Tiene 58 años de edad. Cuando era un niño, a M. A. su papá, de iniciales M. C. R., le pegaba durísimo, lo castigaba severamente de diversas maneras. Él lloraba y lloraba. No entendía por qué su padre, el hombre que debía protegerlo y amarlo, lo maltrataba tan cruelmente.
La familia vivía mudándose de un lugar a otro por toda la Costa Caribe nicaragüense. Cambiaban de residencia, pero lo que no cambiaba era el “descomunal maltrato” que a M. A. le daba el progenitor.
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Cuando llegó a la adolescencia, se fue de la casa. No aguantó más los castigos severos, maltrato y humillaciones que le hacía su padre.
Hace seis años, la madre de la víctima decidió revelar una verdad familiar. Llamó a su hijo y le contó que M. C. R. realmente no era su padre biológico, sino su padrastro.
“Yo me enteré de que no era hijo del difunto hasta ser adulto…, hubo maltrato físico de parte del difunto. No quiero heredar ese apellido a mi hijo. Repudio ese apellido por maltrato físico que hizo ese señor en vida hacia mi persona”. Víctima de iniciales M. A. C. M.
No quiere heredar ese apellido paterno a su hijo
A sus 58 años de edad, M. A. nunca había tenido un hijo, pero hace poco se volvió padre. Por el “mal recuerdo” del hombre que pensaba que era su padre biológico, ahora no quiere heredar el apellido de él a su hijo recién nacido.
Hace 40 años que caducó (precluyó) su derecho de desechar el reconocimiento paterno que le hizo su padrastro, por lo cual la víctima pidió ante el juez Cuarto Distrito de Familia de Managua, José Ramón Barberena Ramírez, que le quite el apellido paterno y le deje solo su apellido materno.
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El juez Barberena ya ordenó al Registro Civil de las Personas de Managua que le quite el apellido paterno a la víctima. Este caso fue dado a conocer inicialmente por la oficina de prensa del poder judicial, a través de la periodista Janelys Carrillo.
Padrastro pidió perdón
El padrastro era un bebedor consuetudinario, violento, que castigaba cruelmente a todos sus hijos, pero con M. A. se ensañaba. “A todos nosotros nos penqueaba, pero a quien le daba demasiado maltrato era a M. Era totalmente descomunal. Nosotros lo mirábamos…, ninguno de nosotros éramos amorosos con nuestro padre, unos se fueron, otros nos quedamos”, comenta ahora un hermano de la víctima.
“Mi padre era un borracho empedernido. Vivimos en toda la Costa Atlántica, en el Triángulo Minero. El maltrato que hacía mi padre hacia M. era totalmente descomunal. Nosotros lo mirábamos. Después mi mamá le confirmó que no era hijo de mi papá”. Hermano de la víctima.
Al padrastro le dio cirrosis y le tuvieron que hacer una diálisis. En su lecho de muerte, en el Hospital Antonio Lenín Fonseca, mandó a llamar a su hijastro y le pidió perdón por todo el maltrato físico y psicológico que le había causado.