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CONTENIDO EXCLUSIVO.La Cuneta Son Machín era uno de los grupos nacionales más exitosos de Nicaragua. Hacía giras internacionales, grababa discos, sus conciertos se llenaban, pero todo eso cambió en abril de 2018. Durante la crisis sociopolítica desapareció. “Pasamos más de un año sin realizar conciertos, sin hacer música, porque no existía ningún tipo de condiciones, ni ánimos, menos energías con lo que estaba pasando en Nicaragua”, dice Carlos Luis Mejía, integrante de la agrupación.
Ahora, regresan con un nuevo disco y sin uno de sus integrantes, Augusto Mejía. El grupo habla de sus proyectos, pero también de qué pasó en 2018.
Durante la represión del régimen de Daniel Ortega, que dejó más de 300 muertos, según diversos organismos nacionales e internacionales, la voz de la Cuneta Son Machín no se escuchó, no se pronunciaron como banda por la situación que vivía el país y eso les trajo muchas críticas. Les decían que estaban a favor del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo por no alzar su voz. “Culturalmente somos de estar señalando, juzgando, por lo que decidimos o no. No tocamos los primeros dos años, pero la gente no lo ve eso como símbolo de protesta, solo si salís y te tomás tu foto, si pasaron lista y dijiste presente”, asegura Carlos Luis.
Como banda, cuenta, decidieron no ser “activistas”, pero que como ciudadano cada uno decidió pronunciarse a su manera. “Cada quien lo hacía a nivel personal, todos participamos a nuestra manera, hicimos proyectos enfocados a eso. Como grupo tratamos que no porque siempre se llena todo de figureo y yo, por lo menos, estoy en contra de eso”.
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Carlos Guillén, conocido como Frijol, dice que con todo el torbellino que hubo en las redes creían que la banda “hasta ahí no más llegaba, por la manera en como el público comenzó a reaccionar con los artistas que estaban a favor o en contra. Fueron muchas críticas, pero creo que fue parte de la manera en cómo la sociedad empezó a descargar toda esa frustración que tenía acumulada durante muchos años”, afirma Guillén.
Asegura además que ellos no estaban con nadie. “Tratábamos de mantener un discurso neutral y conciliador. Creo que también mucha gente pensó que nosotros estábamos a favor o en contra de cierta tendencia”, y agrega: “Fue muy complicado, por un lado yo sí quería expresarme y quería utilizar la música, pero no tenía las fuerzas para hacerlo, tuvo que pasar varios meses para empezar de nuevo a trabajar creativamente y canalizar esa frustración y esa rabia que tenía acumulada”.
Carlos Luis asegura que sí en 2018 hubo represión gubernamental, estudiantes asesinados y presos políticos. “El 2018 Nicaragua despertó de un sentir que se venía acumulando desde hace varios años, un sentir que tenemos todos los que queremos una Nicaragua libre”.
¿Qué pasó con Augusto Mejía?
La banda regresa con un nuevo disco que aún no tiene nombre, pero espera que esté listo en unos cinco meses. Estará compuesto por entre siete y ocho temas, pero irán lanzando cada canción cuando esté finalizada. “Este disco tiene canciones que estábamos comenzando en 2018, hay un par que teníamos medio preparadas, pero con lo de abril quedaron sin terminar, pero tenemos un par que ya están casi listas y otras que ha surgido a raíz de la crisis y la pandemia”, dice Guillén.
Además regresa sin uno de sus integrantes, Augusto Mejía, quien ha sido uno de los más criticados en redes sociales por su supuesta cercanía y simpatía con el régimen de Daniel Ortega. Según los integrantes de la banda, Mejía decidió separarse del grupo para dedicarse a sus negocios.
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LA PRENSA lo contactó para consultar por qué había decidido no continuar en el grupo y respondió: “Tengo mis emprendimientos que vengo trabajando desde hace unos dos años. Y pues llegó un momento en el que me demandaban demasiado tiempo y atención, y me parecía incorrecto estar en un proyecto musical al que no le estaba dedicando el tiempo necesario. Entonces me tocó tomar la difícil decisión de dejar la banda”.
Sobre las críticas en redes sociales, Mejía dice que prefiere no hablar de ello porque “es dar pie a nuevas malas interpretaciones”.
El primer sencillo del disco La argolla estará disponible a mediados de marzo. El tema habla sobre las personas que tienen “pata”. Es una autocrítica a la cultura nicaragüense. En esta canción lograron tener la colaboración de Deuce Eclipse —rapero nicaragüense que vive en San Francisco, California— y también en los timbales y la percusión a Karl Perazzo, actual percusionista de Santana.
“La letra va del tráfico de influencias en este país, en la manera en como se desarrolla la sociedad y la política, el que tiene mayor ventaja es el que tiene un conecte en alguna institución del Gobierno, de la Policía, incluso a nivel empresarial”, dice Guillén.
El disco también tendrá el tema La maracafufa, que habla sobre el consumo de la marihuana, “pero más allá del consumo es como una parodia de alguien que fuma y cómo se maneja la sociedad hipócritamente. Así como una crítica a la gente que maneja el poder y las leyes”.
La banda irá lanzando las canciones que estén listas, ya que dicen deben adaptarse a la actual manera de hacer música, porque el concepto de disco está cambiando.
La pandemia
A mediados de 2019 La Cuneta Son Machín realizó una gira por Europa. En febrero de 2020 ofrecieron un concierto en Costa Rica, después de eso viajaron a Estados Unidos para tratar de finalizar el disco, y estando allá estalló la pandemia. “Venimos de los Estados Unidos con las completas, agarramos un avión y a la semana estaba cerrado el aeropuerto de Nicaragua”, dice Guillén, quien confiesa que se encerró durante tres meses para no afectar a su familia.
El encierro y el no ver a los suyos lo afectó, cuenta. “De algo que ya nos venía afectando emocionalmente desde la situación del 2018, que para mí fue más fuerte todavía”, asegura.
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La banda dice que hay quienes critican a los músicos por hacer conciertos durante la pandemia, pero aseguran que es porque no saben que en Nicaragua ellos no viven de descargas en línea, menos de ventas de discos o productos. “Si el músico no hace conciertos, no tiene ningún tipo de ingreso, es fácil venir y decir qué irresponsable que sos. Nosotros solo vivíamos de la música, pero incluso estamos en una situación más privilegiada que otro montón de músicos, porque tuvimos un momento en el que nos iba muy bien y logramos después adaptarnos a otra circunstancia. En mi caso, tenía la ventaja de que mi esposa tenía un trabajo, mientras yo no tenía”, dice Guillén.
Estos músicos expresan que actualmente no existe apoyo para la música ni de la empresa privada ni del Gobierno. Han realizado un par de conciertos virtuales, cuentan, se conectan muchas personas pero si hacen o piden donaciones la gente tampoco apoya, porque no tiene la conciencia de decir “esto lleva un recurso, tiempo, gasto, etc.”.