Las tolvaneras que han afectado principalmente al occidente del país podrían erradicarse con el Programa de Mitigación del Efecto de las Tolvaneras, presentado por el Instituto Nacional Forestal (Inafor), informó el oficialista El19Digital.
Según los reportes de la institución, en los departamentos de Masaya, Managua, León y Chinandega se ha incrementado la degradación de los suelos y esto ha permitido la formación de Tormentas de Polvo.
Las tolvaneras han propiciado el incremento de las enfermedades respiratorias. Según los reportes del Ministerio de Salud (Minsa), hasta el 11 de marzo de este año, se registraban 6,046 personas atendidas en los centros de salud, principalmente con enfermedades respiratorias como asmas, inflamación de las amígdalas y otras.
Para diseñar el programa, el Inafor analizó la situación actual del sistema de cortinas rompe-vientos que existen en el municipio de León y sus alrededores y posteriormente determinó que reactivarían 1,123 kilómetros del sistema de cortinas rompe-vientos.
Este programa —que iniciará este año y culminará en 2019— también prevé enseñar a los productores de occidente técnicas de conservación de suelos, recolección de especies nativas, frutales y forestales, así como el manejo de sistemas agroforestales y establecimiento de plantaciones energéticas y maderables.
El programa está integrado por seis componentes que van desde la gobernanza de los ecosistemas productivos hasta el establecimiento, rehabilitación y manejo de los sistemas de cortinas y plantaciones.
Los árboles que sembrarán en el occidente del país son especies de rápido crecimiento, de uso maderable, energético y alimentación (frutales).
HARÁN CAMPAÑA
El Inafor también prevé desarrollar programas investigativos, campañas de divulgación y procesos de monitoreo y evaluación de este proyecto.
Durante los dos primeros años se sembrarán árboles en el occidente del país, pero entre el 2017 y 2019 también se instalarán 530 kilómetros de cortina nuevas, en los municipios de Managua y Masaya.
El Inafor también pretende mejorar la condición agroecológica de los suelos, principalmente en las áreas de cultivos de alto riesgo a la erosión como el ajonjolí, maní y sorgo.
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