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Pablo cuevas, defensor de los derechos humanos en la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH). LA PRENSA/Óscar Navarete

Pablo Cuevas: “El mensaje del gobierno es contágiense, muéranse”

El defensor de derechos humanos explica que la gente tiene miedo de ir a los hospitales, que ya no hay tanques de oxigeno en venta y que los ticos tienen razón en estar preocupados por cómo se propaga el virus en Nicaragua

Pablo Cuevas, de 50 años de edad, era maestro de Contabilidad, pero hace 17 años se unió como voluntario en la defensa de los derechos humanos en Nicaragua desde la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).

Después comenzó a estudiar Derecho y ahora es uno de los más reconocidos asesores legales de ese organismo proderechos humanos, dedicado principalmente a la situación de las cárceles en Nicaragua.

Con una forma de hablar serena, en esta entrevista Cuevas analiza la situación de la pandemia del Covid-19 en el país y critica que las autoridades, llamadas a proteger a la ciudadanía, más bien les están empujando a la muerte porque el Gobierno está haciendo lo contrario de lo que recomiendan los expertos mundiales en salud. Según Cuevas, las autoridades gubernamentales, con su actuación sobre la pandemia están violentando varios derechos de la ciudadanía y sus actuaciones rayan en la comisión de delitos.

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Cuevas asegura que la gente tiene miedo de ir a los hospitales, que ya no hay tanques de oxígeno en los centros de distribución y que los costarricenses tienen razón cuando dicen que en Nicaragua circula mucho el nuevo coronavirus.

¿Cuál es el análisis que la CPDH está haciendo de la situación en Nicaragua?

Creemos que hay una situación de comisión de delitos por parte de las autoridades. Hemos identificado al menos la violación de tres derechos humanos, por lo menos eso estamos en proceso de análisis. Estamos hablando de la vulneración del derecho a la vida, el derecho a la salud, el derecho a la protección estatal. Ahora se suman derechos laborales vulnerados. Por ejemplo, que el Estado no está protegiendo a sus trabajadores, sobre todo los del área de salud y ya no digamos con una supuesta circular que está mandando del INSS, donde prácticamente está reduciendo considerablemente los subsidios producto de la pandemia. Te mencioné cinco vulneraciones a derechos humanos y eso conlleva a la comisión de delitos por parte de la autoridad o del Estado, de los funcionarios.

¿De qué delitos estamos hablando?

Abuso de autoridad y funciones. Ese es un delito contemplado en el artículo 432 del Código Penal, que habla que la autoridad que vulnere derechos constitucionales y derechos adquiridos por imperio de ley de los ciudadanos, comete el delito de abuso de autoridad y funciones, así como de exposición de personas al peligro, omisión deliberada de prestar el debido auxilio. Y estamos hablando que la prevención es una manera de auxiliar al ciudadano. Las autoridades están vulnerando la Ley General de Salud. Estábamos viendo que el artículo 21 de la Ley General de Salud manda al Estado a decretar el Estado de Emergencia por pandemia, y esto significa la aplicación de una serie de medidas analizadas por el Ministerio de Salud para prevenir y para evitar el mayor número o que solo se den el menor número de ciudadanos contagiados. Y todas esas omisiones por parte del Estado, hablábamos de exposición de personas al peligro, estábamos viendo de que el Estado tiene programado, partiendo de hoy, incluyendo el fin de semana, 160 actividades que hablan de ferias, celebraciones alusivas al Día de la Madre, etcétera, lo cual es, diríamos, una acción criminal porque una de las principales recomendaciones de los conocedores de la salud habla de la separación.

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¿Considera que el gobierno de los Ortega Murillo debió haber decretado una cuarentena en Nicaragua?

