En estos días de tanto alboroto, fiestas, encuentros, comidas… visité a una familia de amigos de juventud, estando en la sala, se apareció el niño menor de la casa y le dice a su papá: “Papi, yo quiero ser cerveza…”, él le contestó (a lo nica), no seás caballo, cómo vas a ser cerveza.
Sí, dijo el niño, porque cuando te pido un confite, un helado o un meneíto, siempre me decís que no tenés, pero cuando vienen tus amigos me mandás a comprar cerveza y ahí sí tenés…
El hombre se puso colorado y no hallaba qué decir, y eso es cierto que los niños siempre dicen lo que viven y piensan.
Ah, y por supuesto, con la esposa, lo quedamos viendo… no hallaba dónde meterse, ni qué decir. Se tiene para lo que no es importante… gastamos, compramos, compartimos con los otros y qué nos cuesta gastar, comprar y compartir con los de casa… ahí siempre estamos en quiebra. Y quizá, no es maldad, pero no lo tenemos en cuenta…
Y le recordaba la Carta de la Iglesia de Sardes del Apocalipsis (3,1-4) que dice: Conozco tus obras; te creen vivo, pero estás muerto. Despiértate y reanima lo que todavía no ha muerto, pues tus obras me parecen muy mediocres a la luz de Dios. Recuerda lo que recibiste y oíste; ponlo en práctica y arrepiéntete. Porque si no te mantienes despierto vendré como un ladrón, sin que sepas a qué hora te sorprenderé…
Cuando llegué a casa, recibí una llamada del amigo y me dijo, mirá, ahí te mando mis doce compromisos para el próximo año. Clase de revolcada me dio el niño… y ahora los comparto contigo:
1. Agradecer por la vida que tengo, pues es un don de Dios y le voy a dar más tiempo a Él y a mi familia
2. Deseo vivir el presente en esperanza, amor, perdón y paz.
3. Pienso decirle “sí” al paso de Dios por mi vida y dar un “sí” al que necesite de mí.
4. Quiero confiar y creer que con la ayuda de Dios y el amor de mi familia puedo cambiar, compartir y darme más a mis hijos.
5. Me propongo valorar lo pequeño, para llegar a lo grande, en mi trabajo, en mi casa y con mis amigos.
6. Voy a ver la vida con sencillez y amor y dejar de hacer tantos gastos innecesarios.
7. Procuraré tener buen humor, pase lo que pase y buscarlo sanamente.
8. Reconocer mis errores del año, Señor hoy quiero pedirte perdón por la falta de amor a mis hijos y esposa, perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado, perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo.
9. Haré el compromiso de hacer algo por el otro y ser feliz.
10. Mi trabajo lo realizaré a Dios rogando y con el mazo dando.
11. Sé que Dios cuenta conmigo y no lo defraudaré.
12. Y finalmente deseo amar mi vida, amar a mi familia, amar a mis vecinos y amigos y amar a mi querida Nicaragua.
Buen fin de año y no lo olvides tú tampoco, Dios te bendiga y acompañe. Amén.
El autor es sacerdote católico, párroco de Villa Sandino, Chontales.
Ver en la versión impresa las páginas: 10 A