Los constantes viajes del presidente inconstitucional Daniel Ortega a Venezuela y a Cuba hace pensar que está más pendiente de estos dos países que de las mismas tragedias que ocurren en nuestro propio país, en donde no se le ha visto personarse, señalan analistas consultados.
Recién el 20 de octubre el presidente inconstitucional Daniel Ortega viajó a la Cumbre Extraordinaria del Alba sobre el ébola en Cuba.
El 28 de julio viajó a Venezuela a celebrar el 60 natalicio del difunto presidente Hugo Chávez.
El 5 de marzo viajó a Venezuela para conmemorar un año de la muerte de Hugo Chávez.
El 28 y 29 de enero viajó a Cuba a la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
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Dora María Téllez e Irving Dávila, críticos del gobierno de Ortega, opinan sobre las múltiples comparecencias del mandatario en eventos internacionales y la falta de su presencia en emergencias nacionales.
“La mayor cantidad de dinero que él (Ortega) recibe es de Nicolás Maduro y Venezuela, así que tiene que cumplir con las tareas que le ponen”, dice Téllez, en referencia a la aparición más reciente del gobernante inconstitucional de Nicaragua en la cumbre extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).
“El salario que le pagamos aquí es como de cinco mil o siete mil dólares, pero lo que le queda con la tajada (dinero) venezolana es lo que le paga Maduro (presidente de Venezuela), quien es su verdadero jefe. Maduro convocó a una reunión para ver lo del ébola, allá va Ortega; Maduro convoca una reunión en Venezuela, allá va Ortega”, argumenta Téllez.
“ACTÚA CONFORME A POLITIQUERÍA INTERNACIONAL”
Por su parte, Irving Dávila opina que Ortega actúa de acuerdo con la “politiquería internacional”, dado que “le gusta figurar en eventos internacionales”. “Daniel, desde los años ochenta se convirtió en una especie de vedette internacional porque le encantan los escenarios internacionales en eventos de importancia”, expresó el exmilitar y jurista.
Para Dávila, Ortega carece de una actitud de estadista porque “al pueblo de Nicaragua no le consulta, no le comunica y no le dice nada”.
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