Ya que no decretó la cuarentena, por lo menos deberían de estar promoviendo o propiciando la separación, o sea, que los ciudadanos no se aglomeren innecesariamente. Y si hay necesidad de que estén una cantidad de ciudadanos en un solo lugar, que por lo menos guarden el metro y medio de distancia y eso solo en imperativa necesidad y no es imperativo hacer un carnaval, esas son situaciones que se hacen en una situación de normalidad, pero no en una época de pandemia. Todo nos lleva a concluir que el Gobierno está propiciando que aquí mueran o enfermen la mayor cantidad de ciudadanos, está haciendo todo lo contrario a lo que debería de hacer. Uno, debería de haber decretado cuarentena o separación social, no lo hizo y están propiciando la aglomeración de personas por motivaciones irrisorias y absurdas. Estamos ante un Estado que hace cosas que rayan la lógica, el sentido común y que dicen que la sociedad nicaragüense está huérfana de autoridad mandada o llamada a proteger a sus gobernados.

Las autoridades costarricenses están preocupadas porque dicen que hay mucha circulación del virus en Nicaragua…

No hay necesidad de tantos estudios. Estamos hablando de que los países donde se ha logrado tener éxito en la contención del virus es donde las autoridades han propiciado la separación social. Y aquí nuestras autoridades han propiciado la aglomeración de ciudadanos de manera innecesaria. ¿Qué podemos pensar que está pasando y lo que vendrá si se ha hecho todo lo contrario de lo que dicen los expertos que debería de hacerse para que no haya tantos ciudadanos contagiados y tantos ciudadanos muertos? Es razonable pensar que la situación se está saliendo o está ya fuera de control. Nuestros vecinos están pagando un precio económico muy alto para combatir la pandemia, para resguardar a sus ciudadanos. El sentido común nos dice que es pertinente y es prudente la preocupación de nuestros vecinos. Si yo fuera un ciudadano tico estaría preocupado de ver cómo las autoridades nicas están propiciando la aglomeración y están patrocinando el contagio.

Pablo Cuevas, de 50 años de edad, era maestro de Contabilidad, pero hace 17 años se unió como voluntario en la defensa de los derechos humanos en Nicaragua. LA PRENSA/Óscar Navarrete

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¿Qué diferencia ve entre lo que se ha hecho en Costa Rica y lo que se ha hecho en Nicaragua?

Los ticos han hecho un trabajo extraordinario, estamos hablando de 10 muertos y unos cuantos cientos de contagiados y gran parte de ellos han superado satisfactoriamente las etapas de contagio y partiendo de que los ticos manejan unas estadísticas transparentes, verificables, o sea los periodistas pueden verificar las cifras que están dando las autoridades, no hay el secretismo que campea acá. Ellos han logrado contener la pandemia exitosamente a un costo económico muy elevado, y que nosotros, por irresponsabilidad y una acción criminal de nuestras autoridades, se desborde esta pandemia, y vayamos a contagiar a los ciudadanos ticos, cuyas autoridades han logrado hacer un excelente trabajo. El sentido común te dice que las preocupaciones ticas son razonables, no son infundadas y no es un asunto de molestar o una mala intención de provocar el enojo, es lógico que estén preocupados, porque ellos lo han hecho bien y acá lo han hecho todo mal y podemos propiciar un rebrote o nuevos brotes. En este momento nuestra economía está bien golpeada y va a quedar mucho más golpeada, centenares de miles de empleos se están perdiendo y habrá mucha más pérdida de empleo. Entonces, ¿qué va a pasar con el nica? Va a buscar a nuestros vecinos ticos para que le den empleo y en esa emigración van a ir seguramente muchos ciudadanos contagiados, que van a ir a botar todo el buen trabajo que han hecho los ticos. Y lo mismo podría pasar con el buen trabajo que han hecho los salvadoreños, que tanto esfuerzo económico han hecho para que el inmigrante vaya y contagie a su gente por, te reitero, responsabilidad de estas autoridades.

También se mira que la gente en Nicaragua no está preocupada por el Covid-19, se ven llenos los bares, por ejemplo.

