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Camila Argueta García forma parte de un colectivo de mujeres emprendedoras. LA PRENSA/Cortesía

Camila, la niña que emprendió su negocio de pines a los nueve años

Uno de sus pasatiempos se convirtió en su mayor fuente de ingresos, en cinco años la adolescente ha demostrado que puede ser buena en los negocios

La primera vez que Camila Argueta García acompañó a su mamá a una feria fue en 2016, cuando tenía 9 años. Se le ocurrió que ella podría vender “algo”, pero todavía no sabía qué producto. “Vendí unos helados de nancite y me fue muy bien; después llegué a vender buñuelos a otra feria, pero en 2020 empecé con los broches o pines y me ha ido mejor”, cuenta la pequeña, quien recientemente cumplió 13 años.

Yolaina García es la madre de Camila y recuerda que su hija descubrió a temprana edad el interés por los negocios y ella junto con su esposo decidieron apoyarla, no sin antes condicionarla. “Yo le dije que ella debía ser una excelente alumna, porque esa es la única responsabilidad que tiene y hasta ahora no me puedo quejar. El día que su nivel académico baje, adiós emprendimiento”, sentencia la madre.

En cinco años Camila ha demostrado que puede ser buena en los negocios. “Ella maneja su sistema de inventarios, desde el móvil tiene sus aplicaciones y usa Excel también. Estas herramientas se las enseñamos para que ella tuviera el mayor control y supiera lo que hace. Lo mejor de todo es que de ella nació emprender con los pines, le gusta y nosotros la apoyamos”, agrega esta madre orgullosa.

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García explica que esa misma disciplina es la que Camila aplica en sus labores escolares. Cursa el sexto grado y, de momento, asiste a clases en línea por el contexto de la pandemia.

Sin esperarlo, la venta de los pines le ha permitido independencia económica a corta edad. Sus padres y abuela se sienten orgullosos de la pequeña Mila, como la prefieren llamar. “Es la primera niña de la familia emprendedora”, dice Yolaina.

Las ferias le han permitido a la adolescente dar a conocer más su trabajo. LA PRENSA/Cortesía

Mila Mila Pines es el nombre del emprendimiento de Camila y sus padres no han dudado en apoyarla. Cuenta Yolaina que su esposo le regaló a su hija una máquina para imprimir los pines y a la niña se le ocurrió venderlos. Contando con la máquina, solo invirtió en los insumos un valor inicial de trescientos córdobas y la demanda ahora aumenta.

“Mi esposo y yo somos diseñadores gráficos y le creamos un logo, las etiquetas, el empaque y con el tiempo le agregamos una estampilla como regalía al comprar un paquete de cuatro pines por un valor de cincuenta córdobas”, dice la madre de Camila.

Al gusto del cliente

Camila narra que hay niños de su edad que la buscan por pines de dibujos animados de temporada, pero también tiene clientes universitarios que le hacen pedidos. Al igual, tiene clientes que son empleados de call centers y les gusta portar los pines al lado del carné y otros emprendedores que dan los broches como regalía.

Esta adolescente forma parte de un colectivo de mujeres emprendedoras organizadas desde el año pasado y en las últimas ferias que se han celebrado en el país, Camila ha sido invitada especial de los organizadores.

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Las ferias le han permitido dar a conocer más su trabajo y, de parte de otros emprendedores participantes, últimamente ha recibido numerosas peticiones de encargos personalizados.

“Camila realiza todo el trabajo manual. Nuestro único apoyo como familia es comprarle los insumos. Ese fue parte del compromiso, que ella debía realizar todo el trabajo sin descuidar los estudios”, repite esta madre. “Ella hace los pines de acuerdo con lo que está de moda”, manifiesta Yolaina.

Recuerda que la primera vez que su hija fue entrevistada soltó en llanto, pero ha tomado clases de retórica y se documenta con tutoriales de YouTube para mejorar su expresión oral. Incluso grabó un cuento para niños y ha ganado seguridad en sí misma. “Su cambio ha sido impresionante”, resalta García.

“Criar niñas independientes”

LA PRENSA/ Cortesía

Eva tiene dos años y es la hermana menor de Camila. Yolaina García está convencida de que como madre desea enseñarles a sus hijas que sean unas independientes en todos los sentidos. “Como si fuera un disco rayado, le insisto a Camila por ser la mayor que debe ser alguien independiente económica y emocionalmente. Le digo que debe ser una mujer integral. Con principios y valores para salir adelante”, señala.

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La familia de Camila recuerda que desde los seis años ahorraba para su futuro. Sus padres le habían abierto una cuenta de ahorro y ella le depositaba cada vez que le regalaban dinero para su cumpleaños o por Navidad. “Una vez ella nos preguntó cómo hacía para obtener más dinero y así fue como empezó con los helados de nancite y los buñuelos. Todo dinerito que agarraba se lo echaba a su cuenta y ahora ella se compra sus cosas”, relata Yolaina.

Los pines como la mejor terapia

Con 13 años Camila es una jovencita económicamente independiente para su edad. Su madre recuerda que tenía seis años cuando fue diagnosticada con dislexia y la psicóloga le recomendó que la menor practicara con ciertos ejercicios de precisión para que ella mantuviera su atención en los mismos.

“Me recomendaban que la niña hiciera trabajos manuales de precisión y concentración. Le proporcionamos rompecabezas para que los armara y ciertos tipos de juegos, pero fue en los pines que ella encontró satisfacción y lo disfruta mucho. Los pines son su mayor terapia”, reflexionó Yolaina García.

Después de trabajar durante diez años en una entidad bancaria, Yolaina García quedó desempleada en 2018. La crisis la obligó a emprender y junto con su esposo creó una tienda de ropa y otros productos llamada AbiúHome, ubicada en residencial Los Robles. “Ahí, yo lo abrí un pequeño espacio a Mila Mila Pines y, para ser sincera, le va mucho mejor a Camila que a nosotros. Nosotros hacemos cierres semanales y ella no solo vende en la tienda, sino también mucho en línea”, concluye.

Nacionales Adolescente emprendimiento ferias archivo

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COMENTARIOS

  1. Hace 3 años

    Pero qué son los pines. Me quedé con la duda.

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