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Cartas al Director

Cartas al director 30 junio 2016

Los partidos políticos son empresas de derecho público que tienen el propósito de alcanzar el poder político y a través de él obtener cuotas en el poder económico, social, cultural, deportivo y religioso de un país.

El ajedrez de la gerencia política

Los partidos políticos son empresas de derecho público que tienen el propósito de alcanzar el poder político y a través de él obtener cuotas en el poder económico, social, cultural, deportivo y religioso de un país. En ese sentido, su desempeño va a estar medido por la cantidad de escaños que ocupen en el Congreso de la nación, por la cantidad de puestos que ocupen en los otros poderes del Estado y su punto de culminación será, en los gobiernos presidencialistas, alcanzar la Presidencia de la República.

Resulta que recientemente la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia resolvió que la representación legítima del Partido Liberal Independiente (PLI) le corresponde al señor Pedro Reyes y con ello dejó por fuera al señor Eduardo Montealegre y sus allegados. En otras palabras el nuevo “gerente” de esta organización pasa a ser el abogado Pedro Reyes, quien de una manera muy eficiente ha planteado las tácticas a seguir y sin perder tiempo ha citado a reunión a los diputados ante la Asamblea Nacional que sin lugar a dudas eran y son del PLI, exceptuando a los MRS.

Esta movida junto con la solicitud de certificación dirigida a la Primera Secretaría de la Asamblea Nacional y la no atención de los diputados PLI a la invitación que les hiciera el presidente de su partido político, sin lugar a dudas, conducirá a que estos diputados terminen no solo no representando al PLI, sino que perderán su escaño en el parlamento.

En las situaciones actuales, aun cuando el señor Reyes con toda sinceridad ha declarado que su partido es un partido de cuadros, se observa cómo rápidamente ha logrado pasar a una posición bastante ventajosa si se toma en cuenta que hasta hace poco él era un hombre materialmente “apartidario”, es decir, sin partido político.

Curiosamente, don Eduardo, a pesar de su formación profesional en el campo de la Administración y larga experiencia como banquero, no ha jugado sus piezas de la mejor manera en el tablero de la política y se enrumba hacia una posición estratégica y táctica muy peligrosa, en donde no solamente se está quedando nuevamente sin partido político  —anteriormente don Eduardo había perdido la representación legal de ALN—, sino que se quedará sin diputados y sin diputación, probablemente sus amigos le manden a resucitar los casos judiciales que tenía hasta hace un par de años, como el caso de los Cenis, el asunto judicial sobre injurias y calumnias impulsado por el doctor Acevedo y quién sabe Dios qué otros asuntos que no son de conocimiento público. Señor Montealegre, ¡tenga cuidado que el jaque mate puede estar cerca!

Quizás le convenga a don Eduardo y otros políticos de corte liberal retirarse de la política y dedicarse a lo que sí saben hacer: dinero. Él debe dejar que otros más avispados, con menos que perder y con mayor acercamiento al pueblo, asuman ese liderazgo que él ha dejado escapar de sus manos. Esta importante corriente política necesita unirse sin un Alemán, sin un Bolaños y sin un Montealegre que contaminen su presente con el pasado.

Ricardo Eliseo Illescas Hidalgo.

Aprendizaje infantil

La enseñanza no es la transmisión mecánica de conocimiento, hay que enseñar a los niños a pensar, observar, comprender, trabajar,  analizar, que él se sienta exitoso de lograr entender lo estudiado, el principal objetivo del niño es tener “éxito” en el estudio, esta meta es la que agita la adrenalina, la fuerza interior, la energía necesaria para superar, las dificultades,  aunque el aprendizaje transcurre en un colectivo (aula) pero los niños avanzan en la sede del conocimiento de forma independiente, si el niño no se excita en sus trabajos, el deseo de saber y aprender se desestimula. La mente del niño es como una esponja absorbente él quiere y desea aprender pero él solo no sabe cómo hacerlo, cómo discernir lo que está recibiendo y es deber del educador desarrollar, estimular el pensamiento de los niños, fortalecer las fuerzas mentales y el desarrollo del organismo infantil.

