Pese a que el cardenal Leopoldo José Brenes, arzobispo de Managua, aclaró a LA PRENSA este fin de semana que la institución religiosa no está participando en el supuesto intento de un tercer diálogo nacional entre partidos políticos, empresarios y la dictadura, dijo que valorarían mediar si las partes están dispuestas a ceder.
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Las declaraciones del líder religioso se dan ante los rumores que circulan en redes sociales y algunos medios de comunicación que aseguraban de un supuesto diálogo entre los sectores. “Que yo sepa no, no está ocurriendo eso en este momento”, expresó. Aunque dijo que “estaríamos dispuestos a hacer la mediación con tal que las partes se pongan de acuerdo, luego miraríamos qué decide la Conferencia Episcopal, pero las partes deben llegar con la voluntad de ceder un poco”, animó en caso de la apertura de un tercer intento de diálogo.
En cambio, en marzo de 2019, la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) emitió un comunicado en que anunciaba que no participaría en la segunda mesa de negociación, a la que fue invitada por la Alianza Cívica y el Gobierno, en búsqueda de una solución a la crisis del país, que tenía entonces casi 11 meses. Los obispos consideraron entonces que ese momento histórico le correspondía resolverlo a los laicos, mientras que los religiosos mantendrían sus oraciones.
Tras las expresiones del cardenal Brenes, el director ejecutivo de la Alianza Cívica, Juan Sebastián Chamorro, recordó que el diálogo nacional quedó inconcluso con el incumplimiento de los acuerdos del 27 y 29 de marzo de 2019, los que contemplaban: la liberación total y definitiva de todos los presos políticos, la restitución de derechos y garantías, el derechos a la marcha, regreso seguro de los exiliados, entre otros.
“Entonces ahí está en la mano de la dictadura hacer cumplir ese acuerdo que firmaron ellos mismos y no lo han cumplido. Nosotros como Alianza Cívica no hemos tenido ningún tipo de comunicación (sobre un nuevo diálogo), y por todos estos años hemos estado diciendo que la importancia del cumplimiento de estos acuerdos es fundamental, pues no tiene mucho sentido ir a una mesa de diálogo si lo que ya está acordado, firmado, no se está cumpliendo”, señaló Chamorro.
Ortega no tiene voluntad de dialogar
Para el exembajador de Nicaragua en Alemania, y coordinador de comunicación de la ACJD, José Dávila Membreño, la Iglesia católica como institución de servicio eventualmente podría estar dispuesta (a ser mediadora), pero lo principal es que al gobierno de Ortega no se le ve voluntad política para dialogar.
“Sobre esto de la posibilidad del diálogo entre el Gobierno y la oposición mediando la Iglesia católica lo importante es constatar algunos hechos, en primer lugar: la Iglesia católica de Nicaragua es una institución de gran respeto, de mucho servicio, lo demostró en la crisis política de hace dos años, lo ha demostrado en la pandemia, lo ha demostrado con los huracanes. O sea, es una institución que responde a las aspiraciones y necesidades de la población, por lo tanto, se ha ganado un gran respeto una autoridad moral para jugar un rol a favor del país”, explicó Dávila.
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Por otro lado,”este gobierno ha demostrado que siempre utiliza los diálogos para ganar tiempo, no cumple, como los acuerdos firmados con la Alianza Cívica en marzo de 2019 que no cumplió. Siempre usa los diálogos para engañar, la gente no confía en este gobierno”, dijo Dávila.
El exembajador, manifiesta que al igual que la Iglesia, la comunidad internacional está a favor del diálogo, por lo que han llamado a la conversación entre el Gobierno y la oposición para buscar una salida a la crisis política. Asimismo recordó que la Organización de Estados Americanos (OEA), en la resolución del 20 y 21 de octubre de 2020, también hizo un llamado a ambas partes a dialogar para hablar de reformas electorales. Ahora bien, “la crisis es tan grande en el país que se necesita dialogar sobre una solución, pero el Gobierno no tiene voluntad”, agregó.
