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Daniel Ortega,

Ortega busca su cuarto mandato consecutivo como presidente de Nicaragua. LA PRENSA/ARCHIVO

¿Por qué no le será fácil a Ortega obtener con el BID y Banco Mundial los US$178 millones que le urgen?

Analistas explican que aunque el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo anunciaron que Nicaragua recibirá apoyo humanitario, al régimen de Ortega no le será fácil conseguir los 178 millones de dólares que le urgen, a menos que cumpla ciertas condiciones, que a continuación detallan.

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En medio de una fuerte necesidad financiera por el impacto que el huracán Eta tuvo en Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega recibió el martes luz verde para recibir apoyo financiero por parte del Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), un guiño de las multilaterales que a criterio de especialistas no debe interpretarse como un relajamiento de la Nica Act, sino como un caso excepcional ya contemplado en la legislación estadounidense que había impedido a la dictadura acceder a fondos frescos desde hace tres años.

Además advierten que a Ortega no le será fácil conseguir los recursos que le urgen a menos que cumpla ciertos requisitos. El anuncio de las multilaterales, en el que también participó el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), coincidió con el día en que el régimen reveló que requería preliminarmente 178 millones de dólares para reconstruir las zonas afectadas por el huracán Eta, equivalentes a 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto.

Ortega no tiene capacidad para hacer frente a esa necesidad financiera y por eso ya había dicho que recurriría a la comunidad internacional, sobre todo a sus históricos aliados, de los que hasta ahora no ha recibido ni un dólar, con excepción de Taiwán que le donó 200 mil dólares sin condiciones.

Son las multilaterales las que le extenderán la mano, al igual que lo harán con Guatemala y Honduras, donde se reportan millonarias pérdidas como consecuencia del ciclón que ingresó por Nicaragua y se trasladó a esos países, golpeados también por la pandemia.

El plan anunciado por el BID, el BM y el BCIE será de apoyo “ágil”, para “ayuda humanitaria y tareas de reconstrucción en Guatemala, Honduras y Nicaragua”. No está claro a cuánto recurso podrá acceder cada país ni tampoco las condicionalidades del mismo, pero de lo que sí están convencidos los analistas es que en el caso de Nicaragua no significa que para Ortega haya relajamiento de las sanciones y que tampoco le será fácil recibir los recursos para su administración directa.

Los analistas explican que en este contexto, pese a la Nica Act, Ortega no tendrá obstáculo para acceder a esos recursos, tomando en cuenta que la ley estadounidense permite que a Nicaragua se le avalen financiamientos externos en estos organismos (BM y BID) siempre y cuando sean de carácter humanitario, sin embargo consideran que ya no serán canalizados a través del Gobierno, porque no hay confianza.

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“El problema aquí es Ortega, por causa de él todo el financiamiento se ha dado condicionado, entonces primero debe de respetarse lo dice la Nica Act, que solamente es para ayuda humanitaria, y no para el Gobierno, segundo que en caso de ser necesario el financiamiento y que se justifique que va a ser en beneficio de la población, entonces sí se podría dar; utilizando el mismo esquema que utilizó el BID, que es a través de instituciones independientes del Estado para que administren, manejen y decidan el destino de los fondos”, argumentó Róger Arteaga, exgerente regional del BCIE.

Arteaga se refiere al préstamo por 43 millones de dólares que fue aprobado el pasado 1 de agosto por el BID para atender la pandemia, el cual fue ejecutado por dos agencias internacionales: la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Una tercera se encargará de certificar cada desembolso y su destino final.

“Mientras esté Ortega ese va a ser el patrón que se va a utilizar para canalizar recursos, sea el Banco Mundial, el BID, el Fondo Monetario, sea quien sea, van a ser fondos o créditos supervisados”, sostuvo Arteaga.

El 11 de diciembre del 2018 el Congreso de Estados Unidos aprobó la ley de sanciones contra la dictadura de Daniel Ortega, denominada Nicaraguan Investment Conditionality Act (Nica Act), la cual en la práctica ha bloqueado el acceso del régimen a nuevos recursos. Los delegados de Estados Unidos están obligados por fuerza de ley a utilizar su influencia dentro de los organismos multilaterales para frenar nuevos flujos a la dictadura.

El jurista José Pallais Arana coincide con Arteaga de que la forma de cómo Ortega va a recibir asistencia ya tiene un precedente con lo aprobado por el BID para la crisis sanitaria.  “El financiamiento que dio el BID marcó un precedente que es muy factible que pueda usarse, ya se usó con la pandemia y puede usarse con el huracán Eta, y otros mecanismos; como asignar los recursos a organismos internacionales por ejemplo al PNUD, a las Naciones Unidas, hay varias opciones y creo que todo va a estar siendo considerado”, sostuvo.

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Ortega deberá demostrar la veracidad de sus cifras

Pallais también explicó que Nicaragua podrá acceder a estos fondos porque son de ayuda humanitaria, pero la forma de canalización y el monto lo determinará el organismo. Además el régimen deberá demostrar, antes de recibir el financiamiento, la veracidad de sus cifras  respecto a los daños estimados.

