A oscuras. Así permanece la iglesia San Miguel Arcángel, en Masaya, desde hace dos meses y 10 días, como represalia por el inicio de una huelga de hambre por parte de familiares de presos políticos para demandar su libertad en el templo católico. La empresa de energía llegó a suspender el servicio sin mediar razones el pasado 14 de noviembre de 2019.
Es una orden de arriba, eso es lo único que sabe el sacerdote Edwin Román. Él ha desistido de reclamar para que reconecten la energía eléctrica en el templo católico, acto que no se puede entender como algo diferente a una injusticia porque los recibos por el servicio se han pagado en tiempo y forma, apuntó el sacerdote.
“No puedo andar suplicando. De hecho es un deber de ellos y un derecho del ciudadano que le instalen la luz porque estuve al día todo el año”, expresó Román, quien estuvo en conjunto con otras 14 personas durante nueve días adentro de la Iglesia, bajo el asedio de policías y parapoliciales, aislado de cualquier contacto debido a las medidas arbitrarias de la misma institución orteguista.
Aunque la conexión eléctrica no ha impedido que se sigan celebrando las eucaristías, por la noche el ambiente es muerto. Antes, los feligreses que pertenecían a grupos católicos se reunían para planificar asambleas, aprovechaban ese tiempo para sus labores parroquiales, pero eso se ha visto afectado.
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“Esas actividades por la noche están suspendidas debido a esa persecución religiosa, porque no hay otra palabra que decir”, dijo Román. El cura ha sido uno de los más críticos contra el régimen de Daniel Ortega, y este, por su parte, ha mantenido un constante asedio contra la iglesia, el cual todavía se mantiene.
Román explicó que si él fuera partidario del gobierno, además de la iluminación de su parroquia seguro tendría otros beneficios, pero esa idea no lo tienta ni por un segundo. “No me voy a vender ni voy a vender a mi parroquia (…) ni voy a dejar de estar del lado del pueblo de Nicaragua”, aseguró vía telefónica.
“Que si fuera un cura afín a la dictadura, mantendrían súper iluminada la parroquia y vendida mi conciencia”, agrega.
El pasado 24 de diciembre el padre celebró la misa de Nochebuena iluminada con cientos de velas, y una lámpara portátil. Las fotos de la homilía provocaron indignación en los ciudadanos, y a través de las redes sociales propusieron recolectar dinero para comprar paneles solares, el padre agradeció el gesto y dijo que respondería después de consultar con el equipo parroquial. Sin embargo, Román explicó que la inversión es muy grande, y que tomando en cuenta el actuar represivo de la dictadura es probable que no dejen instalar los paneles.
“Conociendo a esta dictadura puede poner muchos obstáculos para que no se instalen, inclusive, hasta de retenerlos…”. Él no quiere arriesgar el dinero de tantas personas que tienen el deseo de contribuir, pero si agradeció su buena voluntad.
Optimismo ante unidad
El sacerdote Román está optimista con respecto a que se logre un bloque unificador para enfrentar a la dictadura orteguista. Asegura que se debe dejar de lado cualquier acto de egoísmo, soberbia y orgullo, porque cuando se habla de Nicaragua, no solo se refiere al contexto actual, sino al país que se herederá a los hijos y nietos. “Hay que cortar con ese eslabón o esa cadena que hemos venido arrastrando de recetar siempre de lo mismo”, expresó.
Explicó que es necesario que todas las personas se pongan de acuerdo, y no solamente enfocarlos en los actores, sino tambien como nicaragüenses, apoyarse mutuamente, “no tirar basura” sobre las personas porque nadie es perfecto solo Dios.