Es increíble. Yo vivo en la parte este de la ciudad y paso por el puente a desnivel, ahí hay una gasolinera y un pequeño centro comercial que está en la parte este de esa gasolinera, ahí hay un bar y siempre está lleno. Gente sin protección, pegadita, tomando. ¿Qué va a pasar? O los buses llenos y mucha gente va sin protección. Pero esto está pasando porque no hay un esfuerzo oficial para convencer a la gente de que se cuide, no hay un esfuerzo, no hay un mensaje oficial. Hay un mensaje oficial que dice que todo está normal y que nos divirtamos y que nos aglomeremos y que disfrutemos y que celebremos. Ese es el mensaje oficial. Entonces nos está mandando a decir, vayan, contágiense, enférmense y muéranse. Ya los hospitales están saturados, eso no es ningún secreto. Yo conozco gente que está contagiada y se está tratando en su casa, llaman a algún médico amigo suyo y el médico les manda un tratamiento y se están tratando en sus casas, porque están hablando que ir al hospital es a morirse, eso dice la gente y tienen razón.

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¿A nivel internacional ve preocupación por Nicaragua?

Nicaragua lamentablemente siempre ha dado de qué hablar en la comunidad internacional y, desgraciadamente, por el mal actuar de nuestras autoridades, los comentarios han tenido que ser negativos hacia estas mismas autoridades. Estamos hablando de funcionarios que están sancionados por violaciones a derechos humanos. Son contaditos con los dedos de las manos los gobiernos del mundo que tienen buen concepto de nuestras autoridades. También por corrupción. Y ahora, se suma a esta percepción internacional, el terrible manejo, el perverso manejo diría yo, de la llegada de la pandemia a nuestro país. Aquí especialistas nacionales, gente muy prestigiosa, han dicho lo que ha venido pasando en este país y lo que va a pasar. Estamos en una isla, la comunidad internacional escucha eso y lógicamente tienen que opinar, tiene que manifestar su preocupación por lo que está pasando en Nicaragua.

¿Qué han documentado sobre los hospitales?

Tenemos muy pocas denuncias oficiales de los ciudadanos del Covid. Lo que más estamos recogiendo esta semana es lo que nos están denunciando los familiares de los presos sobre las condiciones y supuestos infectados por Covid. Nosotros hablamos con la gente, se acercan y nos dicen somos habitantes de barrios. Y en mi barrio conozco de varios casos ya de fallecidos. Tengo familiares contagiados. Hoy, hace un rato, una persona cercana andaba buscando oxígeno porque tenía dificultades para respirar, pero no quiso ir al hospital, llamó a un médico amigo y le recetaron medicamento. No pudo conseguir oxígeno, porque no pudo encontrar alguien, ni una empresa, ya no tienen tanques de oxígeno. Yo me encargué de llamar a una empresa y dijeron que no estaban vendiendo tanques, no hay en existencia, lo que podemos hacer es rellenarlo. Pero la mayoría de la gente no tiene tanques de ese tipo. Así estamos, ya no hay más tanques de oxígeno. La gente se siente huérfana. La gente tiene miedo de ir a los hospitales. La gente no da a conocer sus situaciones de contagio más que al círculo cercano por el asunto de la discriminación y esa es una realidad, porque el Gobierno, que es el rector de nuestra salud pública, de la educación pública, no hizo campaña para concienciar a la gente, llamar a la solidaridad, llamar a no manejar con secretismo la situación de contagio. Lo prudente que debería de pasar es que, si alguien está contagiado, hacerlo público para que todo el que tuvo contacto con él tome sus previsiones. Pero eso no está pasando en nuestro país.

Pablo Cuevas está casado, tiene dos hijos y dos nietos. LA PRENSA/Óscar Navarrete

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¿La situación de derechos humanos en Nicaragua se ha agravado con esta pandemia?

Aún con pandemia, todos los días recibimos al menos cinco denuncias de ciudadanos asediados y de ciudadanos detenidos ilegalmente. Y te estoy hablando de que estamos en mera pandemia.

¿Estamos hablando de asedios relacionados con las protestas de abril de 2018?

Es correcto. Gente que participó en las protestas.

