Cuando se hable de los mejores artilleros costeños de todos los tiempos en el beisbol nacional, el nombre de Dwight Britton debe de estar dentro de la discusión. El toletero disparó tres cuadrangulares en la serie el pasado fin de semana ante Nueva Segovia y llegó a 151 trancazos en su carrera. El oriundo de Corn Island se convirtió en el pelotero número 14, que conecta 150 o más vuelacercas en primera división. A su vez, se unió a Justo Rivas y Juan Carlos Urbina como los únicos miembros del grupo en lograrlo exclusivamente con bate de madera.
Britton, quien inició su carrera en 2009, también llegó a 905 imparables en los Pomares y se encamina a ser el cuarto caribeño en cruzar la barrera de los mil hits; se uniría a Carel Lampson, Gilbert Smith y Darrell Campbell, quien lo logró este año. “Me siento bien con lo que he hecho en mi carrera. Gracias a Dios las cosas me han salido bien y seguiré batallando para ir subiendo los números. Pienso llegar a los mil cañonazos la próxima temporada”, mencionó Britton.
Asimismo, Britton, de 34 años de edad, es el caribeño con más jonrones en la historia de la pelota casera. “Sinceramente no sabía de esa marca, ya que pensaba que habían otros jugadores con más cuadrangulares que yo. El anotador oficial del equipo fue quien me dijo, me quedé sorprendido, pero me llenó de orgullo saber de ese otro logro”, enfatizó el pelotero.
Te puede interesar: El primo de Everth Cabrera podría firmar con los Diamondbacks de Arizona
El artillero confiesa que atravesó por problemas con su físico, que le habían alejado de su mejor versión con el conjunto costeño. “Tuve problemas en mi espalda y seguí jugando así. Estoy trabajando más en el gimnasio. También he trabajado mucho con mis coaches de la Costa y con Henry Roa, quien me ha ayudado mucho a lo largo de mi carrera”, detalló.
Britton está recogiendo los frutos de las correcciones en su bateo, ya que ha superado las deficiencias con ciertos picheos. “He mejorado bastante en reconocer los lanzamientos rompientes. Tenía muchos problemas con ese tipo de envíos, pero ya logro distinguir bien cuando es rompiente. Muestra de ello es que he disminuido los ponches y he agregado más bateo de contacto. Henry Roa me enseñó a leer la bola, cuando está en la mano del pícher y eso ha sido clave”, añadió el jardinero.
Su familia es su prioridad
Dwight Britton siente que le queda mucho combustible en el tanque para seguir repartiendo palo en el beisbol criollo. Sin embargo, su mayor anhelo, más allá de los logros, es pasar más tiempo con su familia. “Espero pasar más tiempo con ellos muy pronto. A mis hijos casi no los veo durante la temporada, ya que solo los lunes tengo libre”, concluyó Britton, quien desea ser entrenador de bateo de la Costa Caribe, cuando decida ponerle punto final a su destacada carrera.