El asedio, hostigamiento, secuestro y detenciones ilegales de los opositores persisten por parte de la Policía Orteguista (PO), una demostración de que la dictadura de Daniel Ortega no detiene la represión a pesar de que en Nicaragua está lidiando con la alarma por la posible propagación del nuevo coronavirus, que ya es pandemia en el mundo.
En lugar de destinar todos los recursos económicos y esfuerzos humanos en ejecutar los protocolos de prevención del nuevo coronavirus para evitar su propagación en Nicaragua, la dictadura orteguista sigue gastando en combustible para las patrullas en que se movilizan los policías a las instalaciones donde se renúnen los miembros de las organizaciones de la Coalición Nacional.
La sede de las oficinas de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) y de la Alianza Cívica permanecieron asediadas por la policía, quienes se dedican a revisar los vehículos en las que se movilizan los opositores, a quienes además se les quitan las computadoras y los teléfonos celulares sin ninguna explicación.
Eso le sucedió al dirigente opositor Félix Maradiaga a quien los policías lo retuvieron cuatro veces el pasado miércoles, para requisarle el vehículo como si buscasen armamento bélico, pues utilizaron la técnica canina.
Al no encontrar nada de lo que los policías del régimen pudiesen utilizar para inventar delitos a Maradiaga, le quitaron su teléfono celular y la computadora, esto luego de dos horas de retenerlo cuando salía de las oficinas de la UNAB, ubicadas en el sector de rotonda Rigoberto López Pérez, en Managua.
“Todo este abuso solo ratifica que tenemos un régimen de espaldas al pueblo. La cantidad de recursos dedicado al asedio policíal al edificio donde quedan nuestras oficinas todos los días es indignante, pero lo es más la represión que sufren los ciudadanos a diario y que no son visibilizados por vivir en el campo, por ejemplo”, dijo Maradiaga.
Las acciones amenazantes contra los miembros de la Alianza y la UNAB ha escalado al punto que el miércoles pasado civiles armados en motos ingresaron al parqueo de las instalaciones. Debido a esto así como al despliegue de antimotines armados los opositores decidieron permanecer después de las ocho de la noche en el edificio.
Maradiaga dijo que “esta intimidación no hace mella, estamos firmes en nuestras demandas y nos da más fuerzas para mantener el objetivo de conseguir la restitución de todos los derechos constitucionales y el respeto a los derechos humanos de los nicaragüenses”.
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Policías fuertemente armados siguen en las rotondas de la capital, patrullando por la ciudad, a las afueras de los hoteles donde dan conferencias de prensa los grupos de la Coalición Nacional, a las casas de los excarcelados políticos y en todo lugar donde se congregen los opositores.
Este gasto en la represión para Maradiaga “es un desperdicio de dinero público” por parte del régimen de Ortega y Murillo, que ante la recesión económica en Nicaragua, “deberían estar orientados a atender a prevención de la pandemia del coronavirus”.
“Lo que ha demostrado este régimen, como lo hemos denunciando desde hace dos años, ante el riesgo de epidemias, en cada desastre de la naturaleza, es la manipulación y recursoso públicos con fines políticos partidarios. Es lamentable que se utiliza el dolor del pueblo, la vulnerabilidad con fines políticos. Estamos ante un régimen oportunista, insensible al dolor del pueblo”, criticó Maradiaga.
Debido a la situación del riesgo del coronavirus la UNAB y la Alianza Cívica se sometieron a una cuarentena voluntaria, que implica que las reuniones serán vía telefónicas, solo harán reuniones de grupos pequeños de personas y en lugares abiertos, aunque “no frenaremos las acciones para fortalecer a la Coalición Nacional”, afirmó Maradiaga.
Mauricio Múñoz, de la UNAB, también sufrió la represión policial ya que le retuvieron su vehículo cuando salía de la sede el miércoles pasado.
Violeta Granera, del consejo político, explicó que el asedio de la policía se ha intensificado usando ahora a los parapolicías armados.
“Esto ya no es negligencia, es absoluta irresponsabilidad por parte de un Estado que debería estar enfocada en evitar que se propague una enfermedad como es el coronavirus, sigue gastando dinero y desgastando gente en negarnos nuestros derechos como ciudadanos”, dijo Granera.
A pesar de las acciones intimidantes del régimen la Alianza y la UNAB seguirá trabajando en las estrategias para fortalecer a la Coalición Nacional así como intensificarán la campaña sobre las medidas higiénicas para prevenir el virus del coronavirus.