El desempleo. Este es el nuevo fantasma que se cierne sobre las zonas afectadas por la sequía, que está provocando que en el Pacífico del país cientos de trabajadores agrícolas y productores de subsistencia —que perdieron sus cultivos de granos básicos en el subciclo de primera— vean reducidas las oportunidades laborales en las plantaciones destinadas a la agroindustria y a la exportación.
Algunos de estos sectores han confirmado que el déficit de lluvia impidió concretar la siembra en la totalidad de las áreas previstas y que las condiciones climáticas reducirán el rendimiento de los cultivos. La industria azucarera prevé una reducción aproximada de diez millones de quintales de caña, mientras que los sorgueros, que tenían previsto sembrar 24,000 manzanas en la postrera, determinarán en los próximos días el porcentaje de las áreas que no lograron sembrar.
“En perspectiva general una de las cosas que nos puede servir para contrarrestar esta situación es que en noviembre arrancan varias cosechas anuales como la del tabaco, el café y caña. Y esa es una orientación que se puede trasladar (a los trabajadores) que se movilicen hacia esas zonas”, dice el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC), Edgardo García.
García prefiere no “especular” en cuanto a la cantidad de trabajadores agrícolas que actualmente están desempleados, ero admite: “estamos claros que es una necesidad que se está enfrentando, sobre todo en las zonas secas” y “si uno se pone a hablar de cifras a ojo de buen cubero puede terminar hablando de una tragedia que en lugar de aligerar soluciones complican el espíritu de la salida al problema”.
También reconoce que los paquetes alimenticios resuelven el problema momentáneamente, ya que la raíz de este es la variabilidad climática a la que el país debe adaptarse, pero carece de los recursos para promover acciones de adaptación.
“Se necesita un fondo de arranque porque en la medida en que se demuestre la eficacia de las acciones se pueden ir dirigiendo más recursos para ellas, incluso se puede empezar por municipios”, sostiene García.
Cambiar
Otra de las opciones a las que han recurrido los agricultores de subsistencia es a la diversificación. “En el caso de las cooperativas de mujeres para enfrentar el impacto de la sequía, sobre todo en la zona seca, han optado por incursionar en otros cultivos. En lugar de sembrar maíz en la postrera optarán por el sorgo para garantizar las tortillas”, dice Blanca Lidia Torres, del comité técnico de la Federación Agropecuaria de Cooperativas de Mujeres Productoras del Campo de Nicaragua (Femuprocan), organización que trabaja con unas cien cooperativas de mujeres productoras.