la estatua de mármol de la Sala del Gladiador del Museo Capitolino de Roma. Lo encontramos en el soneto 141 de las rimas de Petrarca repitiéndose en otro de Góngora, en Lope de Vega, en Quevedo, en Rubén Darío y en muchas otras obras de arte.

Se muestra por vez primera en la literatura, en El Asno de oro o La Metamorfosis de Apuleyo, (siglo II d. C.). Sin embargo, se había trasmitido oralmente en otras épocas y lugares, como en la Magna Grecia y anteriormente en el norte de África, de donde Apuleyo era originario.

Por jugar con magia, Lucio fue convertido en un asno y obligado a recorrer el mundo, llevando la carga de unos ladrones que van cometiendo un sinnúmero de fechorías, entre ellas el rapto de una joven de quien iban a pedir un cuantioso rescate. Hicieron llamar a una hechicera, narradora de mitos, para que distrajese a la muchacha, comenzando el relato:
Psique había sido predestinada por el oráculo de Apolo para ser desposada por un monstruo que era el mismo Amor. Los padres la dejaron abandonada en la cima del monte Olimpo, para que se cumpliera la profecía. Al momento, céfiro la alza en vuelo depositándola suavemente en el pasto del bosque. La princesa descubre un palacio encantado donde es guiada por voces incorpóreas. Al llegar la noche siente la presencia del marido pronosticado por el oráculo, quien le hace prometer que nunca le verá, desapareciéndose al despuntar el alba.

Pasado un tiempo, mientras Cupido duerme, a Psique le invade la curiosidad y enciende la lámpara para contemplarle. Viendo entre los monstruos al “más dulce, y al más amable” que como a un ángel le brillaban “dos pequeñas alas de delicadeza exquisita”. Herida en el corazón, su alma vaga indecisa. La belleza del amado la deja anonadada, pero de la lámpara le cae a Cupido, una gota hirviente sobre su hombro. Este despierta, iniciando su viaje de huida. Sujetada Psique a su pierna, atraviesan las nubes, pero cansada, se deja caer. El dios no la abandona y desde lejos la contemplaba. Pan con sus cañas comenzó a producir sonidos. “El dios de los pies macho cabrío vio a Psique abatida y dolida”.

Para recuperar el amor perdido, Psique, se ve sometida a cumplir una serie de castigos impuestos por Venus. La princesa tiene que adentrarse en el Averno para pedirle a Proserpina, un poco de su belleza, —la cual guardaría en una caja. Antes de aproximarse al Tártaro una voz misteriosa la detiene para darle consejos de cómo engañar a Cerbero y contentar a Caronte con dos óbolos. Psique entra al Averno, cruzando el Aqueronte, donde el barquero acostumbra a llevar las almas.
Ya de regreso, la princesa víctima de su curiosidad, abre la caja y cae en un profundo sueño. Cupido “rozando a Psique con una de sus flechas, sin hacerle daño la despertó”, obteniendo el permiso de Júpiter para unírsele en matrimonio e inmortalizarla en el Olimpo.

Darío utiliza este mismo mito, lo asimila y le da su propia interpretación. En el cuento: Historia Prodigiosa de la princesa Psiquia, Santo Tomás, el mismo que tocó las llagas del Cristo Resucitado, que destruyó los ídolos paganos y predicó los Evangelios, aparece infundiéndole a Psique una nueva sabiduría divina.

Tomás, como el dios Apolo, llamó a Lázaro tres veces. Los ojos de Psique se clavaron en los de él cuyos ojos no se podían contemplar “sin sufrir un vértigo” y se “quedó dulcemente dormida”. Al entregarse Psique a la muerte, —en vez de conseguir la inmortalidad a través del matrimonio, Rubén ha logrado que triunfe el amor espiritual sobre el carnal.
El rey se acercó a la princesa: “le habló dos palabras al oído. Psiquia, Psiquia rugió el enorme rey. Psiquia estaba dormida para siempre”. Darío.

La interpretación de Psique como ánima proviene de la etimología griega: Psice enin Grece anima. En el poema la Divina Psiquis: La mariposa invisible como alma prisionera del ruiseñor (poeta) sucumbe a los pies de Cristo, rescatándose el tema del amor espiritual como visión de Dios, habiendo una reconciliación entre lo pagano (helénico) con lo cristiano.
“Te posas en los senos,/ te posas en los vientres/ que hicieron a Juan loco e hicieron cuerdo a/ Pablo/ A Juan virgen, y a Pablo militar y violento; [… ] Y de la flor/ que el ruiseñor/ canta en su griego antiguo, de la rosa,/ Vuelas ¡oh mariposa!,/ a posarte en un clavo de Nuestro Señor.” (Darío).

El Asno de Oro (Metamorfosis) finaliza cuando —Lucio Apuleyo todavía convertido en asno, logra regresar a su forma original, gracias a la ayuda de Isis, —la diosa de la sabiduría y de la magia del antiguo Egipto. Para lograrlo Lucio Apuleyo tiene que someterse a una serie de rituales tras ser iniciado y convertido en sacerdote dentro de la logia de Isis.

La autora es máster en literatura española.

Opinión Apuleyo Metamorfosis archivo

COMENTARIOS

  1. Hace 2 años

    Muy lindo, pocas veces he leído ese tipo de apuntes de la literatura mitológica .
    Saludos.

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