Humberto Galo Romero
En lo concerniente a la venta de autos, Nicaragua está pasando por un buen momento. Las proyecciones de la Asociación Nicaragüense de Distribuidores de Vehículos Automotores (Andiva) indican que para este año en el país se venderán 12,000 carros nuevos. La razón principal estriba en que el mercado nacional ha empezado a experimentar un repunte.
Pero la buena racha no se limita a los concesionarios de vehículos nuevos, sino que también la venta de autos de segunda mano está también recuperando terreno, según algunos propietarios de autolotes. En varios puntos de la ciudad existen negocios en los que se ofrecen vehículos de distintas marcas, modelos y sobre todo variedad de precios.
Aunque fue a menor escala, la crisis financiera mundial que se desarrolló entre el 2008 y el 2009 trajo consigo una disminución en las ventas de autos de segunda mano en el país, sin embargo, las operaciones han venido experimentando un repunte en los últimos meses.
“Hubo un tiempo de recesión 2008, 2009, pero del 2010 para acá las ventas poco a poco han venido mejorando paulatinamente año con año”, señaló Julio César Gutiérrez, supervisor de vehículos usados del Grupo Q.
El precio de estos automóviles varía en dependencia del modelo, año de fabricación, “hay precios desde 4,000 dólares hasta 50,000 dólares”, sostiene.
En tanto Julio César Gutiérrez, representante del Grupo Q, explica que el inventario disponible mensualmente es de 20 carros, de los cuales en promedio venden la mitad, lo que les permite proyectar ventas anuales de unos 120 autos, “en dependencia del modelo y la evaluación que se hace, el precio promedio es de 13,000 dólares”, explica Gutiérrez.
Ambas fuentes mencionan que la mayor parte de los autos comercializados son adquiridos en el mercado nacional.
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Gutiérrez explica que este repunte se ha dado en parte debido a que las instituciones bancarias del país han venido flexibilizando los requisitos para obtener un financiamiento. “Las distintas instituciones financieras han venido modificando sus requisitos, los han vuelto un poco más flexibles, sobre todo en lo concerniente a porcentaje de primas y plazos del crédito, porque reconoce que aún la tasa de interés es un poco más alta por tratarse de un financiamiento para un vehículo usado”, manifestó Gutiérrez.
El supervisor de esta empresa automotriz menciona que en el caso particular del Grupo Q, concesionaria que desde hace diez años opera en Nicaragua, las ventas de carros usados ronda entre ocho y diez vehículos mensualmente.
Un número bajo en comparación con otros negocios, pero existe una razón fundamental, y es que los automóviles de segunda son adquiridos por el concesionario como enganche cuando un cliente desea adquirir un vehículo nuevo de una de las marcas que distribuye. “Ese es el único mecanismo con el cual adquirimos un vehículo usado”, menciona.
Gutiérrez afirma que aunque ellos distribuyen dos marcas exclusivas, la empresa compra vehículos de segunda mano de cualquiera de las marcas que forman parte del parque vehicular del país.
Aunque hace la salvedad durante su intervención, al afirmar que con las marcas de carros europeos tienen cierto recelo.
PARECE ÁRIDA, PERO ATRAE A CIENTOS DE CLIENTES
Autolote El Chele es uno de los mayores comercializadores de vehículos de segunda mano. Son por derecho propio una marca de referencia, así se han constituido por más de veinte años.
Es una tarde calurosa, el sol calienta el asfalto de las calles de Managua. Este negocio, ubicado en la esquina de una de las principales avenidas de la capital, da la impresión de no tener mucha afluencia de clientes, aunque según su gerente, las ventas a fin de mes reflejan otra realidad comercial.
“Quizás no seamos el lugar más barato, pero sí uno de los más confiables”, declara Juan Carlos Zúñiga, tras el escritorio de su oficina, en el negocio que su padre, del mismo nombre, fundó 25 años atrás.
La expresión de Zúñiga se fundamenta en el hecho que desde hace algún tiempo en la ciudad ha empezado a observarse una serie de negocios dedicados a la comercialización de autos de segunda mano.
“No digo que sean malos, que no deban de existir, lo que sí creemos nosotros es que debe de existir un formalismo para protección del cliente, me refiero a garantía y legalidad del vehículo”, sostiene Zúñiga.
Al igual que Gutiérrez, Zúñiga reconoce que en los últimos meses las ventas de los autos usados han experimentado un repunte, “el mercado se ha venido descompensando y además los bancos han abierto puertas para establecer créditos por autos usados”, sostiene.
Según Zúñiga su negocio tiene un inventario de 100 vehículos, de los cuales hay una rotación mensual de 20 vehículos. Y es que de acuerdo con Zúñiga, ofrecer garantía por cada venta que efectúan es una de las mayores fortalezas con las que cuenta esta distribuidora de autos.
“Esto nos ha ayudado durante los años que tenemos de existir a tener ventas muy buenas, a diversificarnos, nos ha ayudado a crecer sanamente y constituirnos en lo que es una empresa”, sostiene.
Según la explicación brindada por Zúñiga, existen varios parámetros con los que se rigen al momento de adquirir y vender autos seminuevos, que es el término con el que de un tiempo para acá se ha iniciado a llamar a los vehículos que se ofertan en el autolote.
En este sentido, el kilometraje del automóvil, el año de fabricación, la legalidad en cuanto al origen del vehículo, son los aspectos que se toman en cuenta al momento de realizar un evalúo a un carro que podría iniciar a formar parte del inventario del autolote.
“Nosotros manejamos un inventario bastante actualizado, son autos seminuevos, nosotros vendemos vehículos a kilometraje real, eso es muy importante y además es algo muy en cuenta para las instituciones bancarias al momento de otorgar un crédito”, explica Zúñiga.
EL KILOMETRAJE MÁXIMO
Según él, la cantidad máxima del kilometraje de los autos que se ofertan en el autolote El Chele es de 100,000, es decir unos cinco años de uso. Zúñiga además agrega que cada auto que es vendido en el autolote tiene una garantía de compra cuyo periodo oscila entre seis meses y un año.
También el negocio trabaja muy de cerca con las autoridades policiales a fin de garantizar que el origen de los autos que se comercializan están legalmente registrados, pero también las consultas a las centrales de riesgo para revisar el historial crediticio de un cliente se ha constituido en un instrumento valioso.
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