Javier Arana
Pedro Alfonso Morales, escritor y docente de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), dice que la lectura no se puede desarrollar plenamente cuando no hay un ambiente en la familia que lo suscite.
- “De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo. Solo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”.
- Jorge Luis Borges, escritor argentino.
- “La lectura consiste en ser el brazo y ser el hacha y ser el cráneo que se parte; la lectura es entregarse, rendirse, no mantenerse distante ni burlón. La verdad puede llegarnos por caminos tortuosos…”
- J.M.Coetzee, escritor sudafricano.
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No caiga en imponerle a sus hijos tareas tras leer un libro. No los obligue a leer lo que no es de su agrado. Cuando sugiera lecturas no lo relacione con lo académico.
No se empeñe en que aprecien a los clásicos o libros antiguos. No les exija que terminen el libro comenzado. Proponer la lectura como una actividad que sustituya la televisión o los videojuegos.
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“El niño hace y repite lo que ve. En la casa nadie lee, por tanto él no lee. En la escuela el profesor como no lee, tampoco orienta que se lea. Si en la casa el niño ve que su padre lee y su madre también lo hace, él no tendría más remedio que leer ¿Cuántas veces un padre lleva a su hijo a pasear a la biblioteca? ¿Cuándo lo lleva a una presentación de libro? ¿Cuándo le trajo un libro para su cumpleaños? ¿Cuándo se puso a leer junto con él?”, dice.
Dorling Vallecillo, presidente de la Asociación Nicaragüense de Bibliotecarios y Profesionales Afines (Anibipa) afirma que “el bajo índice lector de una persona causa problemas intelectuales, porque la lectura abre puertas al pensamiento, al conocimiento, al entendimiento entre las personas, porque enriquecemos nuestro vocabulario con mejor vocabulario, entendemos más”.
“El hábito de la lectura se da cuando se convierte en una actividad constante, a la vez se considera una forma particular para autodesarrollarse como persona dentro de la sociedad”, asegura Vallecillo.
Aunque no es suficiente una campaña para incentivar la lectura, Morales da algunas recomendaciones, en ellas figuran un plan de lectura en el sistema educativo, en el cual se contemple en todos los niveles la lectura de las obras principales de Darío y de autores nacionales y extranjeros.
También sugiere organizar las horas del cuento en las escuelas de primaria y secundaria, concursos literarios, ferias del libro en las escuelas en las que participen escritores, hacer planes de lecturas con los padres de familia.
LAS CARENCIAS
La falta de presupuesto, la bibliografía desactualizada, la falta de capacitaciones, las condiciones físicas y ambientales no aptas para atender a sus usuarios en las bibliotecas, también influye en la antipatía de los estudiantes.
Recientemente Anibipa inició una campaña nacional por la lectura, capacitando informáticos y aliándose con empresas y asociaciones para desarrollar estos esfuerzos y acerca del hábito de leer.
Las campañas, las tentativas por ilustrar a una población pueden ser creíbles y factibles, pero nunca asegurarán que la población comience a leer como un práctica cotidiana. El placer de la lectura debe ser adquirido en el seno familiar y mientras no cultivemos el aprendizaje de leer a nuestros hijos, difícilmente asimilarán la lectura en el futuro.
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