Una de las principales críticas que se le hace al Gobierno ahorita es la falta de información fidedigna sobre el Covid-19…

En nuestro país existe una ley de acceso a la información y el espíritu de esa legislación era propiciar la transparencia informativa. Eso significa que nuestras autoridades le facilitaran la información a los ciudadanos. Por ejemplo, en esta época de pandemia, a través de los comunicadores, los periodistas, el ciudadano pudiera estar transparente o excelentemente informado. Significa que el periodista podría entrar a un hospital o podría tener acceso a información y verificar esa información en el lugar de los hechos. Que fallecieron 10 ciudadanos producto del Covid-19 en tal lugar, el periodista debería de tener facilidad por parte de la autoridad para que corroborara esa información. Los países que han logrado con éxito frenar o controlar al Covid es porque hacen unas pruebas, entonces los científicos en materia de salud de esos países, de manera estudiada, toman segmentos de la población y le aplican pruebas de Covid, y así ellos van midiendo de manera calculada, de manera científica, el avance de esto y cómo están frente a la pandemia. Estas autoridades le informan a los ciudadanos y el periodista puede ir a corroborar, puede ir a ver detalles, dónde lo aplicaron, cómo lo aplicaron estas pruebas selectivas. Pero aquí en este país qué periodista puede ir al Ministerio de Salud a darse cuenta cuántas pruebas se hicieron en x días, en x lugar y corroborar, verificar, auditar esa información. Ni siquiera los oficialistas.

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¿Las comparecencias de Rosario Murillo suplen la ausencia de Daniel Ortega?

No. Vos en la mayoría de países del mundo vas a ver a los presidentes constantemente en ruedas de prensa, al gobernante. A veces se hace rodear de sus ministros. Y ahí los periodistas les hacen las preguntas que ellos quieren. Eso debería de estar pasando, que se vea liderazgo, que se note la presencia del gobernante, que el pueblo sienta que tiene un líder ahí tomando con madurez y responsabilidad la situación difícil en que nos encontramos, buscando soluciones. Abriéndose al cuestionamiento, al reclamo. Así debería de ser, pero en nuestro país hay ausencia de autoridad. Tenemos un presidente que de vez en cuando le graban un monólogo de pésima calidad porque hasta comete errores. A una vicepresidenta que, si bien es cierto casi todos los mediodías habla, se pone a declamar poemas y a decir cosas groseras. Hay una combinación en su elocución de cosas bonitas y de groserías. Eso no es comunicarse con el pueblo. Comunicarse es donde la gente, a través de los periodistas, pueda cuestionarle, pueda señalarle, pueda preguntarle, etcétera, y donde ella por cuestiones de responsabilidad responda estos cuestionamientos.

¿Han logrado constatar si la gente que es sospechosa de tener Covid-19 puede hacerse una prueba?

No. Vemos en las redes ciudadanos que te dicen, o médicos, te dicen yo mandé tantos ciudadanos al Minsa porque la sintomatología que presentaban indicaba sospechas de Covid y luego los llamé y me dicen que no les hicieron tal prueba. Y también que la gente tiene miedo ir a los hospitales públicos, porque la gente teme, si no está contagiada, contagiarse. Si médicos y enfermeras se han contagiado, ¿cómo no me voy a contagiar yo, simple mortal?, dice la gente.

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¿Cuál es el problema con las pruebas?

Más de lo mismo. Una irresponsabilidad por parte de las autoridades porque se habló de una donación de la Organización Mundial de la Salud. Luego se habló de que hacía falta un reactivo. El Gobierno tenía que adquirirlo. Y al final no tenemos la certeza de cómo se está utilizando o si se están utilizando esas pruebas.

¿El manejo de los fallecidos cómo lo ha visto?

Terriblemente doloroso para los familiares. La gente no tiene la certeza de qué murió su familiar.

Plano personal

Su nombre completo es Pablo Emilio Cuevas Mendoza. Es de León y es contador y abogado. Sus padres se llaman Paulino Cuevas, un educador, y Dominga Mendoza, y él es el tercero de nueve hermanos.

Está casado, tiene dos hijos y dos nietos.

Nunca apostó por ningún deporte. Uno de sus hermanos le dice que “no juega ni chibolas”. Pero sí le gusta leer y ver películas. Cuevas dice que el conocimiento no le aburre.

Es feliz comiendo gallopinto con leche agria. Cuevas asegura que como defensor de derechos humanos no se gana mucho y que cuando él va a un restaurante pide un pescado, pero cuando lo invitan pide camarones.

Prefiere comprar en el mercado Oriental antes que en las tiendas de los centros comerciales.

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