A mediados de junio, Donald Trump, un polémico multimillonario conocido por su estilo agresivo, anunció su precandidatura para la presidencia de los Estados Unidos. En el lanzamiento de su precandidatura como republicano, Trump abordó diferentes temas. En este contexto, se refirió a la migración ilegal a través de la frontera estadounidense con México y describió a los ilegales mexicanos como “delincuentes, narcotraficantes y violadores” en su mayoría. Además, dijo que al ser electo presidente construiría un muro a lo largo de la frontera y que obligaría a México pagar por su construcción. “Yo soy bueno para construir cosas”, añadió cínicamente. Explicó que México había “matado” a los norteamericanos en la negociación de acuerdos comerciales, especialmente en la manufactura de vehículos. Concluyó que iba a usar el mantenimiento de estos acuerdos como palanca para presionar que México cubriera los costos del muro.
Los medios estadounidenses —por su filosofía “políticamente correcta”— normalmente son muy sensibles a declaraciones racistas y reaccionan de inmediato y fuertemente en contra de ellas. Pero en este caso guardaron silencio, aunque las divulgaron ampliamente. Más de una semana después de sus declaraciones, el primer medio en reaccionar fue Univisión que las criticó y anunció que, debido a ellas estaba cortando sus vínculos con Trump y que no transmitiría el certamen de Miss Universo que Trump auspicia.
Trump reaccionó demandando a UNIVISIÓN por quinientos millones de dólares, por incumplimiento de contrato y amenazó que él “era muy bueno para ganar sus demandas”. Quizás envalentonada por UNIVISIÓN, NBC —una de las cuatro cadenas grandes de televisión norteamericanas— le subió la parada a Trump anunciando que no solo no transmitiría al certamen de Miss Universo, sino que tampoco pasaría al de Miss USA, que también está afiliada al magnate. Y como parte de su distanciamiento del empresario narcisista, NBC ya no transmitiría un programa que Trump conducía: El Célebre Aprendiz.
México fue el próximo a actuar. Televisa anunció que no transmitiría el certamen tampoco y la dueña de la franquicia de Miss Universo en el país azteca anunció que no participaría una candidata mexicana en el certamen. Por su parte, Carlos Slim, el segundo hombre más rico del mundo, anunció que en protesta por las declaraciones de Trump, cortaría sus vínculos empresariales con él. ¡La bola de nieve estaba rodando y agrandándose!
En lugar de ver como controlaba el daño que había causado, Trump volvió a la carga. Recientemente repitió su acusación en contra de los migrantes ilegales solo que esta vez no se limitó a los mexicanos. Explícitamente dijo que la mayoría de los otros centroamericanos y latinos que cruzaban la frontera eran no solo violadores, sino que asesinos también.
En respuesta a estos comentarios, Macy’s, una de las más grandes cadenas de almacenes del mundo, anunció el 01 de julio, que ya no venderán vestuario y otros productos que llevan la marca de Trump. A continuación, cito la justificación que dio Macy’s para romper con Trump: “En vista de las últimas declaraciones de Donald Trump, que no son consistentes con los valores de Macy’s, hemos decidido cortar nuestra relación de negocios y quitaremos la colección de ropa de hombre de Trump, que se vende en Macy’s desde 2004”. Macy’s añadió que “la mayoría de mexicanos, mexico-americanos y latinos han hecho muchas contribuciones para el avance de nuestra nación”.
El tema de Trump pica y se extenderá, incluyendo en la política estadounidense. Su retórica hostil y ofensiva pudiera estar ayudándole con el ala de extrema derecha republicana, cuyos miembros temen que la migración hispana cambiará la cultura anglosajona de su país. Según encuestas, Trump ahora está en segundo lugar en la recia fila de precandidatos republicanos, superado solamente por Jeb Bush. Pero por otro lado, perjudicarán a su partido en las elecciones nacionales de 2016. Los republicanos sensatos saben que Romney perdió las elecciones de 2012 en parte porque la vasta mayoría de los votantes de origen extranjero —incluyendo los latinos— apoyaron a Obama. Y saben que la participación de Trump en las primarias republicanas pudiera reforzar el rechazo del electorado hispano a los republicanos. Además, abrirá grietas en las filas republicanas y afectará la unidad que el partido necesita para ganar en 2016. Ya las fisuras se están dando.
Bush y Rubio se han distanciado de Trump, mientras que el senador Cruz de Tejas lo está apoyando. Los demócratas, por supuesto, están felices que Trump se ha convertido en el rostro de los republicanos. Confían que eso protegerá a su hegemonía entre los migrantes, en general, y los latinos en particular.
Para mí lo sorprendente de todo este triste episodio ha sido lo tardía reacción de la mayoría de los latinoamericanos, con la notable excepción de los mexicanos. Acabo de percatarme que Bogotá se ha retirado de la competencia de ser la sede para el próximo certamen de Miss Universo. Pero hasta la fecha, aparte de estas acciones, el silencio ha sido ensordecedor. ¿Dónde están los reclamos en nuestro propio país, por ejemplo? ¿Por qué la franquicia local de Miss Universo no se ha solidarizado con México y anunciado que Nicaragua no será representada en el certamen? Y ¿por qué el canal nacional que tiene los derechos para transmitir el certamen no ha anunciado que mientras Trump esté vinculado a él, no se pasará en Nicaragua? Guardar silencio, no hace nada, es ignorar la solidaridad iberoamericana y, aún peor, es compartir, ser cómplice, con las barbaridades que Trump —un empresario/ político xenofóbico, buscapleitos y sin criterio— predica.
El autor fue canciller de la República