Los Clásicos son todos iguales: el honor está de por medio y se disputan con intensidad, más allá de la etiqueta de ser partido oficial o amistoso. Eso no cuenta y ya lo sabe el nicaragüense Byron Bonilla, quien disputó este domingo su primer encuentro de esta naturaleza con el Deportivo Saprissa, que cayó 3-1 ante Alajuelense en fogueo.
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El llamado Clásico sin colores en beneficio al jugador Erick Marín, quien lucha contra el cáncer por tercera vez, el volante mantuvo la titularidad con el Saprissa y jugó el partido completo por su disciplina táctica y defensiva porque ofensivamente estuvo discreto en su actuación, pero así el futbol, no todo son goles o asistencias.
Las cualidades de Bonilla se expresan mejor por la banda izquierda. Ahí tuvo sus mejores momentos individuales apareciendo constantemente con oportunidad de mano a mano. Sus acciones no tuvieron la impacto esperado pero generó una falta peligrosa cerca del área (85) y remató desviado (87).
También, el seleccionado nacional demostró porque estaba en el campo de juego al bajar a defender y barrerse cerca de la línea final (81) para evitar un centro, una muestra de buenas condiciones físicas y sacrificio defensivo, que seguramente le permitirá tener más minutos.
La primera de Bonilla fue discreta. El granadino apareció una vez con peligro (23) derribado cerca del área intentando superar un uno contra uno. El resto del encuentro estuvo desaparecido en ataque, errático en algunos tramos del juegos y sin la profundidad ofensiva que exige a un jugador de su perfil.
De momento, Bonilla pinta bien con el Saprissa: dos partidos jugados de titular y completos, sin goles ni asistencias, pero con mucho atrevimiento y descaro con el balón, cualidad por la cual el técnico Walter “Paté” Centeno lo pidió a préstamo por dos años.