“Una parte de la muestra es documentada en impresiones blanco y negro y la otra serie son grabados collages donde desarmo, recorto, pego y armo historias a colores”, añade la artista.
![](https://s3.us-west-2.amazonaws.com/s3.laprensa.com.ni-bq/wp-content/uploads/2018/08/10124320/Frida-y-Trosky.jpg)
“Una parte de la muestra es documentada en impresiones blanco y negro y la otra serie son grabados collages donde desarmo, recorto, pego y armo historias a colores”, añade la artista.
París nos recibecon un otoño en ciernes:transparente y tibio.El frío está aún agazapadoy las hojas vacilanentre la rama y el viento.
Esa mañana de sábado, Managua amaneció más ardiente que el fuego infernal o era que el desamor había convertido la realidad en una absurda paila caliente en la que todos nos freíamos.
Todo saldrá bien bajo los designios del espíritu del tiempo, el cuerpo y alma continuarán siendo una sola cosa, le dijo Camilo a Roxana.
Franklin Bordas publicó sus primeros poemas en los años setenta, en La Prensa Literaria, de la mano del poeta Raúl Orozco, años más tarde compartiría sus lecturas y escritos con Carlos Alemán Ocampo.
Los amigos podrían dar testimonio. Ni Supermán tendría la velocidad de prestidigitador de Carlos.
No fue esa amalgama oscura llamada tierraque mezclada con paja y agua nos dio el punto perfecto de la vida, ¡no!No fue la bendita tierra,o el barro, con la que suavemente se forjóel alma,y el corazón,y la ternura.
Me llaman Evidencia.
Esta es Irena Sendler,la mujer a quien rompieron las piernasen un gueto de Varsovia,declarada culpable de salvar vidas.Mujer, más mujer que muchos hombres.Imagínate, retando al mismo demonioen el infierno.
Yelba Clarissa Berríos Molieri vive en el corazón de la ciudad de León. Su casa está poblada de esculturas, pinturas y ornamento de ángeles, vive en un museo-casa, único Angelorum de Nicaragua.
ntre realidades incontrastables, es ilustre a la indiferencia como un estupendo episodio del tiempo de superstición que adolece por estilo a la ineficiencia de una página en blanco, donde su acústica, resonancia, musicalidad y estilo de percepción indubitable, tienen su propia convicción y emoción, le comentaba Eduardo a Roberto.