Gerald Hernández
Los Tigres de Chinandega han conseguido armar un poderoso equipo para la octava edición de la Liga de Beisbol Profesional de Nicaragua, con la contratación de siete extranjeros de lujo, más dos entrenadores cubanos altamente calificados, incluyendo al mánager Germán Mesa, junto a un sólido núcleo de pelotero nacionales.
Por donde lo busquen los chinandeganos están blindados, pero es probablemente su rotación de abridores lo que más llama la atención para el inicio de la temporada, programada para el 16 de octubre.
El zurdo dominicano Rodney Rodríguez, quien ponchó a 98 bateadores en 75 episodios en la liga italiana, con balance de 6-2 y efectividad de 2.28, y el derecho estadounidense Eric Blackwell, el campeón en efectividad de la temporada anterior con 2.75, serán el “one-two” de los abridores. Ambos tienen cerca de tres semanas de estar entrenando con el equipo.
El dominicano Francisco Cruceta y el zurdo pinolero Douglas Argüello completan una formidable cuarteta de abridores, que en caso de necesitar un brazo adicional, recibirán la inyección de José David Rugama.
El bullpen tendrá a Julio Raudez, Marlin Mejía, Junior Téllez y Oswaldo Mairena. Todos ellos están siendo preparados para hacer el papel de rematador.
A la ofensiva, destacan muchos bateadores de contacto como los venezolanos Luis Allen, Wuilliams Vásquez y Juan Carlos Infante, y el poder lo ponen el curazaleño Yurendel DeCaster, Vásquez y los artilleros nacionales Ronald Garth y Esteban Ramírez, quien estará disponible hasta noviembre.
También hay velocidad y agresividad con Mark Joseph e Iván Marín. Además, los chinandeganos esperan que Ramón Flores, quien fue sancionado por la Comisión Nacional de Beisbol, esté disponible para jugar en la Profesional. De ser así, agregarían un valioso pelotero.
Tampoco descartan que en el transcurso de la temporada integren al big leaguer Vicente Padilla, quien en la campaña anterior les dio un gran impulso y promoción.
En busca de ganar su primera corona desde la temporada 2005-2006, los Tigres contrataron al cubano Mesa como mánager, más Omar Linares como instructor de bateo. Fue justamente bajo la dirección del isleño Jorge Fuentes que alcanzaron la cúspide por última vez.
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