Josué Bravo
Corresponsal Costa Rica
La carretera fronteriza de 160 kilómetros que bordea el río San Juan sigue desvaneciéndose y no precisamente por los señalamientos de corrupción; sino por el desmoronamiento de sus puentes que al igual que toda la vía, fueron construidos sin planificación.
El último puente que cayó fue esta semana en un sector conocido como Isla China, el cual tenía 18 metros de longitud y atravesaba el río del mismo nombre.
Las vigas de madera podrida cayeron al cauce del río y el piso se abrió, por lo tanto quedó sin acceso para vehículo y solo puede ser transitado por peatones o animales, denunciaron los pobladores.
Este colapso se suma a otro ocurrido hace tres semanas en la comunidad del Delta Costa Rica, donde la viga principal del puente de madera se quebró y dejó sin tránsito de transporte público y de camiones abastecedores de alimentos a los pobladores del lugar.
Desde que se construyó esta cuestionada vía, hace 18 meses, alrededor de 9 puentes han colapsados, algunos de ellos construidos con la estructura metálica de los contenedores de camiones de carga.
Cuando los puentes colapsan, los vecinos de cada lugar tienen que transitar la carretera a pie o hacen sus diligencias usando el río San Juan.
La labor de la policía de Costa Rica también se ve dificultada, porque deben realizar el avituallamiento a pie.
Esta vía empezó, de 160 kilómetros, a construirse sin planos o diseños a inicios del 2011, avalada por un decreto de emergencia del ejecutivo, que alegaba supuesta invasión del Ejército de Nicaragua.
Durante el primer invierno las obras empezaron a dañarse y el año pasado, la propia mandataria Laura Chinchilla denunció supuestos actos de corrupción cometidos por funcionarios públicos y empresarios.