Sus amigos le llaman “Catarina” o Alex Hernández, pero su verdadero nombre es José Alejandro Quintanilla Hernández.
Hernández utiliza ese seudónimo porque es originario de esa ciudad de Masaya. Nació el 13 de noviembre de 1990, en el seno de una familia sandinista. Pero ahora, según sus compañeros en la oposición, se encuentra detenido, o secuestrado, por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
No saben exactamente dónde está, pero lo más seguro es que ha regresado a la cárcel de la dictadura Ortega Murillo nuevamente, porque Hernández ya estuvo preso entre septiembre de 2018 y marzo de 2019.
Diana Carballo, una antigua amiga de Alex Hernández, cuenta que este opositor perdió a sus padres desde que era muy pequeño. Su madre, Catalina Hernández, falleció de cáncer, y de su padre no recuerda el nombre, solo que era de apellido Quintanilla y era originario de una de las comarcas de Catarina.
Desde pequeño, Alex quedó bajo la tutela de la familia Hernández. Su madre de crianza, Cecilia Hernández, actualmente es concejal sandinista de Catarina y su tío Sabino Hernández, es conocido en el pueblo por ser juez de la Corte Suprema de Justicia, dice Carballo.
Alex es el tercero de cinco hermanos. Desde pequeño fue religioso y después de terminar el bachillerato, quiso ser sacerdote. Estuvo en el seminario por dos años y luego se salió, pero nunca dejó de ser católico.
“Es difícil dejarle estas líneas a mi familia,mis seres queridos y amigos, pero tomamos la decisión de seguir adelante enfrentándonos a esta tiranía, no tenemos miedo y no vamos a desfallecer”, el mensaje de Alex Hernández de la @UnidadNic, antes de ser secuestrado. @laprensa pic.twitter.com/jJleeN2xB9
— í ó (@Keren_Diaz12) August 25, 2021
Empezó a estudiar Administración de Empresas en la Universidad del Valle y de acuerdo con un perfil que publicó la Unidad Nacional Azul y Blanco, también estuvo en un taller de Formación para el Liderazgo Político impartido por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de Costa Rica.
A simple vista, Hernández aparenta ser una persona seria, pero entre sus amigos cercanos se le conoce por su buen sentido del humor. “Es chistín ese jodido”, dice una de sus amigas más cercanas. Carballo lo confirma y dice que Alex “no es nada serio”.
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De hecho, a Alex, a pesar de ser bromista, todos le reconocen su compromiso y responsabilidad con el cambio de este país.
También lo consideran como una persona sencilla. Quienes lo conocen, aseguran que “es fanático de las micheladas y las alitas de pollo”, también del café y la gaseosa. Es bromista, pero siempre atento. “Él me ponía mensajes todos los días para saludar y saber cómo estaba, por eso me extrañó que el lunes no me escribió”, dijo una de sus amigas.
Preso político
Cuando estallaron las protestas contra el dictador Daniel Ortega, Alex se involucró rápidamente en ellas, cuenta Carballo, razón por la cual su madre de crianza, Cecilia Hernández, “lo corrió en 2018 de la casa”. Actualmente, mantiene contacto con sus hermanos, pero siempre distante para evitar que tomen represalias contra ellos.
Con el estallido de la crisis política, Alex también tuvo que dejar su carrera porque empezó a huir de la Policía, la que lo acusaba de ser el “terrorista” de Catarina.
El primero de septiembre de 2018, cuando la protesta pacífica estaba casi ahogada y era reprimida a sangre y fuego por el régimen de Daniel Ortega, Alex fue de los primeros en Nicaragua en lanzar chimbombas azul y blanco en su ciudad.
Veinticuatro días después, la Policía lo detuvo al finalizar una marcha pacífica que se realizaba en Managua, según sus amigos cercanos, pero fue hasta el 22 de octubre de 2018, casi un mes después, que las autoridades informaron sobre su detención. La institución lo acusó de cometer asaltos, incendiar la casa del Frente Sandinista de Catarina, portación ilegal de armas y otros delitos.
“El 11 de mayo (2018), el delincuente José Quintanilla, cabecilla de los tranques de los municipios de Masaya y Catarina, cometió asesinatos, secuestros y torturas a compañeros policías, así como asaltos e incendios a las casa de militantes sandinistas”, dijo la institución policial.
Estuvo cinco meses y 21 días en prisión. “Casi no hablaba de eso, pero se le notaba golpeado”, dice uno de su mejor amigo. Entre los excarcelados lo recuerdan como la persona que oficiaba las misas en el Sistema Penitenciario Jorge Navarro “La Modelo”.
“Se hacían misas y cultos para los que no eran católicos, y él oficiaba la misa. Un padre lo autorizó y hasta lograba meter las ostias y todo”, dice uno de los excarcelados que compartió celda con él y estuvo en sus misas, pero prefiere no revelar su nombre por temor a ser encarcelado nuevamente.
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Cuando salió de prisión, en marzo de 2019, a través de la polémica Ley de Amnistía que inventó el régimen, se exilió en Costa Rica por temor a ser detenido nuevamente, pero tuvo que regresar a Nicaragua porque el vecino país es bastante caro y tenía complicaciones económicas.
En Nicaragua, Alex buscó empleo y no volvió a Catarina. Se convirtió en desplazado por Ortega. A una de sus amigas le confió que miembros del Frente Sandinista de su ciudad le advirtieron que no querían verlo por ahí o podía volver a prisión, así que empezó a vivir en Managua.
Desde febrero del 2021, Alex se hizo más visible porque fue escogido para ser miembro del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB). Sus cercanos aseguran que ya llevaba bastante tiempo siendo vigilado, razón por la cual se movía de casa cada cierto tiempo.
La UNAB denunció que Alex Hernández fue detenido cerca de su casa de habitación la noche del lunes, 23 de agosto, pero hasta el momento la Policía no ha confirmado su detención.
De acuerdo con su mejor amigo, “Catarina” iba camino a su hogar y luego fue visto por vecinos junto a la Policía allanando la casa donde alquilaba desde hace una semana.