Tengo varios años de estar tratando de impulsar el proyecto del ingeniero Armijo de 1975 para utilizar los grandes recursos de Nicaragua, agua y tierras, con el fin de recuperar el lago Xolotlán, producir electricidad e irrigar las planicies fértiles del centro y oriente del país, iniciando así el despegue al desarrollo económico a que la ciudadanía tiene derecho.
La opinión del ingeniero Norwin Estrada publicada en La Prensa el jueves pasado (18 de junio de 2015) con el título “la necesidad impostergable de recuperar el lago Xolotlán” me ha impulsado a hacer estos comentarios con la intención de reforzar su posición y aumentar el grado de comprensión de la ciudadanía sobre este tema tan importante para el crecimiento socio-económico nacional:
1- En realidad es impostergable continuar viviendo con la amenaza de nuevas inundaciones de la ciudad capital, con la consiguiente pérdida de vida y recursos, y con el esporádico transvase de la contaminación del lago Xolotlán al lago Cocibolca;
2- En las últimas décadas del siglo pasado, el Xolotlán se volcó dos veces sobre nuestra mayor fuente de agua potable, el lago Cocibolca, y cada una de ellas duró casi dos años. Durante esos dos años el Xolotlán le envió al Cocibolca aproximadamente la mitad de su capacidad de almacenamiento de agua, y con ella, la mitad de su contaminación, lo que significa que el Cocibolca ha de haber recibido tres cuartas partes de esa contaminación. En otras palabras, si cierto contaminante en el Xolotlán tenía una concentración de veinte por ciento, ha de haber enviado diez por ciento con la primera inundación y cinco por ciento con la segunda, o sea que el Cocibolca ha de haber recibido el 15 por ciento de esa contaminación, pero debido a que este tiene diez veces mayor volumen de almacenamiento de agua, su concentración se reduce a 1.5 por ciento. Esto no quiere decir que sea despreciable y que podemos permitir que el Xolotlán continúe inundando sus márgenes por la pérdida de vidas y de riqueza que ello significa;
3- El peor contaminante del Xolotlán son las toneladas de plomo que le depositó una fábrica de pesticidas; el plomo es venenoso y se deposita en el fondo del lago donde lo ingieren los peces y se lo pasan a la población en su carne contaminada. Se sabe que está depositado en el fondo de la bahía de Miraflores, lo que significa que todavía no se ha transferido al Cocibolca, pero continúa envenenando a la población que se alimenta de la pesca del Xolotlán;
4- Cuando el nivel del Xolotlán sube por encima de 39 msnm se vuelca sobre los terrenos circundantes y se inicia la inundación. En 1908 subió a razón de 0.6m/día y en 1998, cuando el huracán Mitch, subió 3m en cinco días, crecidas que equivalen a un aumento del volumen de agua de más de 6,000m3/s. (Ese aumento es 24 veces mayor que los 250m3/s que, según INETER, se pueden bombear del lago Cocibolca hacia el Xolotlán y que se transferirían a una presa en el río Tamarindo para producir electricidad, o para evitar las inundaciones del Xolotlán) Si el nivel del lago está cerca de su nivel de rebasamiento, esa es la cantidad de agua que se transfiere al lago Cocibolca. Pensar que una zanja de drenaje hacia el Pacífico pueda tener esa capacidad de conducción es una ilusión y una inversión injustificable pues solo se usaría pocas veces durante cada siglo. La única forma de evitar inundaciones es aprovechar la gran capacidad de almacenamiento del lago rebajando su nivel a 36.5 msnm al llegar el mes de octubre pues, hasta hoy, las inundaciones siempre han sucedido en ese mes;
5- Al rebajar el nivel del lago a 36.5 msnm antes de cada octubre, muy probablemente se eliminará la contaminación de plomo y Managua volverá a tener pesca saludable. El lago aumentará sus niveles con las precipitaciones normales y podrá, incluso, subir hasta el nivel 40 msnm, en caso de lluvias extraordinarias;
6- Dos años después de haber iniciado el bombeo del Cocibolca al Xolotlán, las aguas del Xolotlán habrán reducido su contaminación de boro a niveles aceptables para los cultivos y se podrá iniciar la etapa de irrigación;
7- Cada vez que haya precipitación pluvial desmedida, no se necesitará bombear y toda el agua de inundación se aprovechará para generación y/o irrigación transformando la inundación en una bendición;
8- Los ambientalistas que se oponen a solucionar los problemas nacionales sin ofrecer solución alternativa son simplemente derrotistas y deben apoyar las soluciones que significan desarrollo económico para el país. No hacer nada porque cambia el paisaje, o por cualquier otra razón que implica dejar las cosas como están es inaceptable de todo punto de vista;
9- Alguien comentó que Costa Rica se va a oponer a que Nicaragua use las aguas del río San Juan. Las aguas que llegan a El Castillo, sean 250 o 500 m3/s, son aguas que nos pertenecen y Nicaragua tiene el derecho indiscutible de usarlas de la manera que mejor le convenga;
10- Es necesario, de todo punto de vista, que la ciudadanía se compenetre de las grandes ventajas que la recuperación del lago Xolotlán significa y que la apoye para su propio beneficio;
11- Si por ventura, el Gran Canal se llegase a construir, eso significará beneficios para el inversionista durante cincuenta o cien años. De acuerdo con los términos de la concesión, el país recibirá diez millones de dólares anuales, lo que equivale a que cada nicaragüense reciba menos de dos dólares por año. No hay ningún otro beneficio especificado en la entrega de la soberanía.
12- La recuperación del Xolotlán, por el contrario, repercutirá en todo tipo de beneficios pues el inversionista sería el propio país; esos beneficios son: triplicación de la producción agrícola, empleo en el Centro y Oriente del país, aumento del orgullo nacional, aumento del turismo nacional y extranjero, posibilidad de navegar desde al Xolotlán hasta El Castillo, impulso de los deportes acuáticos, reforestación de las márgenes de ambos lagos, industrialización de alimentos y de productos forestales, disminución de las emisiones de gas carbónico, etc.
El autor es ingeniero.