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Jonathan Loáisiga ha lucido en plan grande esta temporada

Jonathan Loáisiga ha capturado una victoria y lanza para 1.80 en esta campaña, en la que se ve que podría ir rumbo a su establecimiento total

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Una de las principales virtudes de Jonathan Loáisiga es su sentido de la reacción. Algo de eso vimos el sábado ante Tampa, cuando luego de un cuadrangular, no solo mantuvo la compostura, sino que apretó con más fuerza y más fuego, hasta completar una labor aceptable.

Lo de Jonathan es más admirable incluso, en medio del mal momento que vive su equipo, los Yanquis, quienes registran una de sus peores arranques en los últimos 25 años. El pistolero nica no se ha contagiado, si no que ha sido una opción confiable en medio del caos actual.

Loáisiga lo ha hecho tan bien, que incluso, el jonrón que le conectó Joey Wendle, fue ante su mejor arma contra los zurdos, un cambio de velocidad a 89.5 millas, que además tiene un movimiento hacia afuera, como si se desvaneciera, alejándose de la zona de poder del artillero.

Sin embargo, estas cosas suceden en el beisbol y sobre todo en Grandes Ligas, donde el nivel de precisión de los lanzadores, pero también de los bateadores, es elevadísimo. Wendle logró descifrar el disparo y lo castigó con fuerza. No fue que Loáisiga se equivocó. Wendle acertó.

El Jonathan de este año, es un lanzador bien construido. Fuerte y preciso. Su velocidad es de élite (97-98) y con un spin (giro) sobre average. Ha usado más el sinker y lo tiene muy obediente. De aquí que provoque tantas rolas, pero sobre todo tiene un mejor comando.

Ahora es capaz de ir a donde desee en cualquier circunstancia y conteo. Dispone además de una curva estupenda, que es su mejor lanzamiento secundario. Sin embargo, ante su uso en labores de relevo, el repertorio se comprime y la recta y el cambio son los esenciales.

Nadie sabe lo qué ocurrirá en el futuro, pero a juzgar por lo visto hasta ahora, Jonathan va en ruta hacia su establecimiento definitivo como un lanzador confiable en medio de un notable cuerpo de relevistas como el de los Yanquis, liderado por el cubano Aroldis Chapman.

Sus cifras son claras: tiene 1-0 y 1.80 en diez entradas de labor a lo largo de seis partidos. Ha tolerado siete hits, incluyendo el cuadrangular de Wendle, dos carreras limpias, con una base por bolas y 11 ponches con 0.80 de whip. Ante eso no hay nada más que pedirle al pinolero.

Ciertamente, ha estado en plan grande y cada día se ve más confiado y cauteloso, mientras avanza en dirección hacia su establecimiento total como un relevista confiable en las Grandes Ligas.

Edgard Rodríguez está en Twitter: @EdgardR 

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