Desde el 29 de mayo cesó en sus funciones como viceministro de Gobernación, Carlos José Nájar, al ser aceptada su renuncia por el presidente inconstitucional Daniel Ortega, según publica el Diario Oficial, La Gaceta, de ayer. Fue sustituido en ese cargo por el expolicía Luis Roberto Cañas Novoa.
Nájar era considerado uno de los funcionarios con mayor influencia en el Gobierno y el ministro en funciones de Gobernación.
Los motivos de la renuncia se desconocen.
Desde el regreso de Ortega al Gobierno, Nájar fue viceministro de Gobernación y además de atender cuestiones del partido en el poder se encargaba, entre otras cosas, del Sistema Penitenciario Nacional (SPN). Bajo sus órdenes se cerró el acceso a los penales a los periodistas que cubren el sector y a organismos de Derechos Humanos, incluida la Procuraduría de Defensa de Derechos Humanos.
El 27 de febrero de 2015 LA PRENSA publicó las declaraciones del procurador Omar Cabezas, quien criticó a Nájar de no contestarle las llamadas telefónicas. “Jamás ha agarrado un teléfono (Nájar)” para reportar esas muertes de reos, dijo Cabezas en esa ocasión.
¿QUIÉN ES CAÑAS?
El Diario Oficial La Gaceta, de ayer, se limitó a publicar que el nombramiento de Cañas Novoa aparece en el acuerdo presidencial 81-2015.
Cañas pasó a la vida civil en enero de 2007, cuando ya fungía como directora de la Policía la primera comisionada Aminta Granera y empezaba el período presidencial de Ortega.
Durante las administraciones policiales anteriores a Granera, la actuación del entonces comisionado Luis Cañas había sido cuestionada por algunas sospechas de corrupción, pero tras su salida de la Policía, Granera se limitó a referir que los cambios y retiros son ordinarios y que la intención “es fortalecer la institucionalidad de la Policía Nacional”, según publicó LA PRENSA el 5 de enero de 2007.
En esa publicación periodística se menciona que durante la administración del primer comisionado en retiro Franco Montealegre, Cañas fue mencionado, por ejemplo, junto con el entonces jefe de Matagalpa y también retirado, Evenor Gutiérrez, de poseer fincas y ser socios de empresas sin que pudiera explicar su origen.
En esa misma edición se indica que Cañas fue mencionado en esa época de favorecer con vigilancia a locales de los hermanos Centeno Roque, a cambio de favores recibidos. El nombre de Cañas también salió a relucir junto con el de Gutiérrez, durante el llamado Plan Escoba, que en 2003 ejecutó la Policía en Matagalpa, por parte de un sospechoso narco que dijo ser informante de estos y que le pagaban con droga.
En ese entonces, el jefe de la institución, ahora primer comisionado en retiro Edwin Cordero, se negó a investigarlo. El alegato de Cordero en ese momento fue que Cañas ya había sido investigado por la Inspectoría General, en el tiempo del comisionado Christian Munguía (q.e.p.d.). “Lo investigó y no encontró ninguna vinculación de lo que se mencionaba”, dijo en ese entonces Cordero.
Antecedentes
En 2001, en Siuna, Luis Cañas, entonces subcomisionado, encabezó el Grupo de Intervención Rural (GIR), que junto con fuerzas especiales del Ejército ejecutaron la Operación Caballo de Troya, dirigida a descabezar al remanente del llamado Frente Unido Andrés Castro (FUAC). Allí murieron José Luis Marenco Pérez, alias “Laureano Rivera” y Carlos Noel Lagos, apodado “Amaru Falcón”.
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