Nicaragua ha demostrado que no está preparada para salir libre de daños ante las amenazas naturales, porque probablemente su sistema eléctrico es el más frágil de Centroamérica, señaló el ingeniero Fernando Bárcenas, experto en temas energéticos.
“Estados Unidos con la afectación de los huracanes Harvey e Irma pasó algunos días sin comunicaciones, ni energía. Nicaragua tiene una desventaja doble, ocupa el cuarto lugar entre los países con más riesgo de amenazas naturales ante el cambio climático; y tiene una infraestructura extraordinariamente débil”, compara Bárcenas.
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El experto también puso de ejemplo a Puerto Rico, que según las autoridades de este país la isla debe esperar diez meses para restablecer todo el sistema eléctrico, que fue destruido con el paso del huracán María, categoría 4, el pasado 20 de septiembre.
“Puerto Rico, que es un estado asociado con los Estados Unidos, va a pasar diez meses sin restablecer totalmente, en un cien por ciento el suministro de energía, pero hay que reconocer que su sistema, redes, subestaciones y plantas de generación es bastante obsoleto, con más de 44 años de envejecimiento, y la misma crisis financiera ha obligado a un mal mantenimiento de la infraestructura eléctrica”señaló.
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Explicó que aunque nosotros no estamos en una crisis financiera semejante, nuestro sistema es muy frágil. “Actualmente, opera bajo condiciones de inestable y ante una contingencia sencilla en algunos circuitos, las redes troncales de transmisión se recargan, agravando la falla inicial hasta provocar un colapso del sistema”, dijo.
El ingeniero eléctrico afirmó que en la medida que el país está más amenazado que antes por desastres naturales, producto del cambio climático, las redes eléctricas se ven expuestas a condiciones extremas, como en el caso de la reciente tormenta Nate.
El costo de la amenaza
“Es muy costoso seguirle el paso a la amenaza del cambio climático, de modo, que las redes eléctricas tienden a colapsar. La amenaza climatológica definitivamente nos supera”, sostuvo.
Bárcenas recomienda que se tomen medidas técnicas que hagan más robustas las redes eléctricas, y que para aumentar la confiabilidad se amplíen kilómetros de líneas, formando anillos y dobles circuitos, en previsión de contingencias.
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Agregó que las pérdidas del servicio eléctrico con la tormenta Nate, seguramente se originaron por el colapso de tramos tanto en la red de transmisión como en distribución.
Contingencia en Nicaragua
El ingeniero eléctrico Fernando Bárcenas sostuvo que si nosotros enfrentáramos una amenaza como la sufrida por Puerto Rico, con vientos de 155 millas por hora, “tendríamos múltiples contingencias, con kilómetros de redes destruidas y de transformadores quemados, de modo, que algunas regiones del país seguramente pasarían meses sin energía. Hay que considerar que aún requerimos que Planta Nicaragua, construida en 1965 (hace 50 años), se mantenga en operación, como generación obligada, para respaldar a las plantas eólicas intermitentes. Y que, a tres plantas de generación térmica, contratadas a finales de los años noventa, se les ha debido ampliar el contrato hasta 2020, con 20 años de operación, con la consecuente pérdida de eficiencia”.