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Varias mujeres jóvenes migrantes haitianas han dado a luz, como Odney Negriel que tuvo a su bebe Princess Briany en el municipio de Jalapa, en Nueva Segovia, en su travesía desde Haití hacia los Estados Unidos/LA PRENSA/WaragónR.

Varias mujeres migrantes haitianas han dado a luz en Jalapa como Rose Martine.

Migrar en busca del sueño americano, y parir en el intento

Salieron de Haití rumbo a Estados Unidos, pero hicieron una parada en Nicaragua. A Rose Martine le agarraron los dolores de parto en Jalapa, Nueva Segovia, ahí tuvo a su hija

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Rose Martine, de 33 años, dio a luz hace 14 días a su bebé en una de las salas del hospital del municipio de Jalapa, en el departamento de Nueva Segovia. Apenas tenía siete meses de gestación y sus padres —una pareja de migrantes haitianos— habían hecho una parada estratégica en este poblado para descansar y luego seguir en su ruta hacia Estados Unidos, pero llegaron los dolores de parto antes de tiempo y Princess Briany ahora es una bebé nicaragüense.

Rose Martine y su esposo, Odney Negriel, de 26 años, salieron hace más de dos meses desde Haití embarcados hacia Sudamérica, donde continuaron su travesía, ahora a pie. Con su barriga de cinco meses, Rose atravesó el Darién, una zona selvática y pantanosa ubicada en el límite sur de América Central —Panamá— y América del Sur —Colombia— que es de alto riesgo por sus espesos bosques, pero también por la presencia del narcotráfico, el crimen organizado y el tráfico de migrantes.

Sobrevivieron pagando un alto costo humano, pero reconocen que tuvieron más suerte que muchos otros que se quedan atrapados o muertos en el Tapón del Darién, como también se le conoce a esa zona.

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La pareja de haitianos es parte de los numerosos grupos de 35 a 40 personas que continuamente están llegando en buses expresos al municipio de Jalapa, en Nueva Segovia, la última parada en Nicaragua antes de cruzar a Honduras y seguir su camino al norte.

Fue quizá el 12 de julio que llegaron, no saben con certeza, pero voluntarios del Ministerio Cristiano Juntos Somos Vencedores los encontraron sentados en la calle, abrumados por el viaje y desesperados por ayuda. Rose venía afectada por el trayecto y clamaba por auxilio. Fue alojada en casa de un buen samaritano, pero su estado de salud empeoró y la internaron de inmediato en el hospital de la localidad.

Rose Martine expuso que desde que salieron de Panamá ella presentó algunas complicaciones con su embarazo, además de padecer la falta de hidratación y alimentos, a ella le aquejan enfermedades —crónicas o adquiridas en el trayecto— y que tenía miedo de que su hija no lograra nacer con vida por las condiciones extremas a las que estuvo expuesta durante su viaje.

“Hemos decidido quedarnos unos días más aquí en Jalapa, para continuar nuestra ruta con otro grupo que viene de mi país, Haití, y gracias a Dios mucha gente nos ha ayudado con víveres, ropa, zapatos y alimentos. Nos han dado cositas (artículos) que necesitará la niña, que hoy cumple 14 días de nacida”, dijo Rose. El grupo con el que llegaron se dispersó y avanzó sin ellos, así que tocará sumarse a otro que se solidarice con el paso de los ahora tres viajeros de esta familia.

Odney manifestó que han tenido una larga y difícil travesía desde Haití, pero que el nacimiento de su hija en el municipio de Jalapa ha sido todo un acontecimiento positivo en sus vidas. “Mi mujer dio a luz el 15 de julio acá en Jalapa, donde encontramos apoyo y mucho cariño de la gente linda de este lugar. Nos han ayudado con el nacimiento de Princess Briany, además en el hospital nos atendieron muy bien las autoridades”, dijo el joven haitiano.

Princess Briany es el reciente caso local del nacimiento de una bebé de padres migrantes en medio de su travesía, pero a Jalapa llegan con frecuencia —cada vez mayor— mujeres con bebés en brazos que también se han apresurado en nacer en territorios ajenos para sus padres, pero que les han acogido.

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Si las condiciones de migración irregular para adultos son extremas, para mujeres embarazadas o con bebés recién nacidos se vuelve una odisea: más dificultades de salud, dificultad para obtener alimentos necesarios, dinero que se agota para comprar ropa y calzado, la falta de medicamentos para tratarse enfermedades crónicas y otras que contraen —la principal amenaza es el Covid-19—, sin mencionar todas las necesidades propias de un recién nacido.

Aun con el viento en contra, Rose Martine y Odney Negriel dicen sentirse contentos con su hija en brazos. Ellos inscribieron el 22 de julio en la Alcaldía de Jalapa a su hija Princess Briany, para ser nacionalizada como nicaragüense. Están hospedados en una casa que les facilitó una familia jalapeña, donde reciben atención médica y más apoyo de familias de esta localidad que les llevan alimentos y artículos de aseo, como también regalos útiles para Princess Briany, que está por cumplir 15 días de nacida.

Los tres están recuperándose y tomando fuerzas, según dijeron, para en unas semanas seguir su travesía en busca del sueño americano: entrar a Estados Unidos y pedir refugio, buscar trabajo y establecerse.

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