Luego de inaugurar un monumento en homenaje a la Cruzada Nacional de Alfabetización en Nicaragua, la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), Ramona Rodríguez, afirmó que los estudiantes de esa alma mater continúan alfabetizando a la población nicaragüense, pero que actualmente alfabetizar no es sólo enseñar a leer y escribir.
“Tenemos el programa Universidad en el Campo que permite que los estudiantes lleguen a los lugares donde los estamos instruyendo y tengan intercambios de saberes con los productores. Entonces, los profesores y los estudiantes aprenden de la experiencia que tienen los productores pero también llevan ese conocimiento científico para mejorar las prácticas productivas”, explicó la rectora.
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Además del área productiva, la funcionaria mencionó que los estudiantes universitarios están participando en jornadas de acompañamiento pedagógico, alfabetización y apoyan al rescate de los saberes de las comunidades como la medicina tradicional.
Por su parte el presidente de la Asociación de Educación Popular Carlos Fonseca Amador, Orlando Pineda, lamentó que 37 años después de la Cruzada Nacional de Alfabetización los jóvenes no estén comprometidos con la causa.
“Hay algunos (personas) que dicen que en aquellos tiempos de la gran Cruzada Nacional la vida era más difícil, porque no había caminos de pentración, pero no teníamos la problemática de la droga, del yo que pierdismo, del individualismo, de los celos y de la envidia. Entonces, ahora hay que luchar bastante para que los jóvenes agarren esta tarea como nosotros lo hicimos”, expresó Pineda.
Analfabetismo en cifras
El Informe Nicaragua en Cifras del Banco Central de Nicaragua (BCN), revela que de 3,895,447 personas que conforman la población mayor de diez años, 784,174 equivalentes al 20.1 por ciento, no tiene ningún grado de instrucción académica.
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La estadística específica que de estos 784,174 iletrados absolutos, 397,501 son mujeres y 386,673 son hombres; sin embargo, la cantidad de analfabetos podría ser mayor ya que 644,440 personas sólo cursaron entre el primero y tercer grado de primaria, por lo que se les considera analfabetos funcionales.