Tres años después de ser expulsada de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) —por involucrarse en el estallido social de 2018 contra el régimen de Daniel Ortega— María Alejandra Centeno fue galardonada con la medalla de “reconocimiento a la competencia y destacado compromiso académico”. La distinción se la entregó la Universidad de Loyola, España, que es su nueva casa de estudios y con ella Centeno ingresa a la Alpha Sigma Nu.
La Alpha Sigma Nu es la sociedad de honor de las instituciones jesuitas de educación superior. “Ella reconoce a los estudiantes que se distinguen por su erudición, lealtad y servicio” y es “la única sociedad de honor a la que se le permite llevar el nombre de jesuita.
En 2018 Centeno estudiaba el último año de la carrera de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Ella no fue parte de los estudiantes que se atrincheraron en la UNAN durante las protestas antigubernamentales, pero se involucró en los movimientos estudiantiles que surgieron a raíz de las protestas. Asumió la vocería de la Coordinadora Universitaria por la Justicia y la Democracia (CUJD) y representó a esta organización en la Alianza Cívica.
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Siempre fue una estudiante destacada
María Alejandra Centeno se convirtió en una de cientos de estudiantes expulsados por protestar contra Ortega, esto junto a la constante represión y los peligros que enfrentaba la obligaron a migrar en busca de nuevas oportunidades.
Centeno es originaria de Managua y este logro académico se suma a los que obtuvo en su natal Nicaragua. “En la UNAN-Managua siempre fui una estudiante destacada y gané muchos concursos. Ya que siempre estuve muy involucrada en la investigación y me gusta escribir”, relató Centeno al medio independiente Nicaragua Investiga.
En 2020 tras muchas gestiones obtuvo apoyo de varias fundaciones y la aprobación de una beca. Eso sumado al apoyo de sus padres y hermano le permitió hacer realidad el sueño de concluir sus estudios en el exterior. Salió de Nicaragua por punto ciego hacia Costa Rica y de ahí viajó a España.
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Tras dos años inactiva consiguió beca en España
“Mis padres estaban profundamente tristes porque sabían que no me volverían a ver tan pronto. En medio de la adversidad esta era una oportunidad valiosa y creo que mis padres lo entendieron», declaró la destacada universitaria nicaragüense.
Centeno cuenta con una beca administrativa y económica que le garantiza el pago de matrícula y otros gastos administrativos. Estudia por las tardes y en las mañanas reparte su tiempo entre las clases de Español que imparte y las prácticas profesionales.
«Una de las cosas más duras que supone estar en el exterior es sentirte alejado de las personas que amas y de los vínculos profundos que le dan sentido a tu vida. Yo vine aquí (España) y puedo decir que mi primer semestre no fue tan duro como lo fue mi segundo semestre; mi primera Navidad sin ver a mi familia y hacerte a la idea que no vas a volver ahorita», relató Centeno a Nicaragua Investiga.