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Cardenal Leopoldo Brenes

El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, entrando Iglesia de Chiquilistagua. LA PRENSA/JADER FLORES

Cardenal Leopoldo Brenes ausente en las negociaciones entre la Alianza Cívica y el Gobierno

De esta manera, los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua que en el diálogo pasado lideraron las conversaciones, en esta ocasión, al menos en las tres primeras sesiones, han quedado relegados

Sin una explicación clara y pese a lo trascendental de las negociaciones que mantiene la Alianza Cívica con el régimen de Daniel Ortega, el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Leopoldo Brenes, no ha participado en las últimas dos sesiones del diálogo, pese a que actúa como testigo.

De esta manera, los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua que en el diálogo pasado lideraron las conversaciones, en esta ocasión, al menos en las tres primeras sesiones, han quedado relegados y solamente el nuncio Waldemar Sommertag sigue en la mesa.

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LA PRENSA conoció que el cardenal Brenes, el único de la CEN presente en las conversaciones, no asistió argumentando que el jueves se sentía cansado y el viernes tenía actividades pastorales.

Hasta el cierre de esta edición, LA PRENSA no se logró comunicar con Brenes para conocer el porqué de estas ausencias en la mesa, la que está en juego la solución a la crisis sociopolítica del país, causada por la represión de la dictadura contra el pueblo desde el 18 de abril del 2018.

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Desde un principio también generó fuertes dudas la ausencia del obispo Rolando Álvarez, quien según fuentes, habría sido vetado por el régimen. LA PRENSA ha intentado conocer la versión de Álvarez, pero no se ha podido localizar.

Nuncio con el control

La ausencia de Brenes ha generado algunas conjeturas entre miembros de la Alianza y el episcopado, dado que el representante del papa Francisco, el nuncio Waldemar Sommertag, es quien está ejerciendo de facilitador ante las partes que se encuentran en la fase inicial de elaborar una hoja de ruta, que constituirá los mecanismos para que las partes entren a la discusión de los temas de fondo que tienen que ver con la realidad del país: libertad, justicia y democracia.

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“El cardenal Brenes no se hizo presente en las dos últimas sesiones de las conversaciones. El nuncio dijo el jueves que se excusó por estar cansado y el viernes porque tenía labores pastorales. El realidad, quien ha hecho las labores de facilitador en la mesa de conversaciones ha sido el nuncio”, explicó una de las fuentes a LA PRENSA.

Brenes participa en las conversaciones como testigo, pero la Alianza Cívica demanda ante los personeros del gobierno que la Iglesia católica vuelva a su rol de mediadores, como lo hicieron en el fallido diálogo entre mayo y junio pasado, hasta que Ortega los calificó de “golpistas” para luego retirarse de las negociaciones.

CEN a reunión de de emergencia

LA PRENSA conoció que el cardenal convocó a los obispos de la CEN a una reunión de emergencia para el próximo lunes, en donde está previsto que se aborde la incomodidad dentro de las estructuras del episcopado por “el manoseo” de Ortega con los obispos a quienes esta vez los redujo a testigos en las conversaciones.

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Otra incomodidad generada entre los obispos es que el pasado 18 de febrero, en un encuentro de los obispos en el Seminario Nacional y ante la ausencia del cardenal Brenes, el nuncio Sommertag eligió de dedo a los tres obispos que participarían en las negociaciones.

Los elegidos del nuncio fueron Brenes, el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez y el de León, Bosco Vivas Robelo.

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Esta forma de selección provocó el reclamo de otros obispos al representante del papa, a quien le pedían aclarara realmente cómo y quién había elegido a los obispos.

Ante los reclamos, el embajador del papa accedió a que los obispos hicieran una votación y estos votaron por Álvarez y Vivas Robelo, a quienes ya había presentado de dedo el jefe de la diplomacia vaticana en Nicaragua.

“Se votó por los mismos, creo que al final se ratificó a los que quería el nuncio para no entrar en polémica con él, pero no es sano que eso se esté dando en el seno del episcopado porque se pierde el respeto”, dijeron fuentes a LA PRENSA.

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Este Diario contactó a Sommertag vía telefónica, pero no respondió. Además dejó en visto los mensajes enviados a su whatsapp.

Álvarez y Vivas Robelo no han estado presentes en la conversaciones que iniciaron entre el Gobierno y la Alianza Cívica. Estas ausencias tampoco las han aclarado el cardenal Brenes y el nuncio Sommertag.

La Alianza Cívica y el gobierno de Ortega volverán el próximo lunes a la mesa de conversaciones para buscar el consenso y definir la hoja de ruta que les llevará a discutir los temas de fondo ante la inestabilidad política de más de diez meses que existe en el país.

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Los temas principales para la Alianza Cívica son la liberación y seguridad de los presos políticos, así como el restablecimiento de las libertades, derechos y garantías de los nicaragüenses establecidos por la Constitución.

Asimismo, en las negociaciones se busca acordar con el régimen reformas electorales que garanticen unas elecciones justas, libres y transparentes, y justicia para las víctimas de la represión.

Porras reitera “intervencionismo”

Las conversaciones que iniciaron el miércoles 27 de febrero pasado se encuentran estancadas dado que el Gobierno rechaza que los garantes de los acuerdos sean la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de Naciones Unidas (ONU), además aceptar como mediadores a los obispos católicos, tal como lo demanda la Alianza Cívica.

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Gustavo Porras, diputado orteguista y presidente de la Asamblea Nacional, reiteró la postura del Gobierno de no permitir a organizaciones internacionales creíbles como garantes por considerarlas intervencionistas.

En declaraciones a medios oficialistas, Porras —del círculo del poder de Ortega— confirmó la posición del Gobierno de que las negociaciones en torno a la crisis sociopolítica deben ser resueltas por los nicaragüenses, rechazando “contundentemente la intromisión de organismos o entes externos”.

“Los nicaragüenses debemos ser capaces de resolver nuestros problemas y conflictos entre nicaragüenses, nosotros no aceptamos intervenciones de afuera, ni de otros países, son asuntos que nosotros debemos de resolver”, afirmó Porras.

El general en retiro Hugo Torres y el sociólogo Óscar René Vargas explicaron —por separado— que con esta postura Ortega lo que busca es alargar las conversaciones porque no quiere tocar los temas de fondo como es el adelanto de las elecciones.

Torres y Vargas, dos exaliados de Ortega que conocen sus tácticas, afirman que el dictador atrasará el mayor tiempo posible un entendimiento, aunque creen que finalmente aceptará a la OEA de garante y meterá al Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).

Vargas y Torres concuerdan en que la presencia de la OEA y la ONU como garantes es fundamental porque significa que árbitros creíbles darán fe de los acuerdos, y si posteriormente Ortega los incumple las organizaciones permitirían validar las sanciones con las que respondería la comunidad internacional.

Vargas dijo que la estrategia de Ortega, además de ganar tiempo en la mesa con la Alianza Cívica “es porque seguramente también hay negociaciones paralelas con los Estados Unidos” para que no se aplique la Nica Act y cese el bloqueo económico a las empresas Albanisa.

“La lógica de Ortega es demostrarle a los Estados Unidos que tiene el control del país y puede conseguir que la Alianza Cívica desista del adelanto de las elecciones y lo dejen llegar al 2021. Si consigue eso los gringos no tendrían elementos para presionarlo”, afirmó Vargas.

Los analistas advierten que el régimen tratará de provocar división entre los grupos de la Alianza Cívica para boicotear los acuerdos, porque el fin es no adelantar los comicios sino completar su período en el 2021.

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