Es ahí la función principal del maestro; debe poner todo su esfuerzo, conocimiento metodológico y experiencia pedagógica para estimular el deseo infantil del aprendizaje, motivar, inspirar al educando la imaginación para asimilar el tema, es reto del profesor para encontrar el enfoque adecuado a cada niño y la habilidad de mantenerlo extasiado, encendido y no pierda la fe en sí mismo ni el deseo de aprender.

El educando debe saber y sentir que es el responsable inmediato del destino académico de cada niño que de su cultura espiritual y riqueza ideológica depende el intelecto, la felicidad, la confianza del niño que educa dándole la posibilidad de interpretar, reflexionar y analizar el conocimiento del mundo a través de la materia impartida, porque entre el maestro y el alumno debe existir  una química, confianza de interactuar y benevolencia recíproca para lograr mejores resultados en el aprendizaje, de lo contrario todo nuestro conocimiento metodológico y pedagógico y nuestros esfuerzos se nos vendrían abajo, se convertirían en polvos, en hueras construcciones, recordándoles que nos ocupamos de lo más tierno, lo más sutil, lo más sensible que en la naturaleza: el cerebro del niño; ya que el niño piensa por medio de imágenes. Es un determinado grupo de neuronas de la corteza cerebral capta las imágenes del mundo que observa, los rodea y a través de finísimas células nerviosas se transmiten señales, las neuronas procesan, sistematizan, agrupan mientras llegan nuevas imágenes que también son procesadas, esta conmutación asombrosamente rápida de la energía nerviosa de las neuronas es el fenómeno que llamamos “pensamiento”.

Así que nuestra tarea es enseñar a los pequeños a pensar, analizar y desarrollar sus fuerzas y capacidades intelectuales en contacto directo con las fuentes  del pensamiento, imágenes y el lenguaje para cumplir nuestra misión docente.

Byron S. López  López.

Hagamos el cambio

Me entristece, me frustra y sobre todo me siento impotente respecto al sistema en decadencia en el que habitamos. Saber que hoy en día tus derechos valen poco porque no se respetan y que existen autoridades en donde podés poner tus denuncias pero la solución a tus problemas es nula porque todo depende en que si sos cristiano, socialista y solidario.

Se dice que en Nicaragua hay libre expresión pero lamentablemente de tu cabeza no puede salir y si sale, te encontrás con un futuro negativo.

Por lo que sueño con una Nicaragua libre en donde los ciudadanos no vivamos con miedo de encontrarnos con un futuro incierto, en donde realmente podamos expresarnos de una forma libre y espontánea, sin temor a ser marginados por las autoridades que nos rigen.

Para lograr esto es necesario que actuemos ante las injusticias que hoy vivimos. Hacer frente a las grandes diferencias es una prioridad a la cual debemos de cumplir.

Somos muchos los jóvenes con ganas de triunfar al salir de nuestras carreras que deseamos aplicar a un trabajo en las instituciones del Estado, en donde no te pidan un aval del partido en posición y en donde podamos realizar con todo el entusiasmo nuestras labores, sin ser forzados a asistir a ciertos actos alabando al partido en turno.

Tengo la plena certeza que podemos hacer el cambio si nuestras voces se unen, si pedimos y exigimos lo que merecemos. Que seamos nosotros (los jóvenes) los que decidamos y no que decidan por nosotros.

No nos dejemos influenciar por cosas materiales sino esforcémonos por conseguir lo que necesitamos, sin sentir que por una donación le debamos favores a quien nos la brindó.

Eduquémonos, estudiemos y preparémonos para cambiar las ordenanzas que hoy nos rigen y no nos favorecen a todos, sino a cierta parte de la sociedad. Que ya no solo los ricos se hagan más ricos, sino también los pobres nos hagamos ricos.

La educación y la preparación es lo que necesitamos para poder ver, afrontar y actuar ante las violaciones de nuestros derechos y necesidades que pasamos. Hagamos el cambio.

Michelle Medina Detrinidad.

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