Noel Amilcar Gallegos
Al borde de la desesperación se encuentran los vecinos que habitan de El Calvarito de Monimbó, en Masaya, media cuadra abajo, por el hedor que emanan dos manjoles rebasados.
“Aquí no se puede comer con esa tufalera, ya le hemos dicho muchas veces a la gente de Enacal, pero les vale un comino. Este problema está desde antes que se hiciera esta calle nueva, pero ahora se ha incrementado. Ya le hemos pedido (a Enacal) ayuda, pero ellos dicen que ganan por destaquear. Este problema es eterno”, dijo don Francisco Estrada.