“Impedimento legal para apoyo financiero para atender desastres naturales no existen fundado en la Nica Act, la ley prevé este tipo de circunstancia de ayuda humanitaria, ahora bien, los organismos financieros internacionales normalmente para determinar los montos de ayuda recurren a un estudio de datos directamente o a través de organismos representados de las Naciones Unidas, nunca se confía, ni se aceptan las estimaciones que hacen los países solicitantes, sino que los montos a desembolsar se determinan con fundamento en análisis independientes”, afirmó Pallais.

Esto explicaría por qué el titular del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta esta semana, al revelar el monto de daño por la pandemia, hizo hincapié en que para calcular las pérdidas se ajustaron a los mecanismos y estándares ya establecidos a nivel internacional, sobre todo los establecidos por el Banco Mundial, la Unión Europea y organismos de Naciones Unidas.

El régimen no tendrá otro camino

Pero Pallais está convencido de que está claro cuál será la ruta para apoyar a Nicaragua. Y muestra de ello sugirió echar una mirada a lo que hizo Estados Unidos con una donación para el país. “El mismo Estados Unidos acaba de anunciar una donación de 100 mil dólares que es poquito, pero fíjese bien la forma que no va a ser entregada al Estado, va a ser manejada por la ONU, esa va a ser la única forma en que este Gobierno va a poder recibir financiamiento hasta tanto no termine el gobierno de Ortega”.

El expresidente del Banco Central, Mario Arana, concuerda que los organismos no tienen confianza en el régimen, lo que los va obligar a buscar otros mecanismos. “Lo más probable es que se terminen canalizando los recursos a través de organismos como las Naciones Unidas, que tiene la capacidad para hacerlo. Lo cierto es que a Centroamérica el FMI le ha dado paquetes bien fuertes de apoyo y a Nicaragua no, porque tiene problemas políticos que no ha resuelto, los países le están pidiendo que haga reformas, que se respeten los derechos humanos, que se saque a los prisioneros políticos de las cárceles, que tenga proceso electoral limpio”.

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“Si no sucede eso, es bien probable que esta desconfianza que hay en el régimen sea la que predomine a la hora de las decisiones y que eso le reste voluntad a los organismos de cooperación para invertir cantidades grandes en Nicaragua”, advierte.

De igual forma el sociólogo y economista Óscar René Vargas sostuvo que las agencias están procurando que el dinero no pase por los canales del Gobierno y  esta ocasión no será la excepción.

Pérdidas del Eta son muy elevadas

Esa desconfianza en el Gobierno podría convertirse en un obstáculo para que el régimen pueda conseguir los 178 millones de dólares que necesita, de los cuales con urgencia requiere 36 millones de dólares para atender la situación del Caribe y los departamentos donde hay destrozos en infraestructura.

“Que Ortega consiga esos 178 millones de dólares lo veo bien difícil, a no ser que un organismo independiente certifique que ese es el monto de los daños, si lo certifica habría posibilidad, en cuanto también haya disponibilidad de los organismos”, explicó Pallais.

Al respecto Arteaga dijo que “esos 178 millones de dólares es demasiado dinero para ponerlo en manos de un gobierno que no tiene credibilidad ante los organismos financieros internacionales, es demasiado riesgo, Nicaragua se ha convertido en un país de alto riesgo y la misma Unión Europea ya lo calificó de que hay riesgo de lavado de dinero, eso ahuyenta a cualquier inversionista y a cualquier organismo multilateral. Yo lo veo difícil que consiga esa plata y si consigue algo va a ser crédito controlado, supervisado y ejecutado por organismo independiente del Estado”.

Vargas expresó que no cree que el Gobierno obtenga los recursos que espera. “Los organismos le van a dar menos porque ellos hacen su propia valoración, además el Gobierno fue estúpido porque quiso controlar el apoyo de la ciudadanía a la Costa Caribe y eso da un mal sabor a las agencias internacionales, que le dan seguimiento a lo que pasa, pero además hay que ver que este Gobierno tiene la característica de disminuir los muertos y aumentar las calamidades”.

Biden no le dará oxígeno a Ortega

Por otra parte los analistas consideran que Ortega no se va a salvar con el cambio de gobierno en los Estados Unidos. Tanto Arteaga como Pallais consideran que el nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, no va a suavizar las medidas impuestas al régimen.

“No hay posibilidad que haya cambios con Biden, porque la Nica Act es una ley, Biden tendría que modificar la ley y eso lo decide el Congreso de los Estados Unidos y la Cámara Baja, eso no tiene que ver con el presidente, porque él es un ejecutor, un administrador de las decisiones políticas del Congreso”, explicó Arteaga.

De igual forma Pallais argumenta que no cree que con Biden haya cambios positivos para Ortega. “No creo que se flexibilicen las medidas contempladas en la Nica Act porque sería contraproducente, bajar la presión para darle una salida a la crisis y solo con  un gobierno libremente electo se va a superar la crisis en Nicaragua”.

Por su parte, Vargas dijo que “dadas las declaraciones de Biden sobre aumentar la cooperación regional en problemas que causan ese éxodo en la región, como la violencia y la pobreza, creo que va a elevar la importancia de otros asuntos en la agenda, incluidos los derechos humanos, el medioambiente y la corrupción”, donde estaría incluida Nicaragua.

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