Panamá inaugura hoy la ampliación de su Canal, un hito de la ingeniería moderna que tardó nueve años en construirse, con el tránsito de un buque chino de gran calado que será presenciado por cerca de una decena de gobernantes, representantes de otro medio centenar de países y 20,000 espectadores.
La ampliación consiste en un tercer carril para poder pasar buques neopanamax, que comenzaron a construir las navieras en 1995, con capacidad de hasta 13,000 contenedores, el triple de los que cruzan las esclusas operativas desde 1914.
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El ensanche era necesario para que el Canal de Panamá volviera “a ser competitivo en ese mercado” de los portacontenedores, que representa “casi el cincuenta por ciento de los ingresos” de la vía, dijo el administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), Jorge Quijano.
La ampliación involucra cifras impactantes: 4.4 millones de metros cúbicos de cemento, 30,000 trabajadores y 5.450 millones de dólares de inversión, que pueden subir debido a los reclamos económicos que mantiene el responsable de la obra, el Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderado por la empresa española Sacyr, y que totalizan cerca de 3.400 millones de dólares.
El tema monetario llevó a una paralización de las obras en febrero de 2014, cuando el GUPC dijo que necesitaba 1.600 millones de dólares para seguir, una crisis que se solucionó tras duras negociaciones que terminaron de agriar las ya difíciles relaciones entre las empresas y la administración de la vía.
“Aunque se dio ese acuerdo, en ese momento (con GUPC) la situación siguió áspera y ha seguido áspera hasta el final (…) pero hemos cumplido, hemos terminado. Seguirán los reclamos (económicos) su proceso (ante terceras instancias previstas en el contrato) y en dos o tres años estarán resueltos“, expresó Quijano.
Otras huelgas sindicales y unas grietas en uno de los quicios de las nuevas compuertas, descubiertas en agosto pasado, ayudaron a retrasar la obra, que debía estar lista en el 2014.
La administración del Canal, por donde pasa el 6 por ciento del comercio mundial, está consciente de que inaugurará el ensanche en un momento de mucha volatilidad en el mercado naviero, con bajos costos de combustibles y fletes que pueden desalentar el uso de la vía.
Pero Quijano dijo que la ampliación “abre la vía a bajar los precios unitarios de movimiento de transporte de la carga“, y que además es una ruta “más verde” porque al ahorrar días de navegación contribuye a reducir las emisiones.
El Canal de Panamá atiende principalmente la ruta Asia-Costa Este de EE.UU. y el Golfo, que representa alrededor del 35 por ciento de su negocio. El principal usuario de la vía, con casi el 70 por ciento de lo que va y viene, es EE.UU., y le sigue China.
La ACP se muestra optimista frente al futuro. El subadministrador de la vía, Manuel Benítez, reveló que el número de barcos que han reservado cupo para cruzar el ensanche llega ya a 167.
El Canal calcula que podrá aportar al fisco panameño entre 400 y 450 millones de dólares adicionales cada año a partir del 2017. Para el año fiscal 2016, estima entregar al Estado 1.060 millones de dólares.