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CONTENIDO EXCLUSIVO.La crisis preelectoral que se ha desatado en Nicaragua ha generado tanto ruido en la región, que el proyecto de Costa Rica y El Salvador de poner a navegar un ferri para movilizar carga entre ambas economías, con el propósito de no pasar por tierra nicaragüense, se está acelerando comparado como cuando se diseñó la idea a partir del 2018, que implicó el bloqueo de circulación de carga en el país. Tal es el avance, que ya está el ferri que moverá la mercancía y ya hay empresa interesada en operar el negocio.
LA PRENSA se contactó directamente con Juan Ramón Rivera, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop), quien a través de un correo electrónico explicó que el proyecto aún no ha arrancado por algunos problemas que ya se están resolviendo.
“Realmente el asunto del ferri entre La Unión y Caldera lleva aproximadamente cuatro años de estarse tratando de implementar. Inicialmente se encontraron algunos problemas técnicos de comunicación entre las aduanas centroamericanas para manejar el tema intermodal. Esto fue resuelto a través de la Sica. Más recientemente, a partir del 2018 primeramente se logró superar un problema en Costa Rica sobre el tema de la carga enganchada o desenganchada y finalmente hace unos tres meses se logró conseguir una tarifa aceptable por el eventual operador del servicio”, expresó Rivera a este medio.
El funcionario costarricense sostuvo que por el momento se le está dando mantenimiento al barco que se utilizaría, el cual debe cumplir con ciertos requerimientos.
“Hoy en día, la Naviera del Odiel, empresa española, les comunicó a los gobiernos de El Salvador y Costa Rica la disposición de comenzar a operar el servicio. Ellos están a la espera de que el barco que se utilizaría termine su período de mantenimiento en dique, para poder indicar la fecha de inicio de las operaciones. La tarifa que irá a cobrar la naviera la desconocemos, pero de seguro será competitiva para que las empresas prefieran el transporte marítimo en vez del terrestre”, dijo Rivera.
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No obstante, en declaraciones al diario Costa Rica Hoy, Rivera dijo que esperaba que los viajes iniciaran antes de noviembre, cuando se realizarán las elecciones en Nicaragua.
Rivera añadió que el ferri tendría una capacidad para 60 contenedores por viaje y se estarían haciendo tres viajes por semana. Asimismo, expresó que, si se agravaba la crisis nicaragüense, Costa Rica presionaría por la aceleración del proyecto.
Desde finales de mayo, el régimen de Daniel Ortega emprendió una cacería de opositores y actualmente hay cinco precandidatos presidenciales presos: Arturo Cruz, Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Miguel Mora y Cristiana Chamorro. Además de otros dirigentes políticos.
¿Proyecto es viable?
Para Gustavo Viales, presidente de la Asociación Nicaragüense de Agentes Navieros (ANAN), el proyecto del ferri interregional es viable y de mayor rentabilidad para el comercio exterior.
“Para mí es un proyecto viable, eso implica menores costos porque el transporte marítimo es de menor costo porque maneja mucho volumen de carga en un solo embarque, mientras que por tierra, en este caso El Salvador tiene que cruzar la frontera del Amatillo, El Guasaule, se usan dos o tres fronteras para llegar a Costa Rica, pero si ellos lo hacen a través del Puerto La Unión, es un viaje bastante rápido y no están haciendo ese proceso de chequeo aduanero porque saliendo de un punto, vas directo de un país a otro país, sin estar transitando, sin estar sometiéndose a las regulaciones que cada país tiene por soberanía, todas esas regulaciones generan un impacto a la mercancía, ahí está el meollo del asunto”, explica Viales.
Para Viales, este proyecto se ha demorado porque se necesita inversión, sobre todo para adecuar las naves.
“Se ha demorado por un asunto de dinero, de fondo, meterse a un transporte marítimo de esa envergadura por lo menos necesitas 150 millones de dólares de inversión. Los puertos quizás no sean tanto el problema porque hay una infraestructura, por ejemplo, El Salvador tiene La Unión, que es un puerto moderno y está Caldera, que tiene unas terminales interesantes”, expresó Viales.
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Por su parte, Rivera dijo que está pendiente de hacerse en el puerto costarricense la construcción de un estacionamiento de enturnamiento para los furgones que lleguen a descargar las mercaderías para su traslado en el ferri, y dicha obra tendría un costo de 1.2 millones de dólares, que se financiaría con recursos no reembolsables del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y con una contrapartida que saldría del presupuesto del Incop.
Es más caro el transporte terrestre
Viales estima que la operación del ferri provocaría una reducción en el costo de los fletes de las mercancías, beneficio que recibirán directamente las empresas exportadoras.
“Recordemos que el transporte terrestre es muy caro, el kilómetro recorrido por tonelada es alto, no es así el transporte marítimo, ellos tendrían que invertir en los ferris, porque estos deben cumplir con muchas condiciones marítimas, porque se maneja todo tipo de mercancía y hay regulaciones propias que deben cumplir las naves, no podés poner cualquier barco, porque es un cabotaje regional, por las cercanías de las costas”, añadió.
LA PRENSA se comunicó con Marvin Altamirano, presidente de la Asociación de Transportistas de Nicaragua (ATN), para conocer su versión, pero dijo que la próxima semana dará una conferencia alrededor del tema.
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Los beneficios del ferri
El ferri prometía agilizar el comercio entre el norte y sur del istmo y ayudar ante los grandes problemas de conectividad en la región, no solo por problemas políticos, sino por aspectos de infraestructura terrestre, que acumula grandes deficiencias de logística y burocracia.
De hecho, por vía terrestre, cada transportista tiene capacidad para hacer dos viajes por mes entre El Salvador y Costa Rica, pero al activar el ferri permitiría duplicar el movimiento de carga a más velocidad entre ambos países.
Y muestra de ello es que para mover una carga por vía terrestre entre ambos países se invierten ocho días: cuatro de ida e igual número de regreso, mientras que en el caso marítimo son 48 horas: un día de ida y uno de regreso.