A medida que pasan los días aumentan las manifestaciones de indignación por la falta de transparencia de las autoridades de salud que no brindan detalles de la pandemia del Covid-19 en Nicaragua. Este fin de semana las muertes de dos personas en Managua elevaron los reclamos de las familias que aseguran que los decesos se debieron al coronavirus.
El sábado 9 de mayo, a la 1:00 de madrugada, murió Ernesto Alejandro Bone Morales, de 57 años, en el Hospital Manolo Morales Peralta, de Managua, tras pasar tres días internado con problemas respiratorios. El acta de defunción indica que falleció de una “insuficiencia respiratoria” producto de una “neumonía grave”, pero su hermana, Martha Janett Bone Morales, está segura que tenía Covid-19, porque no le permitieron verlo mientras estuvo interno.
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Bone aseguró a LA PRENSA que los médicos mandaron a la familia a enterrar el cuerpo el mismo día de su deceso y les dijeron que se protegieran en su casa y que los iban a monitorear por 14 días.
La mujer contó que el miércoles su hermano tenía problemas para respirar y se desvaneció. “Los de la ambulancia lo sacaron de la casa y se lo llevaron al Manolo, él entró aún desvanecido al Manolo y le dijeron a ella (a la esposa del hombre) que lo iba a intubar y que iba a quedar internado”, relató Bone a LA PRENSA. Desde ese momento no volvieron a ver a su hermano con vida.
Bone contó que cuando le dieron el acta de defunción y el médico les recomendó no velar a su difunto, ella reclamó. “Si aquí no dice coronavirus o Covid por qué no lo vamos a velar”, le preguntó la mujer, a lo que el doctor le respondió que “esas eran las recomendaciones que tienen para todos los pacientes con problemas respiratorios”.
“Entonces está muriendo más gente aquí de neumonía que de coronavirus”, reclamó la mujer. “Por qué no hablar la verdad, si en todos lados está pasando, qué tiene de misterio que la gente muera de eso. Lo indignante es que le mientan a uno, eso es lo que nos molesta a la mayoría de las familias”, dijo la mujer.
Reclaman en redes
En otro casi ocurrido también el sábado, Xochitl Lara Meza denunció en sus redes sociales la muerte de su papá, Reynaldo Lara, por Covid-19, “aunque el gobierno lo vaya a negar mil veces”. La muerte también fue confirmada por el tío de Xochitl, el rector de la Universidad Paulo Freire, Adrián Meza Soza.
En su mensaje en Facebook, la mujer relató que antes de que su padre muriera lo llevaron a hospitales públicos, pero no le hicieron la prueba del Covid-19, aunque sí una placa de tórax y exámenes de sangre. Aseguró que no lo ingresaron porque “no estaba grave”, pero “36 horas después murió”. Lara agregó que “solo te ingresan cuando ya no podés respirar”, por eso también hizo un llamado a cuidarse y quedarse en casa, para no contagiarse.
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Por su lado el rector universitario escribió que la viuda del hombre también tiene la enfermedad. LA PRENSA trató de contactarse con la familia del fallecido para conocer más detalles pero no ha sido posible. El rector fue el único que confirmó la noticia expuesta en las publicaciones en redes pero dijo que no podía agregar más detalles.
Hasta este domingo 10 de mayo, el Ministerio de Salud (Minsa) lleva cinco días sin brindar reportes públicos sobre el avance de la enfermedad en Nicaragua y el último día que habló el secretario general del Minsa, Carlos Sáenz, afirmó que en Nicaragua solo hay 16 casos positivos, de los cuales cinco murieron.
Pero la realidad de lo que pasa en el país es otra. La última semana aumentaron los casos tanto en los hospitales públicos como en los privados, según conoció LA PRENSA por medio de fuentes extraoficiales. Médicos independientes aseguran que el país está enfrentando el momento más difícil de la enfermedad, ya que la curva de contagios se está elevando porque el país se encuentra en la fase de contagios comunitarios. El Minsa niega tal información.
Nicaragua es el único país de la región que no ha establecido ninguna restricción o medida nacional para evitar los contagios masivos del coronavirus, como lo han hecho casi todos los países del mundo cerrando sus fronteras, suspendiendo las clases presenciales o estableciendo cuarentena nacional.
El Ministerio de Educación (Mined) no ha suspendido las clases, el país no ha entrado en cuarentena y, muy al contrario de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el régimen de Daniel Ortega continúa promoviendo actividades masivas a través del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur).
Zozobra en Chinandega
En Chinandega tampoco hay información oficial sobre la incidencia del coronavirus en la ciudad, pero las muertes por insuficiencia respiratoria (que muchos sospechan es Covid-19) y los entierros inmediatos de día o de noche, están en boca de todos.
Por otra parte, trabajadores del Hospital España comentan en voz baja que aproximadamente el diez por ciento (ochenta empleados) del personal de ese centro tiene síntomas de Covid-19.
“Aquí son 800 trabajadores en los distintos turnos… El contagio de este virus es rápido y hay mucha gente con temor”, indicó un trabajador del centro hospitalario.
También tienen miedo las personas que viven cerca de las funerarias. En una pulpería esquinera del barrio El Calvario decidieron someterse a cuarentena y cerraron el negocio porque se encuentran a pocos metros de una funeraria abierta las 24 horas.
Por otro lado, la muerte de dos personas que trabajaban en el área de calzado y una refresquería del mercado central ha incrementado el cierre temporal de tramos en la zona, a pesar de las tres fumigaciones aplicadas por el Minsa en días recientes. La gente también ha tomado medidas en la terminal de buses El Bisne, luego de la muerte de un conductor.
Una camioneta blanca, doble cabina, propiedad del Silais (Minsa-Chinandega) es la encargada de trasladar a las víctimas de la pandemia tanto al cementerio viejo municipal como al nuevo, denominado Portal de Luz.
“De tres a cuatro muertos diario, sea de noche o de día”, salen del centro asistencial, aseguraron en el portón del Hospital España