Julio Borges, representante de Venezuela designado por el gobierno interino de Juan Guaidó ante la Organización de Estados Americanos (OEA), respondió este miércoles a los cuestionamientos de México y Argentina, países que en esta Asamblea General en curso han desacreditado la participación de la delegación venezolana y han señalado de injerencia la inclusión de la crisis de ese país en la agenda del organismo.
“Me cuesta creer que algunos países hablen de la no intervención, hablen de la defensa de la dictadura de (Nicolás) Maduro, lo digo con mucho respeto: me duele la posición del gobierno mexicano (…) me duele ver que hay indiferencia con el pueblo venezolano. Menciones que han sucedido como el caso de Argentina o las posiciones inaceptables de Nicaragua. Hay que ver el tema humano y la tragedia humana que vive Venezuela y no pensar con el filtro político, ideológico o de otro tipo de intereses”, manifestó Borges.
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El canciller de Argentina, Felipe Solá, y los representantes de México ante la OEA, evocaron el principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados y manifestaron que el tema de Venezuela divide la región.
Borges respondió que es un sinsentido decir que el tema de Venezuela divide y más bien consideró un acto de indiferencia ignorar la crisis que vive su país. “Frente a ese principio de no intervención, yo opongo el principio de la no indiferencia. Lo peor que puede pasar con Venezuela es que no pase nada; que la indolencia, la indiferencia sea simplemente lo que se imponga a costa del sufrimiento de millones y millones de Venezuela”, manifestó Borges.
El representante de Venezuela manifestó que 30 millones de venezolanos comen de la basura, roban, huyen sin futuro y viven el destierro por la corrupción y el crimen organizado que promueve la dictadura de Nicolás Maduro.
“A Maduro no le importa estar ahí sobre el hambre y la muerte. Prefiere dominar sobre cadáveres y ruinas antes que abrirse a la democracia. Frente a ese poder corruptivo, su único fin es la violación de los derechos humanos para mantenerse en el poder”, agregó Borges.
En abril de 2019, la dictadura de Nicolás Maduro oficializó su salida de la OEA, pero el lugar fue asumido por un representante del gobierno interino de Juan Guaidó, a quien algunos países no reconocen como presidente de Venezuela y siguen apoyando la dictadura de Maduro.
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La situación de Venezuela y Nicaragua –país que vive la dictadura de Daniel Ortega y comparte las mismas prácticas represivas contra los opositores políticos–, han centrado el debate en la Asamblea General de la OEA, entre los Estados que demandan elecciones libres y transparentes en esos países y los que no están de acuerdo que se aborde la situación de esos países en esa reunión.
La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que por primera en la historia se realiza de forma virtual por la pandemia del Covid-19, cumple este miércoles el tercer y último día de sesiones ordinarias. Son 34 cancilleres y embajadores de los Estados miembros que participan en esta reunión.
En este último día se espera la votación de una Resolución sobre la situación de Venezuela, que declara ilegítimo el proceso de elecciones legislativas de ese país.
Y también se espera la votación de una resolución sobre la situación de Nicaragua que ponga un plazo para hacer reformas electorales antes de las elecciones nacionales del 7 de noviembre de 2021.