Las largas filas, esperas de horas y aglomeración de personas para retirar los resultados de su prueba PCR para Covid-19, parecen haber terminado en el Complejo Nacional de Salud Dra. Concepción Palacios. De acuerdo a reportes de ciudadanos que aplicaron a la prueba esta primer semana de febrero, la atención se ha agilizado, los periodos de espera son cortos y el espacio dispuesto para el retiro de los resultados es ahora más amplio.
En dos visitas que realizó un equipo de LA PRENSA este martes y hoy miércoles, se constató que las hileras afuera del complejo Conchita Palacios han desaparecido y que la población entra y sale a realizar la gestión con un breve período de espera. “Yo me vine a las seis de la mañana porque pensé que estaban los filones, pero ya voy saliendo porque fui de las primeras”, comentó una ciudadana que viajará mañana. “Me dijeron que puedo venir entre las tres y las cinco y que pase de un solo con mi papel (recibo) a un toldo donde entregan los resultados”, señaló la mujer que antes de las 7:30 de esta mañana se retiraba del lugar.
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Desde inicios de enero aumentó la demanda de la prueba Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) para COVID-19, porque cada vez más países de la región exigen a los viajeros el comprobante negativo de esta prueba para poder ingresar. En Nicaragua – desde el 17 de julio de 2020 – el régimen de Daniel Ortega, a través del Ministerio de Salud, estableció que únicamente esta institución podría aplicar esta prueba y lo harían en su edificio central, “Conchita” Palacios.
El hecho que el gobierno haya centralizado el acceso a este test se volvió problemático cuando las primeras aerolíneas que reactivaron sus servicios en el país aumentaron la frecuencia de vuelos, además de las nuevas exigencias en los principales países de destino de los nicaragüenses – como Estados Unidos y Honduras – , lo que disparó la demanda de los viajeros por la prueba.
El Conchita Palacios es la única alternativa para acceder al examen PCR, por un costo de 150 dólares, y eso provocó que en enero se reportaran largas filas y la población denunciara en redes sociales lo que este diario comprobó también en una visita: desorden, caos y larga espera para retirar los resultados.
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Aunque comprobamos que el proceso ha mejorado considerablemente, se ha vuelto más ágil y no se observaron filas ni aglomeraciones de personas, persiste la deficiencia en el sistema que el Minsa ha impuesto para la entrega de resultados: deben ser retirados personalmente. En otros países, tanto para agilizar y hacer más prácticos los procesos, como para evitar el contacto físico innecesario y las aglomeraciones en el contexto de la pandemia, los comprobantes se envían de forma digital, ya sea por coreo electrónico o vía WhatsApp, por ejemplo.
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Tanto la comunidad médica como los empresarios han hecho un llamado a Ortega para que descentralice estas pruebas, y que la población tenga mayor acceso como en otros países de la región y alternativas en laboratorios que puedan aplicarla, lo que podría abaratar costos de un test – 150 dólares – que no es accesible para toda la población que lo requiera.