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CONTENIDO EXCLUSIVO.Un total de 28 camionetas ha comprado la Alcaldía de Managua entre 2016 y 2021, siendo la mayoría de estos vehículos asignados a directores de área, delegados distritales, y por supuesto, para uso de la alcaldesa Reyna Rueda y el poderoso secretario general de la comuna, Fidel Moreno.
La cantidad de camionetas adquiridas en los últimos años fue comprobada por LA PRENSA luego de revisar los contratos de adjudicación; algunos fueron publicados de una manera que a simple vista es imposible advertir que se tratan de camionetas. Por ejemplo, se encontraron procesos para la compra de camiones y en las especificaciones aparecían además los vehículos livianos.
Entre los hallazgos también está que el 2017 —un año antes que estallara la crisis sociopolítica en el país— fue el año en que más se compraron. Ese año la cifra fue de nueve camionetas nuevas con una partida presupuestaria de 8.7 millones de córdobas, seguido de 2020 y 2021 con seis camionetas en cada uno.
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Detalles de lujo
Entre los requerimientos plasmados por la municipalidad para una parte de la flota es que tengan asientos de cuero, rines de lujo, manecillas y espejos cromados (aspectos que forman parte del full extra). La mayoría son de la marca Toyota Hilux.
Estas camionetas han sido asignadas en absoluto silencio e igual ha habido secretismo con la reasignación de las que estaban previamente en uso. Así lo confirmó el concejal de Ciudadanos por la Libertad (CxL), Sellin Figueroa, al sostener que en los tres años de funcionamiento del Concejo Municipal vigente, no se ha rendido informes sobre tales compras. Similar ocurrió durante los otros años de la administración anterior.
“Las camionetas anteriores estaban en perfecto estado, así que no hay justificación de la nueva compra. Lo que se demuestra es un despilfarro del dinero que sale de los impuestos: de la Ley de Rótulos, el incremento a la tasa por servicios en los cementerios y el Impuesto sobre Bienes Inmuebles que ha aplicado la administración sandinista”, criticó Figueroa.
Dayra Valle, especialista en temas de transparencia, enumeró los cumplimientos que deben darse en este tipo de compras, para estar apegados a la Ley de Contrataciones Administrativas Municipales (Ley 801). Primero está la planificación a través del Plan General de Adquisiciones (PGA) y tiene que ser conocido por todo el Concejo Municipal; la participación de dos concejales de distintas corrientes políticas en el comité de evaluación de las ofertas.
“El PGA debe facilitarse porque es como el Plan de Inversión Anual (PIA) en materia de infraestructura. Esto es en materia de adquisiciones de bienes, servicios, contratos complementarios y las obras también. Debe proporcionarse o ser una exigencia de los concejales porque es un elemento de transparencia a lo interno, para que los concejales puedan realizar su fiscalización. Pero como no interesa y no quieren que se genere una situación de cuestionamiento a la gestión municipal, entonces no se brinda. La opacidad es la forma más fácil de evitar que alguien se entere de una situación que puede generar un conflicto interno o la denuncia hacia afuera”, analizó Valle.
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Otro aspecto señalado por Valle es que parte de las camionetas compradas son lujosas. “En cierta medida es un bien suntuoso, que no necesariamente necesitás. Si son full extra, eso aumenta más o menos el 25-30 por ciento el valor del vehículo. No estamos hablando de cualquier vehículo, sino que tiene ciertas características en sus especificaciones que lo hacen más costoso y no sé si lo requerimos para una zona urbana. Son accesorios que se pueden obviar”.
La compra de los vehículos se da en un contexto de crisis económica como consecuencia de la represión del régimen orteguista, sumado a la pandemia del Covid-19. A nivel local, Managua es un municipio en donde urgen obras de drenaje y vialidad.