Por su parte, el analista político y opositor, Eliseo Núñez, expresó que hablar sobre la posibilidad de que exista un tercer intento de diálogo “suena fuera de contexto”, porque no se ve al régimen bajo ningunas circunstancia dispuesto a dialogar.
“Creo que la estrategia de Ortega de aquí hasta las elecciones va a ser aumentar la represión. Tiene dos objetivos: uno, el objetivo inmediato que es golpear a líderes opositores, tanto territoriales como nacionales, y el segundo objetivo es que la población crea que Ortega es un mal del cual es difícil deshacerse y que no podés hacer nada”, considera Núñez.
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El analista político agregó que Ortega quiere mermar la capacidad de recaudación de la oposición amenazando al empresariado que ayude. “Adicional a esto Ortega va a hacer una propuesta de reforma electoral, probablemente muy diminuta, dentro del esquema de la Asamblea Nacional (misma que controla)”, señaló.
Wilfredo Navarro: “No existen condiciones ni posibilidades para la realización de un diálogo en Nicaragua”
El diputado Orteguista, Wilfredo Navarro, criticó que “la desarticulada oposición de Nicaragua” está hablando de la posibilidad de un nuevo diálogo nacional, y señaló a los obispos y curas —a quienes tilda de “golpistas”— de estar tratando de montarse en el escenario de un diálogo para ser garantes y testigos, “cuando el pueblo sabe muy bien como actuaron orquestando el golpe fallido del 2018”.
“Al respecto creemos que no existen al momento condiciones ni posibilidades para la realización de un diálogo en Nicaragua porque sencillamente el Gobierno continúa y tiene como prioridades, primero, la lucha y la protección de los nicaragüenses contra la pandemia que todavía está afectando el país. Segundo, en estos momentos el Gobierno está enfrascado en garantizar a los pueblos del Caribe Norte la protección y bienestar, recuperando, reconstruyendo una zona tan importante para nuestro país”, manifestó.
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“¿Con quién dialogar?”, cuestionó Navarro, ya que considera que no existe en Nicaragua ninguna fuerza política que tenga la cohesión que pueda garantizar los resultados ni el cumplimiento de los acuerdos.
“Son una torre de Babel en la mal llamada oposición. Lo que existe es un pleito de perros donde todos se atacan, se tratan de destruir entre ellos y las causas son los miles de dólares que les vienen de Estados Unidos y que son repartidos con profusión entre los diferentes grupos, lo que provoca que se agredan, en búsqueda que les den más dólares”, señaló Navarro.
“Definitivamente no tienen ninguna representación, no pueden garantizar que haya resultados positivos ni acuerdos. Están en una guerra entre ellos mismos”, precisó.
El diputado orteguista mencionó que los sacerdotes y obispos están tratando de figurar en el foco público nacional hablando que podrían ser garantes o testigos de ese remoto diálogo, y recordó que “ellos (la CEN) se deslegitimaron en las negociaciones anteriores (2019)”.
“Si los curas y los obispos quieren participar en un diálogo, en el caso que se diera, lo harán, no como garantes ni como testigos ni mucho menos, porque no pueden ser testigos ni garantes ya que fueron participantes directos del fallido golpe que se intentó dar en Nicaragua en el año 2018. Si quieren participar, tendrían que hacerlo como parte de la fallida oposición”, expresó el diputado orteguista.
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De volverse a dar una negociación, el régimen ya ha sido contundente, dijo Navarro. “Vamos a ir a negociaciones electorales con los sujetos activos del quehacer electoral, que son los partidos políticos. Nada de negociaciones con ONG, con los proaborto, gays, lesbianas, pedófilos. Se discutirán las reformas a la Ley Electoral con los partidos políticos. Serán reformas de carácter eminentemente técnico, con el fin de perfeccionar el proceso electoral. Así de claro”, puntualizó.