Sergio León C.
Escasez de alimentos y como consecuencia hambre es lo que está provocando los efectos del cambio climático en comunidades indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe de Honduras, según revelaron líderes comunitarios que participaron en el foro binacional sobre cambio climático que culminó ayer en Bluefields, Región Autónoma Atlántico Sur.
Mientras que en las comunidades indígenas de Nicaragua la producción ha sido arrastrada por inundaciones provocando también escasez de alimentos en estas poblaciones regionales.
Mayra Martínez comunitaria de Awas, Honduras, dijo que hay inundaciones, el clima ha cambiado y con ello también el descontrol sobre el conocimiento ancestral, lo que limita el pronóstico del tiempo y está acabando con el sustento de los comunitarios.
“Las inundaciones sobre el río Patuca y los bruscos cambios arrasan con la producción y hay comunidades que se han quedado sin alimento y están pasando hambre”, dijo la líder comunitaria.
SIN ACCESO A AGUA
En Nicaragua comunidades como Cabo Gracias a Dios en el territorio indígena Tawira ya no tienen acceso a agua y no pueden construir pozos porque el agua es salada, declaró Oscar Spelman, presidente del Gobierno Territorio Tawira.
“La erosión de las costas está también acabando con comunidades indígenas y afrodescendientes en la comunidad de La Flor en Laguna de Perlas la erosión está llevándose parte del área donde está la comunidad”, declaró Anthony Sambola, líder comunitario.
Las mareas altas también están acabando con la vida de las tortugas ya que las áreas que normalmente utilizaban para depositar sus huevos ahora se están inundando, así como la baja en la producción agrícola y la actividad pesquera.
“Antes nosotros pescábamos con anzuelo pero ahora como están usando el chinchorro, están pescando los peces pequeños y no hay veda para el pescado, ahora se está terminando”, comento el líder afrodescendiente.
El proyecto creando capacidades locales a través del cual se pretende revertir la situación originada con el cambio climático se ejecuta en comunidades costeras de Nicaragua y Honduras auspiciado por la Unión Europea y Horizont 3000 en ella participan las organizaciones Grupo Voluntario Civil de Italia, la Fundación Para la Autonomía y Desarrollo de la Costa Atlántica entre otras.
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