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Entre mayo y junio de 2020, Nicaragua vivió uno de los picos más alto de la pandemia. Los hospitales se vieron saturados por las hospitalizaciones de covid-19. LA PRENSA

Por qué en Nicaragua no se ve la mortandad y contagios de Covid-19 como en Brasil, pese a que ambos gobiernos manejan igual la crisis

Si bien en Nicaragua la crisis sanitaria no se presenta con tanta fuerza como en Brasil, teniendo ambos gobiernos las mismas disposiciones de minimizar el impacto de la misma, familias enteras están siendo afectadas por el covid-19 según médicos independientes.

Si en algo se parecen los gobiernos de Brasil y Nicaragua es en el manejo de la pandemia del Covid-19, porque ambos han minimizado el impacto de esta en su población, lo que ha ocasionado en ese país sudamericano un desbordamiento de contagios y muertes, que ahora alcanza a los niños. Y en Nicaragua, aunque los casos van en aumento, hay un ambiente de relajación de las medidas de prevención por parte de la ciudadanía, pero eso no significa que la política errada en el manejo de la crisis sanitaria no esté pasando factura, advierten especialistas.

Los médicos señalan  que la promoción de aglomeraciones por parte del Gobierno está teniendo repercusiones en el aumento de casos sospechosos del nuevo coronavirus. “Nosotros que tenemos una línea telefónica abierta, nos estamos dando cuenta que los casos han aumentado, familias enteras están siendo afectadas ahorita después de Semana Santa y esa es una realidad, el Gobierno simple y sencillamente tapa esa información, no quiere que  salga a la luz”, asegura el doctor José Antonio Vásquez, presidente de la Unidad Médica Nicaragüense.

Aunque ambos gobiernos minimizan la pandemia, al menos en Brasil hay una separación de poderes y el Ministerio de Salud puede hacer estudios y dar a conocer la situación real que están viviendo, mientras que en Nicaragua la centralización de los poderes está en la pareja presidencial, comenta el doctor Carlos Quant, infectólogo y miembro del Comité Científico Multidisciplinario (CCM).

“Aquí sabemos que el poder está concentrado en la pareja (Ortega y Murillo), están dominados todos los poderes del Estado, el Ministerio de Salud (Minsa) no tiene ninguna autonomía y si la pareja presidencial dice sencillamente que ya no hay Covid, sencillamente por decreto acaba el Covid, aunque nos estemos muriendo todos por esta misma causa”, expresa Quant.

Aunque hacer la comparación del impacto de la crisis sanitaria entre ambos países es complejo, iniciando por la diferencia en población (Brasil tiene aproximadamente 201 millones de habitantes y Nicaragua 6.52 millones), los médicos aseguran que el impacto en Nicaragua ha sido significativo, aunque lo han querido ocultar.

“Si nosotros vemos la población de Brasil, las muertes que han tenido, y vemos la población de Nicaragua, nos damos cuenta que con seis millones y medio de habitantes, y la cantidad de muertos que hemos tenido, es lamentable, lógicamente que el Gobierno sigue ocultando esta información, el problema es que existe una falsa objetividad acerca de lo que es el Covid”, plantea Vásquez.

El excanciller Norman Caldera considera que entre los factores por los cuales en Nicaragua no se ve un impacto parecido al de Brasil, a pesar de la similitud en el manejo de la pandemia, es por la “densidad de población, que es mucho mayor allá; el hacinamiento de las favelas y los edificios públicos con ductos que son criadero de virus allá”, expresa.

Lea también: Nicaragua ha vacunado a más de 60 mil personas contra el Covid-19, según cifras oficiales.

Hasta el 18 de abril, Brasil había reportado 13.9 millones de casos (6.9 por ciento de su población) y 372 mil muertes por el nuevo coronavirus. En Nicaragua, el Observatorio Ciudadano Covid-19 ha reportado hasta el 14 de abril 13,693 casos sospechosos y 3,045 muertes sospechosas por Covid-19, mientras el Ministerio de Salud contabiliza 6,778 casos y 81 muertes por la misma causa.

Según el sitio web Our World in Data, del Global Change Data Lab en colaboración con la Universidad de Oxford, hasta el 15 de abril en Brasil se han aplicado 32.81 millones de dosis de vacunas contra el Covid-19, cubriendo aproximadamente al 8.1 por ciento de su población, y en Nicaragua el régimen dio a conocer que la segunda etapa de vacunación está completada en un 35  por ciento que, junto a las tres mil personas vacunadas en la primera etapa, serían aproximadamente 61,625 personas vacunadas, un 0.9 por ciento de la población.

Nuevas variantes preocupan más

Lo que más preocupa son las apariciones de las variantes de Covid-19 más contagiosas y letales, las que cada vez están más cerca de Nicaragua. Entre las nuevas cepas, debido a la mutación del virus, se identifica a la variante británica, la variante brasileña, la variante sudafricana y se conoce de al menos dos variantes californianas; estas variantes se estiman que pueden ser hasta 50 por ciento más contagiosas que la original de Wuhán, China.

Las variantes ya circulan en Estados Unidos, México, Panamá y El Salvador, por lo que se podría suponer que alguna de estas también esté en Nicaragua.

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“Definitivamente es un riesgo muy alto, para nuestra población…Obviamente nosotros como país no estamos ajenos al mundo, y aunque tenemos una reducida circulación de personas del extranjero, pero vienen muchos nicaragüenses que residen en Estados Unidos, Panamá, Suramérica y Europa”, explica el doctor Quant.

El doctor Leonel Argüello, epidemiólogo y también miembro del CCM, dice que es imposible saber si ya hay variantes en el país por el hermetismo del régimen, no se sabe si le están dando algún seguimiento y trazabilidad a las variantes.

“Cuando no se hace el examen de laboratorio, se puede sospechar, como en el caso de Costa Rica, donde están aumentando muy rápido los casos, especialmente si la población está tomando medidas de prevención. Si las han bajado, entonces podría explicar el aumento de los casos. Cualquier variante puede surgir aquí en el país o ingresar, una variante es una falla de replicación o de autocopia”, explica Argüello.

Además del hermetismo, el otro problema que enfrenta Nicaragua y que representa un peligro con respecto a la propagación del virus, es que se siguen promoviendo las actividades con aglomeraciones de personas que podrían estarse contagiando.

“En Nicaragua la epidemia se ignora, la gente por tanto no está alerta y la única arma que tiene para defenderse es la prevención y no se le está motivando a seguirlas, al contrario, a no seguirlas y exponer a la gente a la enfermedad es la regla de lo que promueve el Gobierno, se siembra enfermedad, para cosechar complicaciones, muertes y daños permanentes en las personas posterior a pasar la enfermedad aguda”, dice Argüello

Nicaragüenses no deben bajar la guardia

Tal como los médicos independientes han hecho el llamado, desde el inicio de la pandemia ante la irresponsabilidad del régimen, instan a los nicaragüenses a continuar con las medidas de prevención y no bajar la guardia ante los contagios de Covid-19.

“Todas estas variantes presentan cuadros clínicos o síntomas similares, lo único que son más transmisibles, por lo tanto, las medidas de prevención, 5 + 1, son las mismas”, dice Argüello.

Las medidas 5+1 son: el lavado de manos; no tocarse ojos, nariz o boca; usar mascarilla quirúrgica o de tres capas si es de tela; usar careta de protección facial; distanciamiento de dos metros o más; y ventilación; procurar estar en lugares ventilados para evitar acumulación del virus.

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