El periodista estadounidense Tim Rogers se vio obligado a salir de Nicaragua el viernes 27 de abril porque se sintió amenazado por grupos sandinistas que falsamente lo señalaron, a través de las redes sociales, de ser parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.
Rogers confirmó a LA PRENSA que decidió salir del país al confirmar “con fuentes creíbles” de que la campaña contra él en las redes sociales eran una “amenaza directa” que ponían en peligro su vida.
Rogers fue enviado por el medio de noticias Fusion, de Estados Unidos, a dar cobertura a las situación en Nicaragua tras las protestas ciudadanas que empezaron contra las reformas a la seguridad social que fueron reprimidas por grupos de choque de la Policía Nacional y la Juventud Sandinista (JS), y que han dejado un saldo de 34 muertos, según ha confirmado LA PRENSA, y que organismos de derechos humanos cifran en 63.
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El jueves pasado en las redes sociales de personas que se identifican como sandinistas, empezaron a publicarse fotografías del periodista Rogers con el mensaje de que “es un agente de la CIA” y se orienta a los simpatizantes del partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), identificar el lugar donde vieran a Roger y a “denunciarlo”, así como impedir que hiciera entrevistas y fotografías.
“No lo dejes trabajar. Es un enemigo, ponlo en la mira”, se lee en uno de los mensajes en las redes sociales.
Rogers explicó vía telefónica que no es la primera vez que grupos sandinistas y el gobierno del presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, le acusan de ser un agente de la CIA en Nicaragua, pero dijo que en esta vez decidió salir del país por “el clima de tensión” que existe tras la represión de las manifestaciones y la muerte de decenas de personas, incluido el periodista Ángel Eduardo Gahona, y la censura e intimidación a medios de comunicación independientes.
Le aseguraron que Gobierno ordenó campaña en su contra
“Hice algunas llamadas telefónicas para averiguar qué tan serio debía tomar la publicación de Facebook que se estaba siendo ampliamente compartidas. Mucha gente me lo envió y me advirtió que tuviera cuidado, me indicaron que era una campaña del gobierno y que sí estaba en riesgo mi integridad y lo mejor era que me fuera (de Nicaragua)”, afirmó el periodista Rogers.
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Esa información la valoró con sus editores de Fusion en Estados Unidos así como con su familia quienes coincidieron en que por su seguridad era mejor salir de Nicaragua, lo cual hizo el viernes pasado.
“Ya estaba ‘fichado’ y podría llevar a un loco cabeza caliente de la Juventud Sandinista a apuntarme en la calle y hacerme algo”, dijo Rogers.
Según el reportero estadounidense, la intimidación de la Juventud Sandinista es general en contra de los periodistas de medios de comunicación extranjeros enviados a cubrir la situación en Nicaragua.
Rogers explicó que sus colegas le dijeron que “la Juventud Sandinsita estaba siguiendo a los periodistas extranjeros en la calle el jueves pasado y les siguieron hasta el hotel donde se hospedan”.
“Entraron al hotel, vieron quiénes estaban ahí, preguntaron en la recepción sobre el precio de las habitaciones para disimular. No sé si me estaban buscando a mí o si ya están en plan de perseguir a todos los periodistas extranjeros”, afirmó Rogers.
Al estallar las protestas ciudadanas el miércoles 18 de abril pasado que fueron duramente reprimidas por la Policía y la JS, al día siguiente, 19 de abril, el gobierno de Ortega ordenó el cierre de cuatro canales de televisión independientes para que pasaran las imágenes de los muertos, heridos y las detenciones ilegales de los pobladores durante las protestas cometidas por la Policía y la JS.
Human Rights Watch condena
José Miguel Vivanco, director para las Américas del organismo internacional de derechos humanos, Human Rights Watch, condenó el viernes pasado, las agresiones en contra de periodistas y la censura de medios independientes por parte del gobierno de Ortega.
“Las agresiones de las cuales fueron víctimas varios periodistas por parte de simpatizantes del partido de gobierno, la total destrucción de una estación de radio y la censura de varios medios de comunicación apuntan a un ambiente de trabajo extremadamente hostil para la prensa nicaragüense. Los medios de comunicación y periodistas independientes tienen derecho a ejercer su profesión sin miedo a ser censurados, agredidos o asesinados”, afirmó Vivanco a LA PRENSA.