Las alertas emitidas por separado por Estados Unidos y México advirtiendo a sus ciudadanos sobre la situación hostil en Nicaragua, tras la detención y expulsión de once extranjeros en junio, colocaron al país en el momento más difícil de su diplomacia, desde que el caudillo sandinista Daniel Ortega asumiera el poder en enero de 2007.
Excancilleres y analistas consultados por LA PRENSA lamentaron el grave daño a la imagen del país tras las actuaciones del ejecutivo.
El excanciller Francisco Aguirre Sacasa advirtió que las perspectivas de las relaciones entre Nicaragua y su principal socio comercial son negativas, una situación a la que contribuyen los golpes de Ortega a la gobernabilidad política, a partir del anuncio de que no habría observación en las elecciones generales de noviembre próximo, sumado a las críticas contra los embajadores acreditados en el país.
“No es una exageración concluir que este es el momento más difícil para la diplomacia nicaragüense desde que Daniel asumió de nuevo el poder en 2007, y que este deterioro en la gobernabilidad está perjudicando no solo la imagen sino que la percepción del clima de negocio en nuestro país. De no tomarse una corrección creíble y rápida, se echará a perder mucho de lo que se construyó en este importante aspecto. Y esto sería lamentable”, advirtió Aguirre Sacasa.
El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, lamentó desde su cuenta de Twitter la mala imagen que está proyectando Nicaragua en el exterior: “Intolerancia, hostilidad, inseguridad jurídica. Los nicaragüenses no somos así”.
El gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) advirtió el miércoles a sus ciudadanos que viajar a Nicaragua en la actual coyuntura electoral y por la sensibilidad del gobierno de Ortega puede resultar bastante frustrante.
En un video enviado por la Embajada estadounidense en Managua, la embajadora Laura Dogu explicó lo que implica la alerta de viaje.
“El Departamento de Estado emite una alerta de viaje por eventos de corta duración que pensamos que los viajeros estadounidenses deben conocer cuando planifican viajar a un país”, afirmó Dogu.
Agregó: “Las razones para emitir una alerta de viaje pueden incluir una temporada electoral en la que podrían ocurrir huelgas o manifestaciones o algún tipo de alerta por razones de salud. Una vez que estos eventos de corta duración concluyen el Departamento de Estado cancela la alerta de viaje”.
La embajadora refirió que es responsabilidad del Departamento de Estado en Washington y la Embajada EE.UU. en Nicaragua “asegurar que los viajeros estadounidenses tengan acceso y estén enterados de las condiciones de viaje en todo el mundo”.
Explicó Dogu que las alertas de viaje se diferencian de las advertencias de viaje, estas últimas las emite el Departamento de Estado “cuando queremos que los viajeros consideren muy cuidadosamente si deben viajar a un país o no”.
“No hay una advertencia de viaje para Nicaragua y esperamos que muchos de los turistas estadounidenses continúen visitando este bello país”, expresó Dogu en el video.
Sabemos que Nicaragua continúa abriendo sus puertas a turistas de los Estados Unidos y esperamos que muchos tengan la oportunidad de disfrutar la tierra de lagos y volcanes”.
Laura Dogu, embajadora de EE.UU. en Nicaragua.
HAY CAMBIOS DE REGLAS
La embajadora Dogu informó que en las últimas semanas el Gobierno de Nicaragua les notificó de “nuevas normativas para los grupos de voluntarios que realizan trabajos de caridad y otros viajeros que tengan conexión con la Embajada de los Estados Unidos, para permitir una mayor coordinación y garantizar su protección y seguridad”.
“Hay miles de ciudadanos privados voluntarios de los Estados Unidos que visitan Nicaragua todos los años, y la única manera en que el Gobierno de los Estados Unidos puede compartir información con estos grupos es a través de estas alertas de viaje”, precisó Dogu, aunque no precisó esos cambios.
Indicó Dogu que “las nuevas regulaciones para viajeros que están relacionados de alguna manera” con EE.UU., establecidas por el gobierno de Ortega, “pueden afectar incluso a viajeros privados” y no únicamente a funcionarios.
11 EXPULSADOS EN UN MES
En junio de 2016, Nicaragua expulsó a 11 extranjeros: tres funcionarios estadounidenses, un estudiante mexicano “autolesionado” tras 12 días de encarcelamiento, además de un grupo de ambientalistas detenidos en la comunidad La Fonseca, Nueva Guinea, bajo la acusación policial de manipular explosivos mientras ayudaban a hacer hornos artesanales al campesinado.
El 24 de junio pasado, la investigadora mexicana Viridiana Ríos abandonó Nicaragua por recomendación de su embajada, ante el temor de que la detuvieran, luego que fue perseguida por la Policía.
Junto al rechazo de Ortega a la observación electoral y la expulsión de estadounidenses, se suma el cercenamiento del espacio electoral a fuerzas políticas opositoras.
“Ninguna de estas acciones han pasado desapercibidas en Washington y han resultado en acciones como la cancelación del viaje de la doctora Jill Biden, la segunda dama estadounidense a Nicaragua al igual que comunicados públicos mostrando incomodidad por parte del Departamento de Estado”, explicó Aguirre Sacasa.
Para el excanciller Eduardo Montealegre, la alerta de EE.UU. le da una imagen negativa al país.
“El presidente Ortega tiene que reflexionar hacia dónde quiere que llevemos el país. Aquí necesitamos un diálogo, no entre dos, sino un diálogo para seis millones de personas para que busquemos el bienestar de todos los nicaragüenses; pero aquí lo que estamos viendo son consecuencias de algunas decisiones que no benefician a Nicaragua”, aseguró el político opositor.
NATURALEZA DICTATORIAL
Para el constitucionalista Gabriel Álvarez, la decisión de EE.UU. de alertar a sus ciudadanos de visitar el país, es grave para la estabilidad de Nicaragua. “Esta medida por supuesto que afecta gravemente la imagen del país, pero para mí es muy importante comprender que este tipo de medidas iban a ser inevitables y medidas más graves vamos a ver porque la naturaleza del régimen de Ortega es completamente dictatorial”, vaticina Álvarez. Aseguró que la medida de EE.UU. busca proteger a sus ciudadanos “porque la visceralidad ideológica de apariencia de Daniel Ortega tiene como objetivo reprimir a nacionales y extranjeros y esto va deteriorar el clima de la inversión”. A criterio del ex vicecanciller José Pallais, la medida de EE.UU. afectará de inmediato el ingreso de turistas y “desalentará a posibles inversionistas que estaban contemplando trasladar sus inversiones a Nicaragua”.