Nicaragua cerró el primer cuatrimestre del año con un crecimiento del 31.4 por ciento en la circulación de dinero en el mercado nacional, comparado con igual periodo del año pasado, según reflejan cifras del Banco Central de Nicaragua (BCN). Esto a criterio de los economistas responde al movimiento económico que se ha observado y que podría ser mayor si el Gobierno hubiera comenzado a usar el dinero que tiene guardado en el Banco Central.
Según datos oficiales, en abril el numerario —que es la cantidad de dinero, que incluye monedas, en manos de los nicaragüenses— fue de 26,696.6 millones de córdobas, que comparado con igual mes del año pasado, refleja un aumento de 6,392 millones de córdobas, ya que en abril del año pasado el saldo ascendió a 20,304.6 millones de córdobas, aunque precisamente para ese tiempo la pandemia había comenzado a sacudir la economía.
No obstante, si el saldo en abril se compara con diciembre del año pasado se observa una contracción de 4.3 por ciento, ya que para entonces el circulante andaba en 27,909.9 millones de córdobas. No obstante, cabe mencionar que el último mes del año suele ser atípico respecto al resto de los meses debido a que en diciembre circula el pago de aguinaldo y hay mayores ingresos de remesas.
Entre los factores que estarían incidiendo en el comportamiento del numerario en los primeros meses del año, figuran una mayor movilidad económica, el aumento de los afiliados al INSS (que implica más masa salarial) y el comportamiento de las remesas, que este año han crecido significativamente.
El economista Mario Arana señala que es posible que la tendencia que se observa actualmente se mantenga en lo que resta del año.
“En los primeros meses del año se ha visto una recuperación económica y normalmente el numerario va en esa línea, recordemos que este año hay expectativa que crezcamos más de un 3 por ciento, según proyección del Banco Central y ahora Funides, aunque creo que por el lado de la inversión privada puede haber un retroceso, pero normalmente el consumo está dado por las remesas y la inversión pública”, dijo Arana.
En el primer trimestre del año las remesas sumaron 500.4 millones de dólares, un crecimiento del 17.8 por ciento, con respecto a los 424.5 millones captados en igual tiempo el año pasado. Ese crecimiento a criterio de Arana ha incidido en el circulante.
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Sin embargo, Arana no obvió manifestar que puede haber factores que inciden negativamente en la economía. “Siempre puede haber fenómenos que afecten la inversión privada en particular, siempre hay signos preocupantes de inestabilidad a lo que la inversión privada huye y no se puede decir que es un año muy normal a como lo vamos llevando, pero sí es posible que las remesas mantengan el crecimiento esperado en el consumo que es una variable muy importante”.
Por su parte el economista Róger Arteaga manifestó que las cifras revelan que hay una “recuperación leve y lenta” debido a que el Gobierno no ha comenzado a ejecutar los fondos que tiene en el Banco Central.
“Esta tendencia va a depender de la velocidad con que el Gobierno ejecute proyectos, recuerde que el dinero está en el Banco Central, pero ha habido lentitud en ejecutar los fondos y eso incidiría en el circulante porque tiran dinero al mercado para pagar salario y eso hace que aumente la masa monetaria, pero si siguen guardando dinero, pueden mantenerse o disminuir la masa monetaria. Hasta que el Gobierno decida ejecutar en firme los proyectos para los cuales ya tiene desembolsos de los organismos financieros internacionales no vamos a ver una verdadera recuperación”, dijo Arteaga.
Hasta marzo el Gobierno tenía depositado en el Banco Central 25,954 millones de córdobas, por encima de los 20,235 millones de córdobas acumulados en igual mes del año pasado. Eso equivale a un incremento en el periodo del 28 por ciento y gran parte de estos recursos aún están pendientes de entrar a la economía mediante la ejecución de proyectos, lo que afectará el numerario, tal y como plantea Arteaga.
El Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) de marzo que muestra la evolución de las principales actividades económicas repuntó 2.5 por ciento, acorde al pronóstico inicial que hicieron las autoridades monetarias que este 2021 habría una expansión entre 2.5 y 3.5 por ciento.
Cabe destacar que a raíz de la crisis sociopolítica hubo una fuerte contracción en la circulación de dinero, lo cual se mantuvo hasta cerrar el 2019. Para el 2020 el panorama comenzó a cambiar y pese a la pandemia se mantuvo estable, hasta que en noviembre y diciembre se observó un aumento significativo en el circulante, coincidiendo con la llegada de recursos externos.
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El informe monetario de abril 2021 del BCN detalla que la base monetaria —incluye el numerario y las reservas de los bancos comerciales en el Banco Central— registró un saldo de 39,321 millones de córdobas, 23.9 por ciento más con respecto a los últimos 12 meses, sin embargo con respecto a marzo se contrajo 1,696.1 millones de córdobas.
Crédito no ha incidido
Normalmente la circulación de dinero también está asociada con la cartera de crédito de los bancos comerciales, pero esta ha tenido un comportamiento inestable, en enero y marzo creció, pero en febrero y abril cayó.
Según datos de la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif), en abril la banca dejó de entregar 35 millones de dólares, mientras que el mes anterior había crecido un 12 por ciento.
Además la circulación de dinero tiene que ver con el incremento de la base de contribuyentes del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que hasta marzo sumó adicionalmente 29,411 afiliados, con respecto a diciembre de 2020 cuando la institución cerró con 723,206 asegurados, según cifras del BCN. Ese aumento de afiliados también debería abonar al circulante y al crecimiento del consumo interno deprimido desde hace tres años.
La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico (Funides) en su último reporte de Coyuntura proyectó un crecimiento de 3.7 por ciento, la tasa más optimista respecto a proyecciones independientes como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que pronosticó un aumento de 0.2 por ciento, el más bajo de todo el abanico de proyecciones para Nicaragua.