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La empresa Servicio de Protección Física y Seguridad (Serprosa) que ha sido usada por la Policía para evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos, fue creada por empleados de El Goliat, empresa propiedad de testaferros de la familia Ortega Murillo, y empleados de la estatal Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel), según una investigación periodística de LA PRENSA.
El actual gerente de Serprosa, que también opera con su marca comercial El Gladiador, es el Contador Público Autorizado Francisco Javier Pérez Ubilla, que hasta 2017 era un empleado civil del comisariato de la Policía, confirmó él mismo a un equipo de este diario.
El diario digital Confidencial publicó en julio pasado que Serprosa había importado más de 300 mil dólares en equipos de uso exclusivo para las tropas antimotines, que participan activamente en las calles reprimiendo a la población que intenta protestar contra el gobierno, pero Pérez Ubilla niega esas importaciones y que tengan relación con la Policía.
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“El Gladiador y Serprosa son la misma empresa y no tiene ninguna relación con la policía hermano”, dijo. “Tampoco importamos equipos para la policía, lo que hicimos fue que le preguntamos a Giramsa (empresa mexicana) por el costo (de los pertrechos policiales)”, resaltó.
Las operaciones de la compañía, desconocida entre las principales empresas de seguridad en Nicaragua, se han diversificado desde 2018 pero comenzaron desde 2014.
Ese año Wiltton Ramón Talavera, un trabajador de Enatrel -en aquel entonces de 38 años- que se desempeñaba como conductor y mensajero, se le acercó a su compañero de trabajo en la empresa estatal Rolando Zelaya para proponerle que crearan una empresa.
“Yo no sé nada de esa chochada, él tenía los abogados para hacer eso, yo ni riales tenía”, dijo Zelaya escuetamente a LA PRENSA cuando lo buscamos en su casa en un barrio capitalino a donde vive a sus 75 años como jubilado, pregonando que es militante del FSLN de los duros, retirado del Ejército entrenado en Cuba y antiimperialista de pura cepa.
La empresa fue constituida el 15 de junio de 2014 e inscrita el 24 de septiembre de ese mismo año con 200 acciones. Talavera y Zelaya se adjudicaron 50 cada uno. Los otros socios fundadores, también con 50 acciones cada uno, fueron Christian Murillo, un ingeniero en sistemas nacido en 1990 y Juan José Canales, en aquel momento un estudiante de derecho. Los dos eran empleados de El Goliat, según documentos públicos consultados por LA PRENSA.
Murillo aun aparece como trabajador de El Goliat en los registros de cotizantes activos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y Canales dejó de cotizar para esa empresa en septiembre de 2017, según información del INSS a la que tuvo acceso este diario.
El Goliat fue sancionada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en diciembre de 2019 señalada de recibir millones en contrato del Estado desde que Daniel Ortega volvió al poder. Uno de sus grandes contratistas ha sido ENATREL y la Alcaldía de Managua. La empresa es manejada por José Mojica Mejía, un personaje que funge como testaferro de decenas de negocios de la familia presidencial, según investigaciones de LA PRENSA en los últimos 10 años.
En julio pasado Mojica Mejía y una de las empresas que maneja, Mundo Digital o Syditek, fueron sancionados por Estados Unidos. “Actúa como representante personal de Ortega, creando compañías fantasmas para lavar dinero y ocultar su propiedad y ganancias ilícitas”, dijo el Departamento del Tesoro en julio pasado sobre el hombre de confianza de la familia presidencial.
La junta directiva
Los cuatro socios acordaron que Zelaya por ser el mayor debía ser el presidente de la junta directiva y Murillo el vicepresidente; Canales el secretario y Talavera el tesorero. En 2016 reeligieron por 4 años más a la misma directiva y su periodo vence el 27 de octubre. El actual representante legal de la compañía es Canales.
LA PRENSA buscó durante dos semanas a Canales, Murillo y Talavera para consultarles del tema, pero no fue posible localizarlos. La Prensa los buscó en la dirección que aparece en los registros del padrón electoral, pero personas consultadas en esas direcciones dijeron que no los conocían. También se les llamó a los números de celulares que dieron al CSE y no contestaron.
Según la documentación, cuando en el registro le pidieron a los socios un correo electrónico, dijeron que el de la empresa era: [email protected], un email corporativo de una empresa como Syditek que también maneja Mojica Mejía.
La versión de la gerencia de El Gladiador
–¿Por qué aparece una dirección relacionada con una empresa como Syditek que también es manejada por la misma gente de El Goliat? –se le preguntó al gerente de El Gladiador, Francisco Javier Pérez Ubilla.
“No sé hermano, no sé lo que me estás preguntando, lo que yo manejo es que hay unos socios y yo soy el gerente, me contrataron y estamos trabajando, vendiendo accesorios de equipo de seguridad industrial y ahí estamos a la orden y ahorita estamos dando servicios de seguridad”, respondió
–¿Tienen relación con El Goliat?
“Tampoco”.
–¿Los socios de la empresa son trabajadores de El Goliat?, se le consultó.
“No que yo sepa. Cuando yo entré a trabajar ahí estábamos en Altamira y ahí estoy yo en Altamira aún”, respondió.
La dirección de El Gladiador efectivamente está en Altamira, pero cuando inscribieron la empresa en 2014 brindaron como dirección la misma de El Goliat cerca de Carretera a Masaya. El gerente de la empresa El Gladiador no quiso especificar en qué empresas trabajan los socios de la empresa que dirige y solo se limitó a decir que eran un “grupo de socios”.
El socio que vendió sus acciones y no sabe a quién
Pero ahora Zelaya dice que él no es el dueño, que vendió sus acciones “hace como tres años” en unos 70 mil córdobas, pero que no recuerda a quién. “Obviamente uno al que le vende no es al que le vende”, expresó escuetamente alegando que no podía atender a un equipo de este diario.
Dio la vuelta e ingresó a su casa cuando insistimos en saber a quién le había cedido las acciones de Serprosa.
Un ex empleado de la policía entra en escena
El primer rastro de Pérez Ubilla, el ex trabajador de la Policía, con el El Gladiador lo dejó en diciembre pasado cuando solicitó al Ministerio de Fomento Industria y Comercio la inscripción de la marca comercial de la empresa a favor de Serprosa en calidad de apoderado de la compañía.
El siete de enero de 2020 el diario oficial La Gaceta publicó que El Gladiador era una marca de Serprosa.
La empresa mexicana Giramsa SA d CV le vendió a Serprosa 350 trajes para antimotines, valorado cada uno en 500 dólares, según los documentos publicados por Confidencial, así como 700 escudos y 350 cascos, guantes y pasamontañas.